El envejecimiento de la población mundial incentiva una creciente participación de los sistemas de capitalización en la construcción de pensiones adecuadas para los trabajadores; por lo cual es necesario identificar las verdaderas causas de los bajos montos y evitar la adopción de medidas demagógicas o populistas que terminan debilitando los sistemas previsionales y no resuelven el problema de las retribuciones de los empleados.
Esta es una de las conclusiones del estudio titulado ¿Cuáles son las reformas necesarias para mejorar las pensiones en América Latina?, elaborado por la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), que detalla que la solución al problema de las pensiones contributivas no pasa por volver o expandir los sistemas de reparto y añade que dichos sistemas son inviables en el largo plazo debido a que, por el envejecimiento de la población, habrá menos trabajadores activos para financiar la pensión de cada adulto mayor.
Asimismo, el incremento de la informalidad laboral latinoamericana desfinanciará a los sistemas de reparto e imposibilitará entregar pensiones adecuadas. Por ello, el número de países que han incorporado sistemas de capitalización ha crecido significativamente en las últimas décadas.
De ahí que sea muy relevante perfeccionar su diseño en siete aspectos:
1. Mejorar la cobertura
Un aumento en la cobertura a los niveles europeos implicaría que los montos de las pensiones autofinanciadas de América Latina podrían más que duplicarse en promedio, con una reducción significativa del gasto fiscal en pensiones no contributivas.
2. Establecer programas de pensiones no contributivas
Como el aumento de la cobertura no se puede materializar en el corto plazo, es necesario establecer y potenciar programas de pensiones no contributivas bien diseñadas y focalizadas, para ayudar a los mayores que no tienen derecho a una pensión contributiva adecuada.
3. Dotarlos de una institucionalidad técnica que actualice periódicamente sus parámetros
A pesar de que las expectativas de vida crecen más en los países latinoamericanos, la tasa de cotización y la edad de jubilación en todos ellos han permanecido constantes, excepto en México. Es necesario actualizar los parámetros, alinearse con las tendencias internacionales y cumplir con la suficiencia en pensiones.
4. Mejorar la rentabilidad y seguridad de las inversiones de los fondos de pensiones
Esta es un área de permanente actualización, por la flexibilización de los límites de inversión, la ampliación del número de instrumentos elegibles y los activos alternativos, entre otros.
5. Impulsar en forma decidida el ahorro previsional voluntario (APV)
Es clave en un escenario en el que las cotizaciones obligatorias son insuficientes para financiar pensiones adecuadas.
6. Perfeccionar la etapa de desacumulación de los sistemas
Estableciendo modalidades de pensión ajustadas a los principios de seguridad social y a los requerimientos de las personas, entregando asesoría al seleccionar la modalidad de pensión, e implementando un sistema de consultas y ofertas de montos de pensión eficiente, entre otros.
7. Comunicación y educación financiera sobre pensiones
Para aumentar los montos es necesario que los trabajadores estén informados respecto al progreso de su futura pensión y entender la información recibida de su administradora de fondos. Los países deben tener estrategias nacionales de educación financiera sobre jubilaciones y pensiones.