Los últimos hallazgos sobre la salud organizacional demuestran que sigue siendo el mejor vaticinio de la creación de valor y una fuente sostenible de ventaja competitiva en el mercado global actual.
Así lo refiere una investigación sobre el tema de McKinsey, que destaca que durante décadas se ha visto cómo la suerte de las empresas aumenta y disminuye en función de su capacidad para reaccionar y recuperarse rápidamente de shocks geopolíticos, avances tecnológicos, incertidumbre económica, movimientos audaces de los competidores y otras perturbaciones.
Y en medio de esta volatilidad, que actualmente se acelera en lugar de disminuir, a muchos les resulta difícil mantener el rumbo. En tanto, algunos continúan sobreviviendo y prosperando a pesar de los desafíos. En este sentido, ¿por qué estas empresas logran tener éxito año tras año (operativamente, financieramente y en otros aspectos) mientras que otras no?
Más de 20 años de investigación de McKinsey subrayan que una de las razones principales es la salud organizacional.
La salud organizacional se refiere a la eficacia con la que los líderes “dirigen el lugar”, es decir, cómo toman decisiones, asignan recursos, operan día a día y dirigen a sus equipos con el objetivo de lograr un alto desempeño, tanto a corto plazo como a lo largo del tiempo. La salud organizacional comprende tres elementos: qué tan bien toda la organización se une en torno a una visión y estrategia comunes, qué tan bien la organización ejecuta su estrategia y qué tan bien la organización innova y se renueva con el tiempo.
La investigación reitera también hasta qué punto la salud organizacional no sólo es agradable de tener; sino necesaria para el desempeño sostenido y el éxito organizacional. Y cita que el Índice de Salud Organizacional (OHI) de McKinsey continúa mostrando, por ejemplo, que, en el largo plazo, las organizaciones saludables generan tres veces el rendimiento total para los accionistas de las organizaciones no saludables, independientemente de la industria. ,
Finalmente, otros hallazgos apuntan a una mayor resiliencia y un mayor desempeño financiero en organizaciones saludables, incluso cuando el mundo que las rodea se ha vuelto mucho más complicado.