Llama OMS a priorizar y mejorar la salud de las personas

El Asegurador

 

Debido al ensanchamiento de la brechas de desigualdad en materia salud  causadas por la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado a acelerar el acceso equitativo a la tecnología relacionada con la COVID-19 entre países, a realizar mayor inversión en atención primaria, a priorizar la salud y la protección social, a construir comunidades seguras, sanas e inclusivas. y a potenciar los sistemas de datos y la información sanitaria para actuar urgentemente para mejorar la salud de las personas. 

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo lo anterior en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Salud que se celebra cada 7 de abril y añadió que los llamamientos consisten en lo siguiente: 

  1. Acelerar el acceso equitativo a la tecnología relacionada con la COVID-19 entre países y en cada uno de ellos, asumiendo el desafío de garantizar el acceso a las vacunas  a todas las personas que las necesitan.

 Para lograrlo destaca como “fundamental” el apoyo al mecanismo COVAX, la iniciativa global en la que participa la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que trabaja con los gobiernos y las empresas farmacéuticas para garantizar que las vacunas contra el COVID-19 estén disponibles en todo el mundo, tanto para los países de ingresos altos como para los de ingresos bajos, que espera llegar durante los próximos días a cien países y economías.

Asimismo, también son vitales productos básicos como el oxígeno médico, los equipos de protección personal, pruebas de diagnóstico y medicamentos seguros, así como los mecanismos para distribuir de forma justa todos estos productos dentro de las fronteras nacionales.

  1. Mayor inversión en atención primaria

Al menos la mitad de la población mundial sigue sin acceso a los servicios sanitarios esenciales; más de 800 millones de personas gastan al menos 10 por ciento de sus ingresos familiares en atención sanitaria, y esos gastos conducen a la pobreza a casi 100 millones de personas cada año.

Por ello será vital evitar recortes en el gasto público en salud y otros sectores sociales debido a que tal medida aumentará  las dificultades de los grupos ya desfavorecidos, debilitará el rendimiento del sistema sanitario, crecerán los riesgos para la salud y aumentará la presión fiscal en el futuro. 

El representante de la OMS indicó que de ampliarse las intervenciones de atención primaria en los países de ingresos bajos y medios se podría salvar 60 millones de vidas y aumentar la esperanza de vida media en 3.7 años para 2030, al tiempo que los gobiernos también deben reducir el déficit mundial de 18 millones de trabajadores sanitarios necesarios para lograr la cobertura sanitaria universal en 2030.

  1. Priorizar la salud y la protección social

En muchos países, la COVID-19 ha causado graves repercusiones socioeconómicas superiores al impacto del virus en la salud pública, tales como la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de la pobreza, problemas educativos y dificultades en la alimentación. 

Algunos países ya han puesto en marcha planes de protección social para mitigar estos efectos negativos y han iniciado un diálogo sobre cómo seguir prestando apoyo a las comunidades y las personas en el futuro.

  1. Construir comunidades seguras, sanas e inclusivas

La Organización destaca como elementos clave para todo el mundo el acceso a una vivienda saludable, en barrios seguros, con servicios educativos y recreativos adecuados, pero recuerda que el 80 por ciento de la población mundial vive en condiciones de extrema pobreza se encuentra en zonas rurales.

 Actualmente, ocho de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de agua potable viven en zonas rurales, al igual que siete de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de saneamiento.

 Por ello, es importante intensificar los esfuerzos para que las comunidades rurales dispongan de servicios sanitarios y otros servicios sociales básicos (incluidos el agua y el saneamiento), junto a una urgente mayor inversión económica en medios de vida sostenibles y un mejor acceso a las tecnologías digitales.

  1. Potenciar los sistemas de datos y la información sanitaria

Disponer de un mayor número de datos actualizados y de calidad clasificados por sexo, riqueza, educación, etnia, raza, género y lugar de residencia es clave para averiguar dónde existen desigualdades y abordarlas.El seguimiento de las desigualdades en materia de salud debería formar parte de todos los sistemas nacionales de información sanitaria.

El estado de salud de estos diversos grupos suele quedar enmascarado cuando se utilizan promedios nacionales. Además, a menudo son las personas vulnerables, pobres o discriminadas las que tienen más probabilidades de no figurar en los datos.

Finalmente Tedros afirmó que ahora es el momento de invertir en salud como un motor para el desarrollo, “no tenemos que elegir entre mejorar la salud pública, construir sociedades sostenibles, garantizar la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada, hacer frente al cambio climático y tener economías locales prósperas. Todos estos objetivos vitales van de la mano”.

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