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- CHARLEMOS SEGUROS
Por: Alfredo González / @risk_mr
Estamos iniciando el segundo trimestre de 2018, y comenzamos con el pie derecho, ya que en los pasados días tuve la oportunidad de asistir al Congreso Panamericano de Productores de Seguros (Copaprose), en su versión 2018, y de constatar la impecable organización desplegada por los amigos de Costa Rica, anfitriones del evento este año.
Por supuesto que traigo muchos temas interesantes por platicar, y éstos formarán parte de mi reporte del evento para este medio informativo, pero en esta ocasión quiero utilizar una frase que me conmovió, dicha por el español Marcos Urarte, el primer orador del evento, porque no me había puesto a reflexionar acerca de que en algunas ocasiones puede suceder que nuestra especialización en un tema signifique carencia de innovación, y en un mercado cambiante, en el que la tecnología está trastrocando los procesos todos los días, considero grave que dejemos de pensar en novedades por abstraernos en la sola especialización.
Es por ello, mis estimados amigos, por lo que el día de hoy los invito a que Charlemos Seguros respecto de este tema y explorar sobre qué tan especialistas nos hemos vuelto en nuestros temas, para identificar esos puntos y evitar por todos los medios que la especificidad de nuestra labor nos impida voltear la cara al frente y mirar el futuro.
A la exposición de Marcos Urarte siguieron muchas más referidas a otros tópicos relevantes, pero el común denominador de las pláticas durante todo el congreso fue el manejo de la tecnología, que hace tiempo nos alcanzó, y que requiere de nosotros una constante actualización, so pena de volvernos obsoletos en un mercado en constante movimiento.
Se habló mucho de las empresas insurtech, que incursionaron el mercado financiero hace algunos años y que hoy, en lo que se refiere a nuestro sector, ya tienen varios productos colocados en las aseguradoras que se comercializan con agentes de por medio o sin ellos. Recordemos que en México hace poco el presidente promulgó la llamada Ley Fintech, que vendrá a regular las actividades en lo que respecta a estos productos. Para mí, el hecho de que se haya aprobado y promulgado una ley con la celeridad con que se llevó a cabo el reciente proceso es una señal inequívoca de que el mercado avanza más rápido que la legislación.
Esta aseveración puede resultar hasta cierto punto lógica, tomando en cuenta que nuestros legisladores no son expertos en casi ningún tema (solo hay que mirar los nombres existentes y los propuestos para descubrir que no podemos exigir expertise a gente con tan poca preparación); y, por las conversaciones que tuve con los participantes del congreso, quienes provenían de toda América Latina y de algunos países de Europa, constaté que la preocupación porque se legisle en el tema es coincidente entre los hermanos latinoamericanos.
Simplemente en Panamá, un mercado asegurador maduro -por las instituciones con las que cuenta y la presencia de 28 compañías aseguradoras para un mercado de alrededor de cuatro millones de habitantes, con 3,500 agentes de seguros para brindar atención-, aún están en planes para el diseño de una ley que regule la actividad de las fintech; y -de acuerdo con datos que me proporcionó Alexis Mazzo, director de la Academia de Seguros Panameña, a quien tuve la oportunidad de entrevistar durante mi escala en ese país-, las primas intermediadas por los intermediarios asciende a unos 1,500 millones de dólares.
En el congreso hubo algunas exposiciones que llamaron más mi atención, ya que hablaron de ejemplos reales; de productos que, aun cuando no se han empezado a comercializar en el mercado mexicano, se prevé que muy pronto serán protagonistas en él, ya que por su esquema de venta masiva vienen a cubrir una importante necesidad entre el público de este país. Me refiero a las coberturas denominadas por uso.
Este tipo de productos, principalmente comercializados por las insurtech, han revolucionado el mercado asegurador. En México ya tenemos ejemplos de aseguradoras que brindan cobertura por día, por viaje o protegen el efectivo retirado de un cajero automático tan solo por unas horas, todo ello con éxito en un segmento determinado del mercado, aunque se espera que poco a poco se masifiquen y puedan suplir algunas de las coberturas que brindan los productos tradicionales. Fue muy grato para mí encontrar que entre estos productos ya se encuentra uno desarrollado por Mario Escalante, quien se dedica al desarrollo de estas tecnologías por medio de su empresa insurtech. De él escribí hace ya varios meses en este mismo espacio. La columna se tituló: “Cuando el destino nos alcanzó”.
Según comentó Iván Botello, líder actuarial para Latinoamérica de Gen Re, quien tuvo una brillante participación como ponente en el evento, el auge de estos productos por uso se debe en parte al cambio en los hábitos de consumo, pues en donde antes se buscaba estabilidad, planeación y un producto de precio bajo, las nuevas generaciones tienen más apetito por el valor, la inmediatez y la experiencia con un producto que tenga un precio correcto.
Y ya se habla de una personalización de productos. El ejemplo más cercano lo tenemos en los ramos de Autos y Gastos Médicos, en los que la prima dependerá de las características y necesidades de cada cliente, uno a uno; y aquí, se ha de remarcar, un buen uso de la póliza representará una buena siniestralidad, lo que abrirá la puerta a personas cuyos padecimientos en la actualidad los dejan fuera de la protección financiera de este tipo.
Yo pertenezco a la generación de aquellos a los que nos gusta ser reconocidos como especialistas en nuestros temas, pero creo que a raíz de lo aprendido en San José, en Copaprose 2018, debo cambiar esa perspectiva, porque la innovación es algo cada vez más necesario en nuestra industria.
Entonces, amigos, ante el inminente arribo de la tecnología en el mercado asegurador, parece que es tiempo de que todos seamos mucho menos especialistas y bastante más innovadores, ¿no creen?
Para concluir esta entrega, esta ocasión quiero enviar una cálida felicitación de cumpleaños a mi muy estimado Óscar Pinzón, que nació un 16 de abril y es uno de los promotores más exitosos que conozco. Óscar llegó hace algunos años de Ciudad de México a abrir mercado en Guadalajara, intermediando solamente para un par de compañías, y hoy cuenta con una de las carteras más importantes de la región, ya que intermedia para un buen número de aseguradoras, y con excelentes resultados.
También vaya un abrazo para mi amigo César Rojas Rojas, CEO de esta casa editorial, quien el pasado 10 de abril celebró su cumpleaños. Que sea para él otro año pleno de logros y éxitos.
Y, como siempre, les mando un abrazo muy fuerte, esperando encontrarlos por aquí en mayo, mes, por cierto, en el que César me dio la oportunidad de comenzar a participar como columnista en este importante medio informativo, hace ya varios años.