- A RIESGO PROPIO
Por: Bernardo Olvera Bolio
UNA VEZ que la sociedad empieza a sentirse más tranquila respecto de la ocurrencia de un nuevo terremoto de intensidad catastrófica, otros “terremotos” o sacudidas están a la vista. Básicamente en el terreno de la política, pero en diferentes “predios”.
POR UNA PARTE está el candente tema del fiscal de la Fepade. El punto realmente presenta un enredo que pasa de un caso en el ámbito de lo electoral, como corresponde a esa fiscalía, al tema de las sospechosas corrupciones en la paraestatal Pemex. Si le siguen buscando a la hebra, probablemente lleguen a los dineros que la viuda de Lázaro Cárdenas recibe por cada barril de petróleo que se vende o quizá a las conversaciones en lo oscurito que tuvo el Tata, cuando recibió órdenes desde Washington para expropiar el valioso combustible. ¿Verdades o leyendas?
POR OTRA, aUn dentro de lo político está el tema de las coaliciones, los imposibles candidatos independientes y demás cuestiones que ponen en la mesa la baraja de nombres de los aspirantes a candidatos a la presidencia del país para el periodo 2018-2024. El único seguro es Andrés López, que viene haciendo campaña desde hace 20 años; asunto que, por cierto, nadie reclama o impugna, a pesar de estar contraviniendo todas las formas, normativa y reglamentación que se han promulgado, modificado y ajustado durante esos cuatro lustros.
SOBRE LA CUESTIÓN ANTERIOR se agrega la competencia de patadas bajo la mesa y de cachetadas a la vista que se propinan casi a diario los dirigentes del PAN y el PRI, y la mágica cantidad de seguidores del PT que contribuyen con algo más de 10 por ciento de los votos con que Morena tiene al citado López en el primer lugar de las intenciones de voto. Digo “mágica cantidad” porque el PT prácticamente perdió su registro por no haber alcanzado ni el 1.5 por ciento de participación en las últimas elecciones; le rogó al PRI un apoyo, alguna alcaldía, en fin, algo; pero no lo obtuvo. ¿De dónde sacó ahora el PT tal cantidad de seguidores?
ESAS Y OTRAS sacudidas mantienen al país más o menos entretenido, lo que a su vez aprovecha Mancera para seguir haciendo declaraciones “dolientes”, “compresivas” y “humanitarias” para empezar a convertirse en un “niño”, como el Niño Fidencio y otros personajes curanderos y aliviadores de diversos males. Desde luego sigue de gira en su rol de presidente de la Conago, regalando patrullas y demás desechos que no le pertenecen, aunque él los regala como si le pertenecieran personalmente.
EL MÁS AFORTUNADO por el terremoto fue Mancera. El terremoto escondió todas las porquerías que se están haciendo con la CDMX. Las lamentables y absurdas obras que siguen despedazando a la ciudad han quedado mezcladas y poco identificables entre las reducidas a escombros, herencia de la tragedia. Gracias al terremoto ha justificado buena parte de su discurso de miseria y falta de dinero que los malvados del Gobierno Federal le niegan, mientras hace fiestas populares en toda la ciudad. Pero ojo: solo las fiestas que él considera correctas, así como sólo las manifestaciones cuyas causas abonan a su propio discurso, para dejar una imagen “correcta” ante el público que quiere conquistar para la grande.
EL TERREMOTO mantiene oculta la ya desatada e incontrolada delincuencia en la ciudad, que ya dejó de gobernar por andar de ajonjolí de todos los moles. Está oculta también la innumerable cantidad de edificios de departamentos que se están construyendo en todas las zonas críticas de la ciudad. En Álvaro Obregón, Benito Juárez, Cuauhtémoc se están construyendo literalmente miles de departamentos. Por un lado, el discurso de que donde había departamentos que se derrumbaron por los sismos hay que construir parques y lindos lugares de recreo; y, por el otro el negocio de seguir dando licencias para que se hagan miles de departamentos en edificios ocho, 10, 15 y más pisos, generando microcúmulos urbanos de riesgo para los sismos por venir, aparte de la saturación de población en puntos donde ya los servicios están dando muestras de insuficiencia.
La hipocresía política en pleno.
ÉSA ES LA SITUACIÓN de esos sobrepoblamientos, dizque programados desde el sexenio de Andrés López, quien emitió un bando al respecto, y que aprovechó el señor Akabani, delegado en su momento de Benito Juárez, y que desde entonces les reporta beneficios continuos. Claro, la firma City Towers no ha dejado de construir edificios con también miles de departamentos en una zona menor a 50 cuadras de diámetro. Dinero para muchos, licencias para muchos, corrupción de ambos lados, constructores y gobernantes de la CDMX.
LO MÁS DELICADO del caso es que si ocurriera algún sismo de magnitud similar a los que hemos tenido recientemente: si se cae uno de esos edificios, tendremos, en una sola ubicación, más muertos y heridos que los que se reportaron a nivel nacional en septiembre pasado. Si bien ésos son microcúmulos de riesgo, habría quizá que recalcular el riesgo de terremoto de esas zonas de la CDMX en adición a los estudios de acumulación que realizan las reaseguradoras a nivel mundial.
Ahí queda.