Las insurtech no son competencia de las aseguradoras ni de los agentes de seguros, sino entidades aliadas altamente colaborativas cuyo objetivo es fortalecer la cadena de valor del seguro. Erradicar esa creencia es fundamental; y más ahora cuando la pandemia suscitó en la sociedad y en las empresas la necesidad de adquirir y proveer productos y servicios innovadores y con alto componente tecnológico, rubro en el que las insurtech son especialistas.
Actualmente hay 61 insurtechs en México y con facilidad en tres años más se observará un crecimiento exponencial de este sector, de manera que podríamos llegar a ser más de 200 empresas de este tipo en colaboración con la industria del seguro, predijo Hugues Bertín, CEO de Digital Insurance LatAm, al ser entrevistado por EL ASEGURADOR en relación a las oportunidades de expansión que las insurtech derivado de las lecciones de la COVID-19.
Así como la pandemia por coronavirus forzó la aceleración del uso de la tecnología digital en múltiples procesos y escenarios de la vida, también es innegable que el mercado asegurador de México descubrió en esta coyuntura el despertar de una nueva generación de usuarios que incursionaron en el consumo digital. Con estos nuevos usuarios la industria podrá conectar mejor en la medida en que acepte que las insurtechs son aliados con propósitos comunes, no rivales, explicó Bertín.
Hugues Bertín agregó que, a diferencia de las fintech (organismos que compiten fuertemente en el sistema bancario buscando transformar radicalmente paradigmas de usabilidad y servicio por medio de la tecnología), la línea de las insurtech va en el sentido de ser empresas altamente colaborativas cuyo objetivo es innovar y digitalizar los procesos del sector asegurador en áreas cruciales, como distribución, siniestros, fraudes, desarrollo de productos, entre otras.
El CEO de Digital Insurance LatAm señaló que en otros países ha sido tal el aporte de las insurtechs para el desarrollo del modelo de negocio de los intermediarios que el agente tradicional terminó por reconocer y adoptar muchas de las ideas que le generan valor agregado para el beneficio de su actividad. Eso es parte de la transformación que se está dando y que se aceleró aún más por el confinamiento ocasionado por la crisis sanitaria.
Es natural que los agentes de seguros se encuentren bajo mucha presión por la existencia de tantas opciones de consumo digital y que por ello consideren a las insurtechs como una amenaza, ya sea por falta de información acerca de su misión o porque aprecian en ellas una forma de desintermediar su actividad, cuando en realidad estas empresas de tecnología son un complemento para mejorar su sistema de trabajo, aclaró Hugues Bertín.
Por ejemplo, apuntó el entrevistado, hace 15 años, el nicho comercial de las agencias de viajes era altamente intermediado; con el surgimiento de las plataformas virtuales, a los agentes no les quedó otra salida que repensar en qué parte radicaba su valor, y dicho análisis dio pie a la creación de nuevos modelos de negocio que combinaron lo personalizado con lo digital. Todo ello dio por resultado que, en lugar de que perdieran su trabajo, lo fortalecieran.
Algo semejante está ocurriendo con el agente de seguros, sobre todo en el segmento de líneas personales, indicó Bertín, en el que poco a poco veremos una migración hacia propuestas de valor digitales, y esto sucederá así simplemente porque el cliente lo pide y porque es mucho más fácil multiplicar las opciones de venta teniendo como aliada a la tecnología.
Sin embargo, reconoció el entrevistado, el protagonismo del intermediario seguirá teniendo un valor agregado muy grande entre las pymes y en el aseguramiento de los grandes riesgos, en los que su labor es insustituible por una opción digital.
Este fenómeno se aprecia muy claramente en Argentina, continuó el CEO de Digital Insurance LatAm, donde los corredores de seguros se pusieron a trabajar bajo el modelo de negocio sugerido por las insurtech debido a que los clientes solicitaban opciones de consumo multicanal, sobre todo en líneas personales, y esta adaptación al esquema no se contrapuso al gran valor que los corredores tienen por el canal físico; por el contrario, los usuarios apreciaron que éste se haya complementado con la parte digital.
El director de la empresa tecnológica dijo que fue tan grande el cambio en los hábitos de vida y de consumo que produjo la pandemia que también se modificó la forma en que el usuario percibe las coberturas: algunas características de los seguros que se consideraban relevantes antes de la COVID-19 dejaron de serlo y viceversa, lo que anteriormente resultaba intrascendente ahora posee un valor agregado apreciado por el consumidor.
A juicio de Bertín, otro aspecto que marcó un antes y un después del confinamiento es que las organizaciones que en el último trimestre de 2019 realizaron un plan estratégico para el siguiente año, se dieron cuenta de que había que volver a pensar ese esquema de operación para adaptarse al nuevo escenario.
No hay que ser matemático para interpretar que la curva de aprendizaje y la adaptación de las personas y empresas al terreno digital muestra un crecimiento exponencial. Los agentes y la industria tienen que hacer lo necesario para estar a la altura de las nuevas exigencias del consumidor, indicó el entrevistado.
Haciendo una analogía con lo que sucede con aquel que aplaza demasiado su aprendizaje por el miedo, Bertín aclaró que “el confinamiento fue como si hubiéramos aventado al sector asegurador a una piscina de transformación digital con el objetivo de que no tuviera otra opción más que aprender a nadar”. México, Colombia y Argentina resolvieron bastante bien el tema. No hubo grandes fallas; al contrario, en esos países las aseguradoras incrementaron sus ventas de manera digital, y el consumidor encontró la solución para cubrir sus riesgos de la mano de la tecnología.
Hugues Bertín recuerda que, cuando empezó la pandemia, la mayoría de las insurtech tenía cierta preocupación por lo que estaba pasando en el mercado. En abril, una gran insurtech de Estados Unidos, Metromile, despidió al 25 por ciento de su planta laboral. Eso fue una alarma. Pero conforme pasaron los días esa señal se diluyó porque comenzaron a suceder cosas nunca antes vistas: en Europa, GetSafe hizo crecer 20 por ciento la compra de seguros de manera online.
En India, Policybazaar reportó 40 por ciento más en el consumo del seguro de Vida; en China, Wesure integró a más de 25 millones de usuarios a la tecnología; y en diversos países de América Latina surgieron variables de protección y aseguramiento. El seguro de Auto en su esquema tradicional se convirtió en una cobertura poco relevante. Al tener su auto arrumbado en el garaje, los asegurados comenzaron a reflexionar si debían renovar su cobertura o no, y convirtieron en relevante el aseguramiento por kilómetro.
El pago por uso comenzó a ser atractivo, prosiguió Bertín, y en ese camino en Argentina una empresa comenzó a vender seguros sobre demanda en Accidentes Personales; otra organización creó un seguro de Vida Temporal en virtud del cual la gente podía contratar protección por tres o seis meses y rescindirlo. Eso ocasionó que muchas personas que no tenían contacto con el seguro comenzaran a acercarse a estos instrumentos financieros.
Surgió en todo el mundo un cúmulo de ofertas creativas, buenas y muy interesantes, relató el entrevistado. La compañía de seguros Lemonade, con sede en Nueva York, empezó a salir a la bolsa en ese momento. El valor de entrada de la organización era de 1.7 billones de dólares, y durante la pandemia multiplicó por tres su valor. Ahora vale 4.1 billones de dólares. Éstas son algunas de las transformaciones que surgieron durante la etapa de confinamiento, subrayó Hugues Bertín.
“Yo creo que el mercado mexicano tiene un potencial increíble y no habría que dudar que las mejores insurtech de toda Latinoamérica saldrán de México”, concluyó el entrevistado.