Aprender a autogestionarte y a tener métricas que te revelen con claridad cuál es el grado de avance de los resultados alcanzados cada año, para contrastarlos con el anterior, es la mejor manera de ir creciendo a tu ritmo, de evaluar si tu dinámica de trabajo fue mejor de un periodo a otro, de ajustar o complementar lo que se requiera en capacitación, en citas de trabajo.
Así lo considera Wendy Conchello, asesora financiera y de seguros de Conchello Consultores, para todo aquel agente que desee un desarrollo firme y placentero en la intermediación de seguros. Aunque siempre es saludable tener un referente de inspiración, para efectos de desarrollo personal, sugiere evitar compararte con los resultados del agente top, cuyas características pueden ser muy distintas de las tuyas, pues tratar de alcanzar un desempeño semejante desgasta y puede convertirse en la ruta más segura hacia el desánimo y la frustración en esta actividad.
Proveniente de la industria alimentaria, a la que decidió renunciar después de que minimizaron sus capacidades como empleada por el hecho de haber tenido un hijo, Wendy decidió ser agente de seguros por invitación de amigos de la universidad, actividad que, conforme pasaron los meses, le resultó interesantísima, al grado de tomar como un reto personal ser agente de éxito.
Wendy Conchello entendió que la carrera de agente es una profesión de perseverancia, no de tiempo, en la que importan la disciplina, la tenacidad y los parámetros que permiten conocer la intensidad de nuestro esfuerzo. En este oficio, un aspecto importantísimo que se debe controlar son las emociones, ya que cada póliza vendida y no pagada, cada cita concedida y cancelada, cada negocio ya casi hecho y anulado o pospuesto constituyen una guerra constante contra la frustración.
Conchello señala que desde su punto de vista hay muchas formas de tener éxito en este negocio. Solo hay que precisar si es uno o son varios los ramos que nos llaman la atención y capacitarnos fuertemente para poder sumarle a ese gusto la preparación adecuada. Hay que escuchar el consejo del promotor y tomar con seriedad su asesoría; aunque sugiere también tener cuidado de evitar ser forzado a comercializar un ramo que no nos llama la atención, solo porque de ahí dependen los resultados. El éxito está en no parar y en vender lo que verdaderamente nos gusta.
“Si un ramo no te gusta, no lo vendas solo porque alguien te lo impone, ya que te la vas a pasar pésimo, y ese malestar se convertirá en un círculo vicioso que no te llevará a ninguna parte. Un ramo de seguros te tiene que hacer ojitos. Te tiene que gustar. Es como una derivación de tu vocación. No tienes que seleccionarlo solamente por perseguir el dinero, porque, aunque trabajamos por ello, no sé si a lo largo del camino ese éxito monetario rápido te haga permanecer y ser feliz como agente. Elige porque te gusta, que ya el dinero vendrá por añadidura”, señaló Conchello.
“Hace siete años que estoy en esta actividad. Me gusta lo que hago y valoro la cartera que tengo. Hasta ahora no he sido la campeona de campeonas en ventas, y no me preocupa porque, como ya dije, mi éxito es que logre vender más que el año anterior, que aprenda más que el anterior; de ahí la importancia de tener métricas, parámetros de orientación, escalas que nos sitúen en saber qué tanto avanzamos. Creo que deberíamos medirnos así, y no con los resultados de los demás”, aconsejó.
Conchello se asume como una persona sumamente disciplinada, y su apego a las automediciones le arrojan que ha sido mucho mejor cada mes. Es por ello por lo que aconseja que no le tengamos miedo a medirnos, pues ésa es la base del crecimiento con enfoque; tampoco debemos tener miedo de llamar a un cliente, de intentar. No nos deben frenar historias que solo existen en nuestra cabeza. “Hasta que escuches del cliente lo que suponías que diría, no creas que así es la historia”.
Finalmente, Wendy Conchello comparte algunas directrices laborales que le han funcionado para tener éxito y permanecer en esta profesión:
- Fortalece tu lado emocional, lo cual no quiere decir que seas invulnerable, porque a todos nos pasan cosas en la vida, sino que te hagas resistente a los no, a las cancelaciones, a las promesas de compra que nunca llegan.
- Ten paciencia porque, aunque es posible que te vaya bien rápido, para la mayoría no es así. Es cuestión de perseverancia.
- Aprende a autogestionarte para que veas la actividad con una visión empresarial.