[wp_bannerize group=”CHUBBconvierte”]
- Eduardo Lara di Lauro considera que el modelo de salud en México no es armónico
- Advierte: el sector debe cambiar su modelo de negocio para cerrar la brecha de cobertura
- Considera inaudito no impulsar coberturas adecuadas a los bolsillos del mexicano de a pie
Por: Alma G. Yáñez Villanueva
En general, el sector salud en México, y en lo particular, el seguro de Gastos Médicos Mayores, arrastran añejos problemas operativos de forma y fondo que los han llevado a vivir al límite una situación que ya es insostenible y está al límite del colapso. No obstante, proliferación de tecnología de punta incrustada en plataformas, Apps, inteligencia artificial, aparatos para el monitoreo de la salud y prevención de la misma, entre muchos otros esquemas disruptivos, comienzan a ganar terreno y constituyen un auténtico respiro y esperanza.
Eduardo Lara di Lauro, Head of Health, Latin America de RGA México, consultor y especialista del tema de la Salud y Gastos Médicos, plantea, en entrevista con Revista Mexicana de Seguros y Fianzas, cinco tendencias que marcarán la transformación y el rumbo en este rubro en los años por venir.
Lara di Lauro aborda la necesidad esencial de promover estilos de vida saludables; efectuar un pago acorde con el desempeño médico, e invertir en sistemas de información adecuados a los seguros de Salud; también la estratégica alternativa de instaurar una cuarta edad, incentivar adecuados estilos de vida.
Todo lo anterior, acompañado por todos los cambios tecnológicos y la digitalización, la globalización, el comportamiento del cliente y los retos financieros, que son las megatendencias que dominarán el escenario a nivel mundial, y en particular a México.
Si pudiéramos ordenar los factores que más preocupan al sistema de salud mexicano, ¿cuáles serían, y qué tendencias se presentarán en el corto y mediano plazos?
En general, podemos hablar de cinco o seis megatendencias, y no solo en México, sino a nivel global.
Una sería el envejecimiento, que es cada día más obvio y sobre todo en México, donde cada vez hay menos personas jóvenes. Tanto es así que hace unas semanas se dio a conocer el término cuarta edad: las personas que viven más de 80 años. Se dicen ahora que la tercera edad comienza a los 60 y termina a los 80. Esta situación conlleva la necesidad de un financiamiento para un modo de vida nuevo, y éste, al momento de una pensión, es totalmente diferente. El envejecimiento es un tema determinante en la parte de salud.
Otra tendencia es la de los estilos de vida, que están modificando de una forma radical cómo nos enfermamos. Cada vez más, los padecimientos que tenemos dependen de esos estilos de vida. Además, cada día hay más enfermedades no son mortales, pero sí crónicas. De ahí la diferencia entre suscripción de riesgos en Vida y suscripción de riesgos en Salud. Es totalmente diferente. Un buen riesgo en Vida puede ser un mal riesgo en Salud. Por ejemplo: cada vez son más las personas que viven más tiempo enfermas de cáncer, por nombrar algo, pero que no mueren sino que viven mucho tiempo en ese estado.
Y está la que se refiere a los cambios tecnológicos. El tema de la digitalización impactará de manera exponencial a los servicios de salud. Esos cambios ya afectan a la industria de seguros y a los servicios de salud de una manera muy fuerte. Juntas las dos cosas generarán que ese impacto sea mayor: afectan la atención médica incluso en la forma en la que se están adaptando. Hablamos de genomics, telematics, informatics, robotics, nanoscopic, endoscopic…
En el estudio del genoma humano, que sería otra tendencia, todavía no sabemos el enorme impacto que va a generar. El análisis a gran escala de las proteínas, la medicina a distancia, la medicina robótica, la máquina Da Vinci…; esas manos quirúrgicas son mucho más precisas que las del ser humano. Sí: hay todo un tema e impacto muy fuerte.
Otra tendencia es la relativa a globalización, si bien en México se está dando un poco más lenta que en otros países.
Uno que podría llamarse desafío se encuentra en el comportamiento del cliente y el tema de los millennials, así como en el nuevo concepto que se le da ahora a los de la generación Z, lo llamados centennials. El acercamiento a este tipo de consumidores debe ser totalmente diferente al tradicional. Ofrecerles nuevos canales es el gran reto en la industria de seguros.
Además, están los retos financieros. ¿De dónde vamos a obtener el dinero? Al final nos preguntamos: ¿Quién pone el dinero para atender nuestra salud? Ni el Gobierno ni las compañías de seguros; somos nosotros, a través de impuestos a la seguridad social, las cuotas, las primas de seguros, los copagos, el deducible o el gasto de bolsillo.
¿Cómo podemos hacer más eficiente ese gasto? Los sistemas de Seguridad Social se ven cada vez más presionados por los presupuestos. Por lo tanto, tenemos que ver cómo se van a acomodar las piezas del rompecabezas, qué es lo que va a atender el Estado y qué va a atender la población. Esto solo se verá en un sistema reconocido y armónico.
El gran problema que tiene México en su sistema de Salud es que el modelo sanitario no reconoce o no incluye al sector privado. Se dice que la salud es un derecho -para bien o para mal- consagrado en el artículo 3 de la Constitución; sin embargo, vemos cómo el Estado divide la cobertura de Salud entre los afiliados y los no afiliados a la seguridad social: los que tienen un trabajo formal y los que no lo tienen, y los segundos son atendidos por el Seguro Popular.
Aun así todavía hay 20 millones de mexicanos -de acuerdo con el estudio que hizo AMIS con Funsalud- que no tienen ningún tipo de protección financiera ni en salud. De esos no todos son pobres. Los elegibles para el Seguro Popular son gente pobre. ¿Pero los comerciantes de la Central de Abasto? Esa gente no es pobre y son elegibles al Seguro Popular.
Los seguros no estamos cubriendo esa población; pero, al final, no existe armonía en el modelo de salud en México. Estamos pagando dos o tres veces por el mismo servicio.
Ésas son las grandes tendencias a nivel internacional, y en particular se agudizan en México.
Nos decía que es difícil articular la estructura de la salud en México. ¿Cómo considera que la industria se está involucrando en esta problemática? ¿Está proponiendo soluciones de fondo? El conflicto de mis ideas viene de que llevo 20 años escuchando qué vamos a hacer y ciertamente el sector, a través de la AMIS, va teniendo una agenda política y de cabildeo cada vez más importante. Ahora, está el tema de la agenda. ¿Qué se atiende primero? El tema de las pensiones, por ejemplo, que es una bomba de tiempo impresionante.
Sabemos que el tema de la Salud está mal, pero sigue flotando. Dentro de los esfuerzos que viene realizando la AMIS hay un estudio que no se difundió lo suficiente, y es la propuesta del sector asegurador hacia el Gobierno sobre cómo se puede hacer convivir la parte estatal con la privada.
Debemos reconocer que, por ejemplo, la cobertura del Seguro Popular no es una cobertura total. Cubre 258 acciones médicas, fundamentalmente de primero y segundo niveles de atención. Ahí las compañías de seguros pueden vender seguros complementarios, pero con un apoyo del estado, vía deducción de impuestos. Incluso podemos darle a conocer a la gente algo como esto: “Yo te cubro hasta aquí, y hasta acá hay un seguro de todas estas empresas privadas”.
Resulta inaudito que incluso las mismas compañías se preocupan por diseñar seguros complementarios a la cobertura del Seguro Popular. Pero esto trae cuatro o cinco ejemplos de cómo el sector privado puede, sin ningún cambio de ley, cubrir huecos para beneficio de la población.
Sin embargo, las prioridades son otras. Un primer gran dilema del sector asegurador mexicano es definir si eres una aseguradora especializada en salud o una aseguradora multilínea. Éstas últimas tienen otro objeto de atención: venden Gastos Médicos como servicio. Están perdiendo dinero, pero hay subsidios cruzados: voy a perder en Salud, pero voy a ganar en Vida. Pero no puedo dejar de ofrecer Gastos Médicos porque, si no lo hago, la fuerza de ventas se va con la competencia.
Las aseguradoras no están gestionando bien sus servicios, y no sé hasta dónde existe ese deseo social de dar un producto de acuerdo con las necesidades de la población. Si no te vas a comprometer a gestionar la Salud, ni te metas, porque te va a ir muy mal.
Hay una problemática interna con las compañías de seguros que es difícil de resolver, que conduce a dos preguntas: ¿A qué nos queremos dedicar? ¿Qué tipo de asegurador quiero ser? Ya una vez que decida cuál es mi mercado objetivo y qué servicio voy a dar, entonces debo ver cómo éste empata con la cobertura del Estado.
Comentaba las megatendencias más disruptoras que impactarán en el futuro: ¿éstas ya están impactando en México?
Nos quejamos de que todo cambia muy rápidamente; que a golpes se nos está enseñando, y la pregunta es: ¿nosotros, como sector, también estamos cambiando? Tenemos que cuestionarnos cuál es el impacto de todos estos cambios. Y la realidad es que no lo estamos haciendo. Estamos muy atrasados respecto a la realidad y ésta cambia constantemente, lo que nos orilla a pensar que debemos dar un salto cuántico a ella. O cambiamos o alguien más va a venir y va a cambiar esta industria.
Hubo un ponente extranjero en el Seminario Internacional 2017 de Comisión Nacional de Seguros y Fianzas que decía: ¿Cómo motivar a una persona a cuidar su salud a través de un juego? Él creó una aplicación con el apoyo de una reaseguradora y una aseguradora, y ahora están trabajando en el tema de modelos predictivos. En México y en Latinoamérica todavía no veo cosas así.
Sin embargo, las herramientas ya están ahí. Qué tan rápido las vamos a adoptar, es otra cosa. Pero algo va a pasar, me queda muy claro, en no más de 24 meses. Ya estamos viendo que varias Insurtech están generando diferenciadores, alguna aplicación para empezar a comprometer al asegurado a temas de salud. Estamos a punto de sacar algo; tarde o temprano se tendrá que aterrizar.
Hablando de tratamiento en materia de enfermedades, mencionaba usted que existen muchos cuidados. Si pudiéramos enumerar algunas, ¿cree que ya están cambiando a la industria de los seguros y a la salud como tales?
Las estadísticas del sector indican que el padecimiento que está incidiendo más en costo, y que cada vez es más frecuente, es cáncer. El tema de los tumores es igualmente muy severo. Sin embargo, también estamos viendo otras enfermedades no catastróficas que impactan fuerte por su frecuencia, como problemas de columna. Pareciera que no es algo de cuidado, pero la manera en que la gente recae y la frecuencia están afectando de una manera muy importante a las aseguradoras.
El sobrepeso es una bomba de tiempo: muchos padecimientos o problemas endocrinológicos: diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares…; están pegando a nivel sector asegurador, y van a pegar todavía más.
Por eso, nosotros estamos a punto de sacar un producto que rompe con todo el paradigma de que los seguros solo cubren a personas sanas y no a personas enfermas. Estamos sacando un producto para diabéticos, estando ya enfermos, para cubrirles cierto tipo de diabetes, y bajo ciertos controles y cuidados podemos continuar la cobertura.
Sería muy importante poder atacar estas enfermedades, cada vez más crónicas; tenemos que actuar desde la modificación de los estilos de vida. ¿Cómo impulsamos estilos de vida saludables? Pero básicamente éstos son los padecimientos que yo resaltaría en el sector.
¿Y no identifican padecimientos o la recurrencia de padecimientos mentales, como Alzheimer u otras enfermedades mentales? ¿Qué pasa con la depresión?
No todas las pólizas cubren esta clase de deficiencias, aunque en otros países manejan pólizas que cubren exactamente lo que la tradicional no cubre. Ahí están todos los padecimientos mentales. En México, entre falta de conocimiento de cómo tratarlas y cifras estadísticas, les tenemos mucho miedo; entonces, lo que no conocemos, lo excluimos.
Por otro lado, en los productos de Salud no incluimos nada preventivo ni paliativo, y todos esos padecimientos mentales se tratan con cuidados paliativos, debido a que no tienen cura y tienes que impulsar una mejor calidad de vida al paciente.
¿Qué papel debería asumir la industria si habláramos de soluciones, quizá no grandes, pero sí pequeñas, en materia de prevención, protección y administración de riesgos de la salud?
Insistiría en dos pasos. Uno, definir cuál es tu posición estratégica; es decir: como compañía de seguros, ¿a qué te quieres dedicar? Luego haz eso. Quizá a veces trato las cosas de manera muy académica, porque sí hay una teoría de los seguros de salud, pero yo no disminuyo o no le doy importancia a la experiencia que mucha gente puede tener de estar manejando este ramo 10 o 15 años. Pero si nunca se ha metido a estudiar las bases de los seguros de Salud, no tendrá muy clara la forma en la que se están dando los incentivos.
Tradicionalmente, el asegurador en México solamente ha sido un tercero pagador, un intermediario entre el proveedor y el paciente o asegurado. ¿Cómo quieres controlar los costos, si cuando el doctor y el asegurado están sentados a la mesa negociando un procedimiento el que va a pagar no está ahí sentado con ellos? En su ausencia, ni siquiera puede establecer ni sugerir en qué hospital o bajo qué condiciones o circunstancias debe tratarse al paciente. Ese modelo es insostenible.
En un escenario ideal, debo preguntarme cómo puedo ganarme otra vez la confianza de mi asegurado y de los proveedores. Porque hoy estoy en el otro lado.
¿Cómo es posible que estamos queriendo controlar los costos y que digamos que tenemos seguros de salud si lo que pagamos es la enfermedad y no promovemos la prevención?
El doctor Julio Frenk decía que la peor forma de financiar la Salud es el gasto de bolsillo; yo diría que la peor forma de pagar a los proveedores es el pago por servicio.
¿Realmente estamos alineando lo que queremos del ramo de Salud con lo que estamos haciendo? No. Los incentivos están totalmente desalineados. Estamos incentivando la enfermedad.
¿Cómo hacemos para pagar en función del resultado del tratamiento? Por ejemplo, en una cirugía de cadera, te voy a pagar más cuando vea que la persona está caminando mejor de lo que estaba caminando antes de la cirugía.
Entonces las soluciones son promover estilos de vida saludables, pagar por desempeño e invertir en sistemas de información adhoc para seguros de Salud y para la realidad que hoy tenemos.
Son tres grandes cosas que hoy no estamos haciendo y que podrían cambiar de manera muy fuerte, una vez que ya se tomó una decisión estratégica.