La región de América Latina y El Caribe es la segunda más propensa a sufrir desastres naturales en todo el mundo, pues de acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH), tan solo el año pasado las pérdidas económicas rondaron los 137,000 millones de dólares; por lo que resulta vital hacer énfasis en medidas preventivas para reducir esa merma, en lugar de reaccionar después de que la crisis haya golpeado con contundencia.
Al respecto, Kaspar Mueller, presidente de Reaseguro para América Latina de Swiss Re, afirma que las inundaciones son el desastre natural más común en esta parte del mundo, seguido de los huracanes, terremotos, incendios y sequías.
“Tenemos la responsabilidad de hacer transformaciones en la forma en que medimos y prevenimos las catástrofes naturales en la industria, pero lo más importante es que necesitamos trabajar con otras industrias e instituciones para reducir la incertidumbre y las amenazas del cambio climático global y así fortalecer la protección para hacer que el mundo sea más resiliente”, aseveró Mueller.
El funcionario asegura que la industria debe centrar sus esfuerzos en desarrollar soluciones trascendentales por medio de la colaboración con clientes, instituciones privadas y públicas, así como con los gobiernos de cada país.
“Durante los últimos años, en los que terribles catástrofes como terremotos e inundaciones afectaron a países como Chile, México y Brasil, el trabajo conjunto fue la mejor manera de superar las dificultades”, añadió el presidente de Reaseguro para América Latina de Swiss Re.
El cambio climático es una prioridad
Muller también aprovechó para referirse a los embates del cambio climático no solo en esta región sino a escala global. En tal sentido, indicó que en el sector reasegurador están tomando medidas para reducir sus efectos y para abordar la brecha de protección.
“Las temperaturas promedio más altas, el aumento del nivel del mar, las olas de calor más prolongadas y las precipitaciones desiguales registraron incrementos y la mayoría de las catástrofes fueron causadas por sucesos recurrentes relacionados con el clima extremo durante el último año”, subrayó el especialista.
Por último, Mueller agregó que los riesgos secundarios como las sequías, los incendios forestales y las inundaciones han demostrado ser más peligrosos y que seguirán siéndolo aún más.