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Las finanzas de los adultos mayores

El Asegurador

Por: Victor Araiza Martínez / director general de FUSA

La mirada del adulto mayor, aunque con menos brillo, es más limpia y transparente; y, aunque no adquieren conocimientos nuevos, perfeccionan los que tienen, comparan lo experimentado y, por lo general, son buenos consejeros, dueños de su tiempo y disponibles para un sinfín de actividades.

Bize y Vallier (1983)

  1. ¿Por qué el término adulto mayor?

Adulto mayor es una persona de 60 años o más, según el criterio de la Organización de las s Naciones Unidas. En algunos países, como es el caso de México, al adulto mayor se le considera dentro de un grupo denominado tercera edad, y en las legislaciones de sus estados se le denomina “persona adulta mayor”.

Ricardo Moragas, autor de diversos libros, señala que se tienen tres concepciones de la vejez:

1.- Vejez cronológica Vejez histórica del organismo que se mide por el paso del tiempo.
2.- Vejez funcional Reducción de la capacidad funcional del individuo por el transcurso del tiempo. No necesariamente significa incapacidad.
3.- Vejez etapa vital Produce efectos en el individuo por el paso del tiempo, siendo una etapa con realidad propia y con diferencias respecto de la cronológica y la funcional.

 

Bize R. y Vallier, C. en su libro Una nueva vida: la tercera edad (1983) señalaron que el concepto de la vejez ha ido cambiando con el transcurso del tiempo, ya que envejecer no significaba crisis de retiro, dado que, al ir dejando gradualmente el trabajo, los hijos ayudaban en ese proceso; además, la gente vivía en el campo, y no se tenían problemas importantes de alimentación.

En la antigüedad, los adultos mayores eran considerados sabios e historiadores, ya que difícilmente llegaban a los 70 años, por lo que eran cuidados y respetados; hoy en día, la mayoría de los adultos mayores vive en ciudades con grandes problemas de pobreza e inseguridad; relegados, abandonados y no respetados.

Luis Rodríguez Nievas publicó en 2013 su obra Hacia una tercera edad con mejor calidad de vida. Ahí remarca que los programas sociales destinados a los adultos de la tercera edad tienen mínimos (o casi nada) indicadores de problemas que se sufren durante el envejecimiento, sus consecuencias y sus posibles tratamientos. Luis Rodríguez analiza con profundidad varios aspectos sobre la tercera edad, de los cuales menciono aquellos que observé que tienen mayor impacto. Se muestran a continuación:

  • la salud
  • envejecer en una etapa de la vida
  • actividad física
  • el deporte en la tercera edad
  • problemas que afectan la salud física y mental
  • la tercera edad en el ámbito de sus relaciones
  • problemas en la vida diaria del adulto mayor.
  1. El mundo y los adultos mayores

Luis Rodríguez señala en su libro que entre la población estadounidense la esperanza de vida se acerca a los 85 años. En 1983, la población de la tercera edad en ese país igualó a la población del rango de 20 años; en 1992, la población de la tercera edad alcanzó el 12 por ciento y se pronostica que para el año 2030 constituya el 22 por ciento.

En 1982, en la primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, se adoptó un plan denominado Acción Internacional de Viena, y ahí se reafirmó la convicción de que los derechos fundamentales e inalienables establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se aplican plenamente y sin menoscabo a las personas de mayor edad, reconociendo que la calidad de vida no es menos importante que la longevidad.

Por lo tanto, los adultos mayores deben, en la medida de lo posible, disfrutar con su familia una vida plena, saludable y satisfactoria y ser estimados como parte de la sociedad. Por cierto, en 2002 se llevó a cabo la segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, y ahí se adoptó el Plan de Acción Internacional de Madrid, con los siguientes temas centrales.

  • La realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas de edad.
  • La garantía de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas mayores y de sus derechos civiles y políticos, eliminando toda forma de discriminación en contra de las personas de edad.

Se tienen normas internacionales para las personas de edad, como éstas:

  • Convenio sobre la Seguridad Social (OIT)
  • Convenio sobre Prestaciones de Invalidez, Vejez y Sobrevivientes (OIT)
  • Recomendación sobre los Trabajadores de Edad (OIT)
  • Convenio sobre la Discriminación (empleo y ocupación OIT)
  • Convenio sobre la Libertad Sindical y la Protección al Derecho de Sindicación.
  • Convenios Tercero y Cuarto de Ginebra sobre Derecho Internacional Humanitario
  • Convenio sobre Protección Internacional de los Adultos
  • Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
  • Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
  • Política de Envejecimiento Activo adoptada por la Organización Mundial de la Salud
  • Carta de El Caribe para la Promoción de la Salud por parte de los Jefes de Gobierno de la Comunidad de El Caribe
  • Declaración de Toronto para la Prevención Global del Maltrato a las Personas Mayores.

Los organismos internacionales de derechos humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Internacional de Derechos Humanos, según se cita en el documento de la Cepal colección de documentos de proyectos. Envejecimiento y derechos humanos: situación y perspectivas de protección, han desempeñado una actividad limitada de defensa los derechos de las personas de edad que posiblemente pueda explicarse por la falta de referencias explícitas de los derechos humanos en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En el Proyecto Regional de Población CELADE- FNUAP (2001) Envejecimiento y vejez en América Latina y El Caribe, el Centro Latinoamericano y Caribeño comenta que los expertos coinciden en que la humanidad está en un profunda transformación demográfica dados los avances de la ciencia y la tecnología, con las siguientes estimaciones:

Estimaciones de la transformación demográfica mundial

2000-2050

2000 2050
§ Una de cada 10 personas tiene 60 años o más.

§ Las personas de 80 años o más son el 11 por ciento del grupo de edad de 60 o más.

§ Las personas de 100 o más alcanzan la cifra de 145 mil.

§ Se espera que cinco de cada 10 personas tengan 60 años o más.

§ Se espera que las personas de 80 años correspondan al 19 por ciento de la población de 60 o más.

§ Se espera que la cifra de personas centenarias sea de 2.2 millones.

 

La población mundial de personas adultas mayores alcanzará, según el documento citado, la cifra de 2,000 millones en 2050, a diferencia de 2009, cuando se estimaban en 700 millones. La esperanza de vida de la población mundial en general aumentó 20 años en la segunda mitad del siglo XX, y se espera que sea de 78.12 años en 2016-2017, con un aumento de 10 años en promedio para 2030.

III. Latinoamérica y la vejez

En 2007 se llevó a cabo la segunda Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento en América Latina y El Caribe, (Hacia una Sociedad para todas las Edades y de Protección
Social basada en Derechos), siendo aprobada la Declaración de Brasilia y ratificada al año siguiente por la Cepal, de la cual surgieron dos importantes mandatos:

1.- Se designó a los gobiernos participantes a realizar esfuerzos a fin de instituir una convención internacional sobre los derechos de las personas de edad.

2.- Designar un relator especial sobre los derechos de las personas de edad.

En 2009 la Asamblea General de la OEA aprobó una resolución sobre los derechos humanos y personas adultas mayores, solicitando la creación de instrumentos internacionales y la adopción de medidas para su protección, con el fin de promover el fortalecimiento de la cooperación regional sobre los derechos humanos. En la resolución mencionada también se solicitó al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) convocar a expertos para examinar la viabilidad de una Convención Interamericana sobre los Derechos de las Personas Adultas Mayores, la cual se llevó a cabo en 2010.

Hasta 2014, un total 13 países de Latinoamérica contaban con una norma específica de protección de los derechos de la vejez: Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y la República Bolivariana de Venezuela.

En sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA sobre Derechos Humanos y Personas Adultas Mayores celebrada el 28 de octubre de 2010, el director de la Celade afirmó que en 2010 en la región (Latinoamérica y El Caribe) la población de adultos mayores era de alrededor de 53 millones de individuos, equivalente a 9 por ciento de la población total, y que la tasa de crecimiento en los periodos 2000-2025 y 2025-2050 será de entre tres y cinco veces más elevada que la de la población total.

  1. México y su responsabilidad con los adultos mayores

En octubre de 2011 se publicó un documento con el título de Envejecer en México: condiciones de vida y salud, patrocinado conjuntamente por la AARP, Centro Fox y Rand Corporation, con el fin de fomentar en los sectores público y privado la búsqueda de soluciones para mejorar el bienestar de las personas mayores en México. Del documento se han extraído notas y cifras que se han considerado relevantes. Se citan a continuación:

Esperanza de vida de los mexicanos De 1950 a 2000 pasó de 36 a 74 años. Para el año 2050 se espera que sea de 80 años.
Fertilidad En 1960 era de 7.2 hijos por mujer en promedio. Para el año 2004 la cifra fue de 2.4 hijos en promedio.
Ranking de México Decimoquinto, con al menos 6.7 millones de adultos mayores en 2008.

 

Se espera un aumento del 232 por ciento para 2040. EU espera un crecimiento del 107 por ciento al mismo año.

 

El aumento de México será mayor que el de 10 países latinoamericanos, incluyendo Brasil, Perú y Guatemala.

Pobreza alimentaria Representó el 20 por ciento de la población. Para adultos mayores de 65 años representó el 30 por ciento.
Sistemas de pensiones Los trabajadores afiliados al sistema de seguridad social hacen aportaciones para la pensión y la atención médica.

 

Menos de la mitad de los adultos mayores en México recibe la cobertura del sistema de seguridad social.

 

En 2009 el IMSS atendió a 40 por ciento de la población asegurada; el ISSSTE, a 6 por ciento.

 

En 2005 el sector informal representó 58 por ciento de la fuerza laboral de México.

Las aportaciones al sistema de seguridad social no son obligatorias para los trabajadores por cuenta propia.

 

Las pensiones no contributivas y de protección se iniciaron en México en 2001.

Edad promedio de jubilación En 2010 la OCDE reportó que en México la edad de jubilación fue de 72.2 años en promedio para hombres y de 69.5 para mujeres, la más alta de las naciones que la integran.

 

En 2000, uno de cada cuatro hombres en México todavía trabajaba a los 80 años.

La edad oficial de jubilación para hombres reportada por la OCDE (países integrantes) fue de 64.4 años en promedio, y para mujeres de 63.1 años en promedio.

 

En noviembre de 2003 se aprobó un nuevo derecho social en Ciudad de México mediante la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de setenta años, residentes en el Distrito Federal, que marcó un cambio en la historia de los adultos mayores en el país. La mayoría de los estados de la república mexicana han implantado programas en apoyo a la vejez.

Para el desarrollo de este punto es necesario primeramente hablar sobre políticas públicas, su orientación hacia las personas adultas mayores y su impacto en la vida de los ciudadanos mexicanos. Las políticas públicas sobre la vejez en México se consideran casi siempre como un tema de pobreza basado en modelos de asistencia social, en virtud de que se asocia la vejez con la vulnerabilidad que presenta un adulto mayor en vida.

En el actual gobierno, el Programa Nacional de Población 2014-2018 señala que los principios y valores son indispensables en la formulación de políticas públicas, y por ende la política de población tiene una naturaleza transversal y busca que la acción gubernamental potencialice las capacidades individuales y sociales.

La política de población se basa en la coordinación interinstitucional articulada con las acciones públicas en el desarrollo socioeconómico, la integración del territorio, el combate a la pobreza y la desigualdad, la inversión en el desarrollo humano de las personas y la protección del medio ambiente.

Un principio central de la política de población es la rendición de cuentas, según señala el Programa Nacional de Población, situación que no es de exclusividad porque la rendición de cuentas debe estar inmersa en todos los programas, planes y acciones del sector público, a fin de transitar hacia un proceso democrático de estado, y no de partidos y de personas.

Se presenta un apartado del avance de la transición demográfica de México que afirma la desaceleración del crecimiento de la población, con caídas en la tasa de fecundidad y un saldo migratorio negativo.

El programa muestra que en 2013 nacieron 2.25 millones de personas y murieron 673 mil, lo que significa un incremento anual de 1.57 millones de personas con una tasa anual de crecimiento natural de 1.33 por ciento.

Otras cifras de alto impacto que se señalan en el programa son la esperanza de vida al nacimiento que aumentó de 73.2 a 74.5 años de vida en el periodo 2000-2013. Para el año 2050 se espera un incremento en la esperanza de vida para los hombres, que llegarán a los 78 años y para las mujeres, que llegarán a los 81 años.

Alarmantes son sin duda las cifras, pero la pregunta obligada es si será México un país que se transforme al ritmo de los cambios demográficos para estar listo con políticas públicas modernas y vanguardistas que garanticen los derechos consignados en las leyes estatales y federales. De no ser así, nos espera un México aún más violento, más inseguro, de mayor desigualdad y de un trato injusto e inhumano para los adultos mayores, pero con una diferencia importante: se aumentará el flujo migratorio, no solo al norte del país, sino al sur, no por un mejor nivel de vida, sino para salvaguardar la vida.

  1. Un enfoque financiero de la adultez

Se inicia este apartado con una nota publicada el 20 de marzo de 2015 en el periódico El Universal y otros periódicos de circulación nacional sobre declaraciones de las pensiones y jubilaciones de los burócratas, realizadas por el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, y que por su importante contenido se transcribe a continuación:

“El Auditor Superior de la Federación aseguró que uno de los mayores riesgos para la sostenibilidad financiera del Estado mexicano son las pensiones y jubilaciones de los burócratas. Al participar en el Análisis del Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2013 ante la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, Juan Manuel Portal reveló que en los próximos 100 años, el Gobierno federal erogará 17.5 billones de pesos, equivalentes a 1.3 veces el Producto Interno Bruto (PIB) del 2013 (13.3 billones de pesos), para cubrir las obligaciones pensionarias, los gastos médicos para pensionados y subsidios para los beneficiarios del programa Pensión para Adultos Mayores.

Portal comentó que el mayor riesgo financiero se registrará en el 2030-2050, debido a que se demandará un pago promedio anual por 0.8 billones de pesos, lo cual significará que en cada uno de esos 20 años se podrían ejercer recursos equivalentes al 6.1% del PIB del 2013.

Recordó que a diciembre del 2013, el problema relativo a superar el déficit de los regímenes pensionarios, y con ello garantizar un ingreso a los trabajadores al término de su vida laboral, aún no se ha resuelto, aun evitando el gasto de 19.4 billones de pesos a valor presente, con la migración de los viejos regímenes de jubilaciones al Sistema de Ahorro para el Retiro.

Por lo anterior, Portal dijo que es relevante que los ejecutores del gasto, responsables de la regulación, supervisión y operación de los regímenes de pensiones y jubilaciones, elaboren estudios actuariales que contengan las mismas variables y elementos metodológicos que proporcionen un diagnóstico de su situación financiera, con base en indicadores que den certidumbre a sus obligaciones y así “releven el monto de los pasivos en los estados financieros, y fomenten la educación financiera de los trabajadores que forman parte del Sistema de Ahorro para el Retiro”.

En 2017, la Consar publicó los resultados de una encuesta nacional sobre Conocimiento y percepción del Sistema de Ahorro para el Retiro a 20 años de su creación, con resultados muy interesantes y representativos. Por lo extenso de los resultados, solo se muestran algunos a continuación:

  1. Hábitos y concepción del ahorro
  • El 51 por ciento de los encuestados respondió ahorrar para una emergencia y 11 por ciento para el retiro.
  • Para el 33 por ciento que dijo no ahorrar, 40 por ciento “no le alcanza”, 32 por ciento que tiene otros gastos y el 26 por ciento que no tiene el hábito.
  • A dos de cada tres encuestados les gustaría jubilarse a los 60 años o antes.
  • El 49 por ciento de los encuestados considera que su pensión será su principal fuente de ingreso para vivir su vejez.
  • El 37 por ciento dijo estar ahorrando en un banco; 19 por ciento en poner un negocio propio; y 14 por ciento dijo estar ahorrando en una cuenta Afore.
  • Nueve de cada 10 entrevistados (88 por ciento) consideran que una pensión equivalente a una tercera parte de lo que ganan actualmente será insuficiente para su manutención en la vejez.
  1. Conocimiento general de las afores
  • Ocho de cada 10 entrevistados tienen conocimiento de qué es una afore.
  • Solo 1 de cada 10 entrevistados (11 por ciento) conoce el monto de la aportación obligatoria que se deposita en su cuenta afore y solo 3 de cada 10 conocen de memoria cuánto tienen ahorrado.
  • El 56 por ciento de los encuestados consideró que la aportación que se realiza en su cuenta afore es de 10 por ciento o más de su salario base de cotización, siendo que en realidad es del 6.5 por ciento.
  • Nueve de 10 entrevistados (92 por ciento) ve los recursos depositados en su cuenta afore como parte de su patrimonio familiar, y 82 por ciento sabe que los recursos son heredables.
  • El 74 por ciento de los encuestados dijo revisar su estado de cuenta, mientras que 87 por ciento dijo considerar la información ahí contenida como “completa” y “clara”.
  • Ocho de cada 10 entrevistados dijeron no haber recibido por parte de su afore una estimación de pensión que les permita prever, planear y construir el fondo para su retiro.
  1. Elección de afore: rendimientos, comisiones y servicios
  • El 40 por ciento eligió por rendimientos, comisiones o servicios, mientras que 60 por ciento eligió afore por recomendación.
  • El 56 por ciento los trabajadores sabe que su cuenta afore genera rendimientos por la inversión de sus recursos, y 61 por ciento de los encuestados aún desconoce el porcentaje aproximado de rendimientos que genera su ahorro para el retiro.
  • Existe una varianza muy importante respecto a lo que los encuestados consideran que les ofrece su afore como rendimiento.
  • El 32 por ciento de los encuestados sabe que las afore cobran una comisión por la administración y la inversión de sus recursos.
  • ¿Cuánto cree que le cobra su afore de comisión (en pesos) por cada 1,000 pesos de ahorro? el 73 por ciento respondió que 3 por ciento o más, siendo que la comisión promedio en el sistema es del 1.03 por ciento.
  • En una escala de “altas, regulares o bajas”, 68 por ciento de los encuestados considera a las comisiones que cobran las afore como regulares, mientras que el 73 por ciento dijo que las comisiones “se han mantenido igual”.
  • El medio a través del cual los ahorradores se informan o desearían informarse de los rendimientos y comisiones de las afore es el estado de cuenta o por internet.
  • Nueve de cada 10 encuestados no ha cambiado de afore en los últimos 24 meses. Para los que sí se han cambiado, el factor determinante fueron los rendimientos.
  1. Ahorro voluntario
  • El 53 por ciento de los entrevistados declaró conocer que puede aportar voluntariamente a su cuenta afore.
  • De los encuestados que respondieron conocer que pueden aportar voluntariamente en su cuenta afore, el 20 por ciento de ellos ya ha realizado aportaciones.
  • El 24 por ciento de los encuestados mencionó que no ahorra voluntariamente en su afore por desconocimiento.
  • El factor que resulta crítico para los ahorradores a la hora de realizar una aportación voluntaria a su afore es el que pueda retirar sus recursos en casos de una emergencia.
  1. Capacidades financieras
  • Seis de cada 10 entrevistados respondieron correctamente a tres preguntas básicas sobre finanzas (interés compuesto, tasa de interés e inversión).

En resumen, la Consar señala que se debe trabajar en diversos ejes:

  • Se debe seguir trabajando en simplificar la información para los ahorradores. Un segmento de ellos aún no entiende los aspectos básicos de operación del sistema.
  • Las afore deben invertir más recursos en temas ligados a la difusión de los conceptos relevantes del sistema y en temas vinculados a la educación financiera.
  • Se deben continuar desarrollando nuevas herramientas para generar confianza en el sistema.
  • Facilitar a los ahorradores un acercamiento directo con su cuenta afore, como es la app AforeMóvil.
  • Informar a la población sobre la importancia, la sencillez y los beneficios del ahorro voluntario.

Es evidente la mínima cultura y el pobre hábito de ahorro de la mayoría de la población de México, por supuesto descartando la población que sólo percibe ingresos para su supervivencia. ¿Cuántos casos conoce usted de personas que prefieren adquirir un automóvil de lujo y que comprometen su salario y su posible ahorro por varios años; y después, cuando venden su automóvil, este tiene una baja tremendamente sensible en el mercado, con lo que se ven forzados a financiar una nueva adquisición por varios años, sin posibilidad de ahorro, sólo para mantener un estatus de modernidad y de poder financiero virtual?

El periódico Excélsior publicó el 17 de junio de 2015 un artículo sobre el costo de las pensiones en México, que costarían al país el 32 por ciento del PIB (el artículo cita a Luis de la Calle, director general de la Calle, Madrazo, Mancera). El artículo en cuestión se refiere al costo con las condiciones actuales de la OCDE para que la población cuente con una afore que logre una tasa de reemplazo de 54 por ciento, que traducido a pesos sería del orden de 5.56 billones de pesos.

  1. ¿Pensiones dignas o vida en la miseria?

Un porcentaje importante de adultos mayores espera que los hijos, la familia y el Estado sean copartícipes de su última etapa de vida. El Coneval -en su estudio Evaluación estratégica de protección social en México-, señala que la densidad de cotización es en promedio 62 por ciento de los trabajadores afiliados al IMSS, por lo que un número importante de trabajadores no alcanzará a cotizar el número de semanas suficientes (1250 o 24 años de cotización) para tener el derecho a recibir una pensión de retiro de acuerdo con la Ley del Seguro Social.

Los trabajadores en el régimen de la Ley de 1997 sólo podrán disponer de los recursos que tengan acumulados en su cuenta de retiro. El salario promedio de cotización al IMSS es de 3.4 salarios mínimos. El 55.1 por ciento de la población afiliada al instituto cotiza entre uno y dos salarios mínimos.

En el estudio titulado Transición demográfica y envejecimiento de México, de la Conapo, se presentan cifras relevantes y de gran impacto y se señala que el envejecimiento de la población mexicana, iniciado hace ya algunos años, se acelerará significativamente en el presente siglo. En 2000, las personas de 60 años o más representaban 6.8 por ciento de la población total del país, y se espera que serán 28 por ciento en 2050.

De acuerdo con la revisión de 2002 de las estimaciones y proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas, la proporción de población envejecida para las regiones más desarrolladas del mundo aumentó de 11.7 por ciento en 1950 a 32.3 por ciento en 2050. Así, el proceso que a los países más desarrollados les consumirá un siglo (incrementar la proporción en casi 21 puntos porcentuales) a México le tomará la mitad del tiempo.

El periodista Horacio Jiménez, de Excélsior, publicó el jueves 9 de julio de 2015 un artículo en el que señala que hasta el año 2095 estima el IMSS el fin del viejo sistema de pensiones y modelos mixtos que en la actualidad existen y que significan compromisos del orden de los 4.8 billones de pesos.

La nota periodística comenta que, de acuerdo con el informe que ese instituto de seguridad social entregó al Congreso de la Unión, actualmente se tienen registrados 263,858 pensionados, estimándose para el año 2030 un máximo de 404,177 pensionados, es decir, un incremento de más de 53 por ciento en tan sólo 15 años.

El informe señala que a partir de 2030 la curva descenderá hasta que en 2095 se pague la última pensión del modelo viejo. Para el año 2034 se estima el costo del programa en 146,907 millones de pesos. De esa cifra, 69 por ciento (100 mil 736 millones) se destinará a pensiones complementarias, y el restante 31 por ciento corresponderán al IMSS-Asegurador según la ley de 1973 o de 1997.

Ussted, estimado lector, ¿cuenta ya con un plan de ahorro que le permita vivir dignamente en su etapa de adulto mayor?

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