Los mercados emergentes se enfrentan a un déficit de ahorro de 5,400 millones de dólares por cada año de jubilación de sus trabajadores, lo que equivale a 106,000 millones de dólares en términos acumulativos, informó en comunicado de prensa Swiss Re Institute.
De acuerdo con la firma, el problema obedece a que los trabajadores de los mercados emergentes se están jubilando sin disponer de suficientes activos para cubrir sus necesidades en materia de pensiones, lo que genera un déficit de referencia, cuya brecha es de aproximadamente tres veces el Producto Interno Bruto (PIB) de los mercados emergentes, y tan alta como las estimaciones para los principales mercados avanzados, como Estados Unidos y Australia.
Asimismo, los costos de pensiones infra-financiadas pueden repercutir en los gobiernos a través de un mayor riesgo de pobreza, insalubridad y tensión sobre la propia situación de las generaciones más jóvenes. Sin embargo, facilitar jubilaciones sostenibles puede desbloquear numerosas oportunidades para fortalecer la resiliencia en familias y sociedades.
Por esa razón Swiss Re Institute hace un llamado a actuar inmediatamente, dado que la financiación de las pensiones en Latinoamérica ha sido históricamente baja, por lo que prevé que la actual crisis de la COVID-19, junto con el envejecimiento de la población y el aumento de las exigencias fiscales sobre los gobiernos, ampliará la brecha de ahorro en las pensiones.
Por su parte, Reinsurance Latin America de Swiss Re asegura que se puede hacer más para garantizar que la gente esté bien protegida, por lo que cada vez será más necesario que las personas de los mercados emergentes hagan sus propias provisiones para financiar su jubilación. Las reformas de las pensiones están trasladando a los individuos tanto la responsabilidad de ahorrar para una pensión, como la gestión de riesgos vitalicios como mortalidad, morbilidad, longevidad y rendimiento de la inversión.
Estos riesgos inhiben la capacidad de una persona para aportar para su jubilación, ya que un tiempo que haya estado sin trabajar debido a enfermedad, cuidado familiar o incluso muerte, afectará a los ahorros de un hogar. Este es un problema grave en los mercados emergentes, donde los recursos personales suelen ser escasos y las redes de seguridad social débiles, se apunta en el comunicado.
Para gestionar estos riesgos, los individuos necesitarán una protección de seguro más personalizada, en forma de cobertura de vida, médica, incapacidad o enfermedad grave. Swiss Re Institute calcula que para proteger totalmente a la población mundial contra los riesgos de salud y mortalidad se necesitaría 1,200 millones de dólares adicionales en términos equivalentes a primas, del cual un 60 por ciento correspondería a los mercados emergentes.
La información también destaca que en América Latina, la preocupación sobre el riesgo de mortalidad está creciendo significativamente a medida que la pandemia de la COVID19 impacta la región y la desaceleración económica también ha aumentado los temores respecto a la seguridad financiera.
Finalmente, Swiss Re Institute considera que se necesita una colaboración más sólida para garantizar la sostenibilidad de las pensiones. Los gobiernos de los mercados emergentes deben respaldar un sistema de pensiones sostenible, con una base firme en un sólido marco regulador, compromiso con la educación, incentivos para participar, como exenciones fiscales, y estrecha colaboración entre todas las partes.