Es una certeza absoluta que resulta deseable estar mentalmente sano.
Sin embargo, para que eso se logre es necesario, primero, estar físicamente sano.
El dualismo mente-cuerpo es inevitable; así se nos constituyó desde siempre.
Procurar nuestra salud física siempre ha estado en nuestras manos.
Nuestro estado mental deriva (en la mayoría de los casos) de nuestro estado físico. Siempre he observado que la mayoría de los seres humanos no atiende como debiera su estado físico, es decir, ejercitándose y con buenos hábitos de vida.
Cuando lo anterior no se da, la mente humana produce resultados bastante mediocres, que además, y para colmo, poco importan al que los vive.
Unos pocos viven a plenitud, y otros muchos simplemente viven porque ya están aquí.
¡Vivir es mucho más que existir!