Depresión, ansiedad, déficit de atención por hiperactividad y otros trastornos relacionados con problemas de salud mental en empleados, cuestan más de 1,000 millones de dólares a empresas de todo el mundo cada año, debido a que quienes los padecen, bajan sus niveles de productividad, se ausentan, cometen algunos errores o tardan más en entregar resultados, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.
Diversas investigaciones han revelado que más de la mitad de la población de países de ingresos medios y altos sufre al menos una condición mental a lo largo de su vida; sin embargo, se estima también que desde la llegada de la pandemia de COVID-19, alrededor de 42 por ciento de trabajadores (empleados y líderes) a nivel mundial, ha sufrido problemas de salud mental, haciendo que los síntomas de agotamiento en el trabajo aumenten cada vez más.
En el estudio Usando tecnología digital para apoyar la salud mental y resiliencia de los empleados, que elaboró McKinsey & Company, consultora estratégica global, se cita lo anterior y se hace hincapié en que la mala salud mental tiene un alto precio tanto para las personas como para las empresas, por lo que es urgente que las organizaciones ofrezcan soluciones y cuiden a sus empleados ante esta problemática.
La consultora señaló que por cada dólar que las empresas invierten en programas de bienestar para sus empleados reducen aproximadamente 3.27 dólares y en costos de ausentismo alrededor de 2.73 dólares; con lo que se dejó en claro que procurar la salud de sus empleados convierte a cada institución en un mejor lugar de trabajo, más rentable y productiva.
Aunado a ello, McKinsey afirma que la tecnología puede funcionar como un parteaguas para cuidar de mejor manera y más constantemente la salud mental de los empleados, así como su resiliencia. Esto gracias al sin fin de herramientas que existen hoy en día enfocadas a ello; por ejemplo, la ubicuidad de los dispositivos digitales personales (como teléfonos inteligentes, rastreadores de actividad física, tablets, etcétera), los programas de bienestar que se pueden hacer de forma virtual, entre otros.
Entonces, a medida que se lanzan más soluciones digitales y aumentan las demandas de los colaboradores, más organizaciones están invirtiendo en la construcción de una fuerza laboral saludable y resistente.
Actualmente las soluciones digitales pueden ofrecer enfoques terapéuticos o apoyar un cambio de comportamiento positivo a gran escala; además, son accesibles en cualquier momento y desde cualquier lugar, brindan ayuda a un pedido sin largas esperas (que a menudo se necesitan para tomar terapia en persona), son convenientes, fáciles de usar y pueden mantener el anonimato.
Sin duda alguna, que las empresas inviertan en tecnología para ayudar a que sus empleados trabajen en su salud mental diariamente es una de las ventajas competitivas más grandes que se puede tener en el mercado; sobre todo, al vivir en una época como la actual, en la que, como se mencionó anteriormente, la mayoría de las personas están expuestas a sufrir enfermedades de este tipo, concluyó la investigación.