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Las últimas semanas cambiaron totalmente nuestro mundo de (rea)seguro

El Asegurador

 

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Por: Horst Agata / Director general y representante General Reinsurance AG. Gen Re

agata@genre.com

A escala mundial, los meses de agosto y septiembre de 2017 fueron muy difíciles para la industria del seguro y el reaseguro. Los daños causados por los huracanes Harvey, Irma y María en Estados Unidos y El Caribe, además dos grandes terremotos y una poderosa réplica en México provocaron daños catastróficos. Al combinar los impactos de los eventos de julio y agosto, se espera que el tercer trimestre de 2017 sea uno de los más costosos registrados para el sector asegurador en su historia.

Algunos de mis colegas pensaron que nuestro ambiente laboral nunca iba a cambiar; incluso le llamaron a nuestro entorno de mercado “la nueva normalidad”. Contrario a este pensamiento, yo siempre recordaba en mis conferencias y artículos que esto no es normal. Estuvimos navegando en aguas desconocidas, y mientras se desarrollaba este gran experimento de la política monetaria fácil la advertencia de las tormentas estaba creciendo con gran intensidad.

Nuestro sector ha tenido mucha suerte, y las apariencias engañaron a muchos porque pasamos por largos periodos con pocas catástrofes. El último año con un impacto grande por catástrofes naturales fue 2011, y pasaron más de 10 años desde que un huracán tocó tierra en La Florida. Fue la brecha más larga desde 1851. Por otro lado, nuestras exposiciones subieron (por ejemplo, el cambio climático, extensiones en las pólizas, aumentos en los sublímites, etcétera), y muchos se olvidaron de la disciplina en la suscripción.

En este tiempo, el capital global de reaseguro subió al nivel más alto de su historia (605,000 millones de dólares). De este capital 15 por ciento fue capital alternativo, y ahora quedan muchas dudas de cómo se va a comportar este recurso[1]. De esto escribo más adelante.

Hasta julio 2017 no hubo grandes catástrofes naturales importantes; el año fue bastante apacible para la industria. En los primeros seis meses de ese periodo únicamente sucedieron seis eventos que sobrepasaron los mil millones de dólares de pérdidas aseguradas (todos relacionados con el clima); en total, la suma de las pérdidas catastróficas era un poco más de 20,000 millones de dólares: [2]

El 17 de agosto apareció Harvey, y con esto cambió todo. Aproximadamente 30,000 residentes de Houston fueron evacuados conforme la tormenta se acercó. Harvey se desarrolló rápidamente. En tan solo 48 horas se intensificó de una depresión tropical a un huracán de categoría 4 hasta llegar a tierra firme. La tormenta de categoría 4 golpeó a Texas el 25 de agosto. Harvey fue el primer huracán (superior a la categoría 3) en llegar a Estados Unidos desde que se padeció el huracán Wilma en 2005, y el primer huracán de categoría 4 que llegó a tierras de Estados Unidos desde el huracán Charley en 2004. Harvey produjo impactos significativos de viento cerca de la zona de impacto junto con un oleaje considerable.

El debilitamiento tan lento del huracán produjo tormentas eléctricas que provocaron lluvias muy fuertes en el sureste de Texas. Esta cantidad de lluvia ocasionó grandes inundaciones sobre el sureste de Texas, incluyendo el área metropolitana de Houston.

El comportamiento de la tormenta fue casi sin precedentes y rompió todos los récords de precipitaciones causadas por ciclones tropicales (acumulaciones reportadas de 129 centímetros), sobrepasando a Allison (en 1995), a Claudette (en 2003), y a Amelia (en 1978) no sólo en volumen, sino también en extensión territorial. La afectación de Harvey fue la grave inundación causada en Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos. La tormenta produjo alrededor de 57 billones de litros de agua en esta ciudad (véase la gráfica).

Esto es más del doble de la lluvia causada por el famoso huracán Katrina en 2005, hasta el día de hoy el siniestro asegurado más grande en la historia del seguro. Junto con el significativo impacto de inundación en el área metropolitana de Houston también se observaron daños causados por el viento. Se notificaron grandes daños a la infraestructura en las zonas afectadas. La tormenta causó al menos seis muertes, según informes de los medios de comunicación. El modelo RMS estimó que la pérdida económica global sería de entre 70,000 y 90,000 millones de dólares[3].

El seguro privado contra inundaciones es limitado, y las tasas de penetración del Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones (The National Flood Insurance Program (NFIP)) son bajas (aproximadamente 20 por ciento en Houston); por lo tanto, la mayoría de las pérdidas no estaban aseguradas. Esto seguramente reavivará el debate sobre políticas públicas en torno a este tema. Se estima que en total las pérdidas aseguradas causadas por el huracán Harvey oscilaron entre los 18,000 y 25,000 millones de dólares.[4] De esta cantidad hasta 6,000 millones de dólares podrían ser pérdidas en seguros relacionadas con el viento según la firma de modelos de riesgo RMS.[5] La firma AIR estimó una pérdida económica de entre 65,000 y 75,000 millones de dólares a causa de las lluvias insólitas ocasionadas por el huracán Harvey. El mercado de seguros y reaseguros estima una pérdida aproximada de 10,000 millones de dólares a causa del huracán.[6]

El día 30 de agosto aparece Irma, y días después se convierte en huracán categoría 5, devastando a su paso varias islas de El Caribe antes de llegar a La Florida, en septiembre. Irma es el primer huracán de importancia que llega a La Florida desde el huracán Wilma (2005), y también es el primer huracán de categoría 4 que afecta a La Florida desde el huracán Charley (2004).

Irma fue uno uno de los huracanes más fuertes en la cuenca del Atlántico, con vientos máximos sostenidos de hasta 300 kilómetros por hora. El huracán fue una tormenta destructiva que produjo impactos en la mayor parte del sureste de Estados Unidos, incluyendo los cayos de La Florida, así como algunas áreas de El Caribe. Los impactos para algunas áreas de las Islas de Sotavento del Norte (Northern Leeward Islands), las Islas Vírgenes, así como para el norte de Cuba, fueron especialmente graves. Para Estados Unidos, los impactos más severos fueron en los cayos de Florida debido al fuerte oleaje, vientos y tormentas, que ocasionaron grandes inundaciones en la costa de Georgia y el noreste de Florida, estado que registró al menos 67 muertes.

Tomará mucho tiempo para evaluar completamente el alcance y la gravedad de este evento.

RMS estima que la pérdida de la industria de seguros y reaseguros debido a los impactos del huracán Irma en las islas de El Caribe y Estados Unidos es de hasta 55,000 millones de dólares, con pérdidas económicas esperadas de hasta 95,000 millones de dólares. Tan solo para Estados Unidos, RMS estima un impacto a la industria de seguros y reaseguros de 25,000 a 30,000 millones de dólares, de los cuales de 2,500 a 5,500 millones de dólares son pérdidas por inundación para el Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones (NFIP).[7] La mayoría de las pérdidas se debe a los daños sufridos en La Florida.[8] En total (incluyendo El Caribe), RMS estima para el huracán Irma daños asegurados por un monto que flutúa entre 32,500 y 49,500 millones de dólares.[9]

AIR dijo que las pérdidas aseguradas combinadas por el huracán Irma para Estados Unidos y las islas afectadas en El Caribe oscilan entre los 32,000 y 50,000 millones de dólares.[10]

Hasta unos días antes de la llegada del huracán a tierra, los modelos predictivos indicaban que la tormenta Irma se dirigía directamente hacia Miami, cerca de donde el huracán Andrew impactó hace 25 años. Para evaluar el impacto potencial de este evento, AIR examinó uno de los miles de eventos simulados en el catálogo de 10,000 años de su modelo de huracanes en Estados Unidos; y, sobre la base del inventario actual de edificios, la pérdida total para este evento habría superado los 138,000 millones de dólares. Solo las pérdidas en La Florida sólo superarían los 127,000 millones de dólares.[11] Este siniestro habría sido, por mucho, el más grande en la historia de los seguros.

El huracán María fue la decimotercera tormenta anunciada de la temporada de huracanes del Atlántico Norte en 2017, y llegó a Dominica el 19 de septiembre como un huracán de categoría 5 (se convirtió en el segundo huracán terrestre de categoría 5 en cuestión de semanas), manteniendo su intensidad mientras recorría El Caribe cerca de las islas de Guadalupe, Martinica y las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Con categoría 4 llegó a tierra firme en Puerto Rico – la tormenta más fuerte que golpeó a la isla desde 1932 – produciendo daños catastróficos y fuertes impactos a la infraestructura de este país. Produjo daños materiales en República Dominicana y Haití, y al menos 78 personas muertas y muchas otras desaparecidas.

Puerto Rico no sufrió los peores impactos del huracán Irma a comienzos de septiembre; el fenómeno sólo miró a la isla. Sin embargo, con María, Puerto Rico sufrió un golpe directo, doloroso y costoso. Según RMS hay al menos 50,000 millones de dólares de exposición en Puerto Rico, pero gran parte no está asegurada.[12] Ésta es una de las razones por las que RMS espera que las pérdidas aseguradas por el huracán María sean significativamente inferiores a los daños económicos globales, que oscilarán entre los 30,000 y los 60,000 millones de dólares en todo El Caribe.[13] RMS estima que las pérdidas aseguradas oscilarán entre los 15,000 y 30,000 millones de dólares.

AIR estima asimismo que la pérdida asegurada en Puerto Rico será de entre 35,000 y 75,000 millones de dólares; sin duda, esta estimación de AIR a raíz del paso de María sacudió al mercado de seguros, y en un estudio detallado del doctor Cagdas Kafali de AIR (Understanding AIR’s Loss Estimates for Hurricane Maria in Puerto Rico)[14] se explica muy bien la razón de este cálculo.

Con los huracanes Irma, José, Katia, Lee y María, septiembre de 2017 se convierte en el mes más activo jamás registrado en el Océano Atlántico, tomando en cuenta la fuerza combinada y la duración de las tormentas, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.[15]

Por otra parte, y también durante septiembre, México fue impactado por la tormenta tropical Lidia, que causó la muerte de 20 personas a su paso, por la península de Baja California, y tres terremotos de gran alcance. Estos sucesos incluyeron el terremoto más fuerte de 2017: un evento de magnitud 8.1 que impactó el estado de Chiapas, seguido por una réplica de magnitud 6.2, que mató al menos a 103 personas. Y el 19 de septiembre un terremoto de magnitud 7.1 golpeó el centro de México, dejando sin vida al menos a 367 personas y miles más heridas. Fue un terremoto muy fuerte cuyo hipocentro fue cercano a CDMX, aproximadamente a 120 km, en el límite entre los estados de Puebla y Morelos; por ello la intensidad fue muy alta. La intensidad se mide por la aceleración del movimiento del suelo: el detector de Ciudad Universitaria registró en 1985 una aceleración de 32; sin embargo, el del pasado 19 de septiembre fue una aceleración de 60. Según la primera estimación que fue realizada por los expertos de ERN/UNAM, esperamos una pérdida aproximada de 4,800 millones de dólares que afectará al sector asegurador.[16]

Esto significa que solamente con el evento del 19/S se nos fueron por lo menos 10 años de prima en terremoto, sin tener en cuenta otros eventos sísmicos que tuvimos durante estos años. Así que, después de la caída de la prima catastrófica durante la guerra de precios en los últimos años, la prima actual de riesgo para cubrir las catástrofes en México debe de ser insuficiente.

Por otro lado, gran parte de la pérdida total no será cubierta por el sector asegurador. La poca penetración que tiene el seguro en México (solamente el 7 por ciento de las casas cuentan con un seguro) hace que la mayor parte de la pérdida sea nuevamente absorbida por el Gobierno. En este triste pero realista momento es importante resaltar las bondades que tendría un seguro para la sociedad.

Ahora es importante que nosotros en conjunto con el Gobierno revisemos nuestro plan de continuidad. Cuando golpea una catástrofe, el objetivo es restaurar las operaciones lo antes posible. El Gobierno debe reconocer el valor que tiene un buen seguro y buscar de manera conjunta la forma para subir la penetración de dicho instrumento en todo el país.

El fuerte terremoto del 19 de septiembre y la historia nos enseña que hay países donde hubo mucho más víctimas con sismos similares. La fuerza de un terremoto se refleja no tanto en la cantidad de víctimas, sino en el cumplimiento de los códigos de construcción y las medidas de prevención. México ha hecho un gran trabajo después de sus terribles experiencias del terremoto del 85. Este terremoto se ha quedado en la memoria colectiva de los mexicanos. Siempre será posible discutir o criticar si una u otra medida puede o debe ser optimizada. Pero sería incorrecto y deshonesto hacer a un lado todos los progresos realizados en nuestro país en el ámbito de los sistemas de alerta temprana, la prevención para los desastres y la gestión de crisis.

Con las evaluaciones aún en curso tanto para Harvey, Irma, María y los citados eventos en México sigue siendo demasiado temprano para proporcionar una estimación exacta de pérdidas económicas o aseguradas para cada evento, especialmente teniendo en cuenta el impacto que puede tener la interrupción de negocios.

Considerando las cifras que estiman RMS y AIR para los tres huracanes descritos, llegaríamos a una pérdida asegurada de aproximadamente 100,000 millones de dólares, cifra que convertiría a 2017 en uno de los más costosos para el sector asegurador. También Morgan Stanley estimó que las pérdidas de la industria al tercer trimestre podrían superar los 100,000 millones de dólares, e incluso pronosticó una subida interesante de los precios de los programas catastróficos.[17]

Según AM Best, el mercado mundial de reaseguro produce en 2016 un índice combinado de 101 por ciento.[18] Esto significa claramente que el sector reasegurador registró pérdidas técnicas en 2016. Tomando en cuenta las bajas tasas de interés, no podemos esperar grandes ganancias por el lado de las inversiones.

Por lo anterior, los expertos de J.P. Morgan esperan también subidas de precios a partir de la próxima renovación. Según ellos, los precios subirán debido a los últimos desastres naturales, y es probable que la combinación de frecuencia y severidad sea suficientemente disruptiva para provocar mejoras significativas en la fijación de precios.[19] El reaseguro es una herramienta imprescindible para el desarrollo de la actividad aseguradora, y sigue siendo muy importante para sustituir el capital de las aseguradoras en tiempos de regulación basada en el capital (Solvencia II).

Por esto es imprescindible contar con un muy buen reaseguro. Las aseguradoras tienen que suscribir bien a su reasegurador, porque existe una amplia oferta de reaseguro y reaseguradores con distinta solvencia, distinto apetito, distinto modelo de negocio, distintos servicios y distinto precio.

Les recomiendo mucho observar el impacto en el capital de los diferentes reaseguradores por las acumulaciones de pérdidas catastróficas ocurridas en el tercer trimestre de 2017. En algunos casos, los eventos absorberán gran parte del patrimonio actual de las reaseguradoras. El verdadero valor de un reaseguro se refleja muchas veces después de un siniestro grande a la hora de pagar la pérdida.

Algo barato podría convertirse en algo realmente caro para la aseguradora, como bien señala Warren Buffett: “Precio es lo que pagas; valor es lo que vas a recibir a cambio”. El mercado de reaseguros ha sido sumamente blando durante los últimos años. Tanto ha sido así que ya no estuvimos cobrando siquiera nuestro precio técnico, como mencioné anteriormente. Como consecuencia, la oferta global excesiva de capital ha llevado a una disminución de la rentabilidad en la industria.

Las aseguradoras directas se han beneficiado del actual ciclo de mercado, pero muchas de ellas valoran también la relación a largo plazo y desean asegurar la continuidad de sus paneles de reaseguradores. Para seguir siendo rentable durante el ciclo del mercado, se requiere hoy una estrategia de suscripción disciplinada. Esto sigue siendo crucial para el éxito en el entorno actual.

En el futuro será esencial vigilar el cambiante entorno del mercado y la rapidez con que se producen tales mutaciones. Esto tiene que ver con las estrategias de nuestros clientes, que están recurriendo a nuevas tecnologías para optimizar su negocio de seguros a lo largo de toda la cadena de valor, así como con el comportamiento de los consumidores, el ajuste de los precios en relación con los riesgos y la intención de hacer más eficiente la administración y mejorar el manejo de las reclamaciones.

A largo plazo esperamos que se produzcan más consolidaciones en la industria de reaseguro. Por un lado, las empresas asiáticas, en particular de China y Japón, y algunas compañías grandes europeas, siguen buscando oportunidades de compra para seguir con su expansión internacional. Por otro lado, con las recientes catástrofes algunos reaseguradores pequeños, que ofrecen nuevos mercados o nuevos segmentos, probablemente buscarán un socio estratégico para fusionarse. Cada vez es más importante demostrar un balance financiero fuerte, así como cierta capacidad técnica para ofrecer y competir con soluciones e innovaciones a la medida.

Durante los próximos años, el papel del reasegurador será muy importante para apoyar el desarrollo del sector. Nuestras experiencias adquiridas en otras regiones del mundo ayudarán en el desarrollo de nuevos mercados y productos innovadores. Nosotros definitivamente podemos ser un gran motor para la región.

En el seguro primario seguiremos viendo también una actividad de fusiones y adquisiciones. Las empresas van a tratar de ser cada vez más eficientes y rentables usando al mismo tiempo oportunidades de crecimiento estratégico, definitivamente un terreno donde también podemos apoyarlas con soluciones individuales de reaseguro.

Se prevé también que los huracanes tendrán importantes pérdidas para inversionistas en algunos bonos catastróficos y también vincularán el capital de los inversionistas hasta que las pérdidas reales se aclaren. El comportamiento de los inversionistas en algunas Insurance-linked securities (ILS) después de estos eventos tendrá un impacto significativo en los precios futuros de reaseguro. Si algunos inversionistas grandes (fondos de pensiones, hedge funds) abandonaran el mercado, esto podría indicar rápidamente un aumento en los precios de los reaseguros; pero, si los actuales inversionistas están dispuestos a permanecer en el mercado o incluso nuevos inversionistas deciden entran al mercado, las tendencias de precios se mantendrán relativamente estables.

Por otro lado, quedarán las preguntas de siempre: ¿qué ocurrirá cuando suban las tasas de interés? ¿Es un capital a largo plazo? ¿Perderán los inversionistas su interés si las primas siguen bajando?

Las catástrofes naturales causan mucho sufrimiento, pero también significan grandes pérdidas económicas para las personas y las naciones afectadas. Dado que muchas de las pérdidas por catástrofes no están cubiertas por los seguros, la cooperación entre los gobiernos y el sector privado es cada vez más importante para cerrar la brecha en los seguros, especialmente en los países emergentes, y así apoyar el desarrollo económico sostenible. En Latinoamérica más de 88 por ciento de las pérdidas económicas después de una catástrofe de la naturaleza no está asegurado. En Estados Unidos este índice es de 56 por ciento y en Europa 71 por ciento. [20]

Definitivamente, nuestra mayor oportunidad para la industria de seguros en los próximos años es cubrir esta brecha global de cobertura. Las últimas grandes catástrofes nos enseñan una vez más esta gran necesidad de cubrir los riesgos catastróficos. Especialmente en los mercados emergentes, la mayoría de las familias o pequeñas empresas aún no está asegurada o no cuenta con seguro suficiente (muchas veces las pólizas existentes cuentan con deducibles altos y coaseguros altos).

Nadie puede predecir lo que sucederá el próximo año. Sin embargo, las catástrofes naturales tienen siempre un impacto importante en el resultado de muchas compañías de seguros y de reaseguros. Vivimos tiempos de incertidumbre, cambios e innovaciones. Pero también de muchas oportunidades y con un gran futuro. Tenemos una industria de seguros apasionada, flexible e ingeniosa que se ajustará al Nuevo Mundo y continuará siendo un factor decisivo en nuestra vida personal y de negocios. El futuro está en sus manos. Hoy una consecuencia dramática sería que gane nuevamente la esperanza sobre la experiencia.

[1] Aon Benfield Analytics: Reinsurance Market Outlook, subtitled Hurricane Harvey Highlights Protection Gap, Septiembre 2017

[2]Aon Benfield Analytics: Global Catastrophe Recap: First Half of 2017, Julio 2017

[3] http://www.rms.com/newsroom/press-releases/press-detail/2017-08-30/rms-models-economic-losses-from-major-hurricane-harvey-and-associated-flooding

[4] Insurance Insider: Q3 loss disclosures come in above market expectations, 11.10.2017, p.3

[5] https://www.reuters.com/article/us-storm-harvey-insurance/wind-linked-insurance-losses-from-hurricane-harvey-likely-below-6-billion-rms-idUSKCN1B524U

[6] http://www.artemis.bm/blog/2017/09/07/hurricane-harvey-reinsurance-industry-loss-over-10bn-air/

[7] http://www.artemis.bm/blog/2017/09/21/hurricane-irma-insurance-industry-loss-up-to-55bn-rms/

[8] http://www.artemis.bm/blog/2017/09/21/hurricane-irma-insurance-industry-loss-up-to-55bn-rms/

[9] Insurance Insider: Q3 loss disclosures come in above market expectations, 11.10.2017, p.3

[10] Insurance Insider: Q3 loss disclosures come in above market expectations, 11.10.2017, p.3

[11] http://www.air-worldwide.com/Models/Tropical-Cyclone/Hurricane-Irma-in-the-US/

[12] http://www.insurancejournal.com/news/international/2017/09/29/465993.htm

[13] https://www.canadianunderwriter.ca/catastrophes/rms-estimates-insured-losses-hurricane-maria-us15-30-billion-1004121263/

[14] http://www.air-worldwide.com/Blog/Understanding-AIR%E2%80%99s-Loss-Estimates-for-Hurricane-Maria-in-Puerto-Rico/

[15] http://www.cirmagazine.com/cir/September-record-month-for-Atlantic-tropical-cyclones.php

[16] ERNtérate, Pérdida estimada al sector asegurador, Sotfware R-Plus, 22.9.2017

[17] http://www.insuranceinsider.com/analysts-expect-double-digit-rate-rises-after-him

[18] AM Best’s Special Report: Global Reinsurers Look to Reposition Amid Market Disruption, 5 de septiembre

[19] https://seekingalpha.com/article/4111148-rate-rises-2018-market-turns-enough-payback-analysts

[20] https://www.munichre.com/topics-online/en/2017/09/focus-on-benefit-for-society

 

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