Comenzamos 2019 con la noticia de que nuestro nuevo gobierno, que apenas asumió el cargo hace poco más de un mes, realiza sus primeras acciones en contra de lo que siempre consideró el principal problema que enfrentaría: la corrupción.
Es por ello, amigos, por lo que los invito a que Charlemos Seguros respecto de la visión que ha mostrado el recién estrenado gobierno sobre el sector asegurador, una visión que, al menos de inicio, no exhibe un interés real por nuestra industria.
Una de las primeras acciones fue eliminar, de tajo y con aviso oficial a la aseguradora implicada el mismo día 31 de diciembre, el seguro de Gastos Médicos Mayores del que gozaban muchos burócratas, con cargo al erario. La medida no parece mala, ya que, en efecto, la prestación representaba una carga excesiva que se pagaba con nuestros impuestos; pero los argumentos que se manejaron y la manera en que se llevó a cabo fueron, por decir lo menos, de una torpeza pocas veces vista.
En un intento por justificar la medida, el mismo presidente (que por estos actos me recuerda mucho al tristemente célebre José López Portillo) salió a decirnos que el Gobierno ahorraría 5,000 millones de pesos con esta acción, que supongo que engloba las primas que se pagaban por tal concepto; pero tales justificaciones siguen siendo cuentas alegres, sin un sustento real, y parecen haber sido hechas con un ábaco como instrumento de medición, ya que no consideran el ahorro que representó para el Gobierno que todos esos burócratas no hubieran asistido al IMSS o al Issste a recibir su atención, porque eso también cuesta, y el costo de dicha atención no fue ahorrado, sino trasladado de las reservas de la compañía aseguradora directamente a las finanzas del Estado, que ahora debe brindar el servicio médico, incluso de los casos catastróficos, y todos nosotros seguiremos pagándolo vía contribuciones, porque sabemos que es la única manera que tiene el Gobierno para fondearse.
Como mencionaba un agente de seguros en un grupo de Facebook cuando abordamos el tema, “la siniestralidad no se crea ni se destruye, solo se transforma”, y es un hecho que el dinero, en mayor o menor cantidad, seguirá gastándose, aunque venga de otra bolsa, y seguiremos pagándolo los ciudadanos.
Si bien es cierto que el seguro médico privado es costoso para la Administración Pública, las nuevas autoridades pierden de vista, o más bien diría que no conocen, la función social del seguro; y, como muy poco saben del tema, pues lo consideran solamente como un “gasto suntuoso”, enviando con esta concepción un mensaje muy negativo a la población de que comprar seguros es un gasto innecesario, cuando todos conocemos la ineficiencia que tienen las dependencias de Gobierno en la atención médica, por ejemplo.
Paradójicamente, nuestro presidente, ahora que retomó sus “conferencias mañaneras”, tiene una mayor exposición a los medios, medida que muy pronto desgastará su imagen, y eso comienza a notarse ya, cuando cada vez habla más, se enreda constantemente en sus propias ideas y, por ende, se le entiende menos.
Han sido ya varias las ocasiones, en tan solo unos días de gobierno, que tienen que reconocer equivocaciones. Primero fue en la reducción de presupuesto a las universidades; más recientemente en la logística de distribución de combustible. Pero, como sucede en todos los gobiernos, existen errores y se reconocen culpables, pero nunca hay consecuencias; eso solamente existe en la iniciativa privada.
En el Gobierno mexicano solo existe protección e impunidad para los que se equivocan. Por supuesto que eso no es exclusivo de este Gobierno: lo han hecho todos. Lo que pasa es que éste se encargó, durante más de quince años de campaña, de vendernos la idea de que las cosas funcionarían de manera diferente.
Y ya que entramos en el tema de la distribución de combustible, que es un asunto ya crítico acá, en Guanajuato, aunque el Gobierno, como siempre, nos lo quiera manejar como un problema “menor”, nuevamente vemos la torpeza en las decisiones al más alto nivel, ya que el perjuicio a la economía se va incrementando conforme pasan los días, y no es posible cargar gasolina, y el problema será descomunal si el abasto no se normaliza de inmediato.
Aquí también la respuesta oficial es que se normalizará “lo más pronto posible”, frase que no dice nada (porque pueden ser días o semanas, o incluso meses) y que solamente incrementa la incertidumbre de la población, e incluso la inseguridad, porque en las zonas metropolitanas ya se da el robo con violencia de la gasolina de los autos, lo cual daña las chapas del tanque.
Otro pésimo cálculo del Gobierno: ahorrar dinero evitando el robo de combustible, haciendo con ello perder millones de pesos a las economías locales al paralizar la actividad industrial y comercial de las ciudades, además de que el costo del transporte terrestre de combustible (sí, como se hacía hace muchos sexenios) es inmensamente mayor al costo de la distribución por ductos. Curiosamente, llevamos ya varios días en la “guerra contra el huachicoleo”, y ningún responsable ha sido detenido… Puras especulaciones y cortinas de humo para confundir a la opinión pública.
Como han venido dándose las cosas, no dudo de que el día de mañana nos vengan a decir que también se cancelan los seguros de transportes que tiene contratados Pemex, con el argumento de que “es más eficiente que el Ejército cuide las pipas en que se traslada el hidrocarburo”, ya que ésa parece ser la lógica ridícula de una autoridad sin conocimiento alguno de administración de riesgos, que en poco tiempo ha sido capaz de destruir lo construido con tanto esfuerzo en materia de cultura de seguros.
Así las cosas, mis amigos, en lo personal considero que viviremos una de las épocas más difíciles en el sector asegurador, pero también creo que no debemos bajar la guardia, porque de las crisis nacen las oportunidades; y, a pesar de que abiertamente nos están mostrando desinterés por esta industria, nuestra labor es seguir construyendo y no decaer en los esfuerzos por generar una cultura aseguradora tan necesaria en nuestro México.
A solo unos días de comenzado el 2019, toca felicitar por su cumpleaños a mi muy estimado amigo Juan Alberto Vélez Arredondo, conocido cariñosamente en el sector como JAVA, quien el pasado 9 de enero celebró su cumpleaños; Juan Alberto ha sido mi mentor y mi jefe en diferentes ocasiones, pero lo que siempre hemos conservado es una amistad que perdura a través de los años. Vaya para él un abrazo fuerte y mis mejores deseos de que tenga un año superexitoso en sus nuevos proyectos profesionales.
Que tengan todos un magnífico inicio de año, y nos seguimos leyendo por aquí, en cada entrega, para que Charlemos Seguros acerca de los temas que nos interesan a todos, relacionados con nuestra apasionante actividad.
¡Un abrazo!