A muchas cosas en la vida se aplica el símil del iceberg, según el cual, cuando se observa un fenómeno complejo, solamente es evidente una parte pequeña de la realidad, puesto que la parte gruesa de ésta se nos oculta, no es del todo clara o difícilmente es comprensible con nuestra limitada percepción.
Por ello siempre es bueno profundizar y no confiar ciegamente en lo que vemos a simple vista, porque seguramente habrá mucho más de lo que a simple vista podemos apreciar.
El día en que escribí esta entrega llamé a mi amigo Genuario Rojas, fundador del periódico El Asegurador, para hacerle una consulta sobre cierto artículo que estoy redactando. Le envié un adelanto para que me diera su opinión. Entonces me comentó que tenían ese día por la noche un evento para más de 800 aseguradores de Vida.
Resulta que, debido a sus buenas gestiones, la solidez en relaciones y el dilatado tiempo con el que ha venido desarrollando una participación exitosa por medio de su hijo César, director general del periódico, Genuario Rojas trajo a México la edición 2019 de la Million Dollar Round Table (MDRT), asociación internacional fundada en 1927.
Se dice fácil, y mucha gente que participe o escuche de este importante evento no se preguntará qué tuvo que ocurrir para que tal encuentro se concretara. Pero es claro que no es fácil traer un evento de esta magnitud e importancia a México, y menos aún cuando es la primera vez que tal cita sucede en nuestro territorio.
Verdaderamente es digno de encomio el que se haya logrado traer ese evento por primera vez a México, y lo primero que me viene a la mente es decir: “¡Qué bien está haciendo su función El Asegurador!”. Y reflexiono de esta manera: “Ésas son las cosas que debemos hacer como mexicanos, en vez de estar posteando chistes y memes en Facebook”.
Lograr algo tan significativo como esto implica comprometerse seriamente con muchas actividades. No sólo se trata de tener una idea; se trata de darle forma, afinarla, prever los obstáculos posibles, planear y trabajar mucho en varios frentes para que se haga realidad.
Y esto es lo que hizo el grupo directivo de El Asegurador. Y, cuando veo las cosas en retrospectiva, imagino desde el momento en que concibieron llevar a cabo el primer Foro para Agentes, la manera en que lo fueron gestando, tomando los riesgos necesarios y poniendo mucho esfuerzo en ello. Lo hicieron una realidad desde hace varios años.
Hoy ya son varios años de organizar excelentes eventos para llevar información de calidad de diversas formas a los miembros del sector asegurador.
En verdad me da mucho gusto ver el desarrollo del grupo y ser un colaborador de él por medio de la columna que se me ha confiado en el periódico quincenal.
Siempre he dicho que el sector goza de mucha suerte al tener una prensa blanca que presume vocación, que se enfoca en informar, que no es tendenciosa y que es muy respetuosa de la libertad y responsabilidad que otorga a sus plumas.
Yo, como colaborador de El Asegurador, me atrevo a hablar por mis colegas porque convivimos y noto en todos un orgullo muy fuerte de poder contribuir al engrandecimiento del sector exponiendo ideas en este gran medio de comunicación.
Por todo esto, por medio de este artículo quisiera felicitar, por una parte, a César Rojas, por haber sabido aprovechar la gran plataforma que le facilitó su padre para expandir y hacer crecer en varias direcciones la “misión de informar”, la cual adoptó como propia, porque yo he dicho siempre que los sueños no se venden, se compran; y así lo hizo él.
No es fácil ver un ejemplo de sucesión en una empresa en el que alguien que tome la estafeta no sólo la lleve de una manera honrosa y adecuada, sino que le dé una perspectiva nueva potenciándola, y esto es lo que ha sucedido en este caso.
Y, por otra parte, deseo felicitar vehementemente a Genuario por haber logrado ese cambio de estafeta de manera exitosa y por haber formado a un sucesor digno, apoyándolo y aconsejándolo para proyectarlo hasta donde nos lo han demostrado.
Me queda claro que para César Genuario ha sido un maestro excepcional, porque nuestro amigo es una de esas personas que siempre están observando y siempre te cuestionan para hacerte pensar: sin duda, lo que se puede llamar un guía formador.
Entonces, cuando leamos nuestro periódico o acudamos a un Foro de Agentes El Asegurador o a una reunión internacional como la que se lleva a cabo ahora en México, no demos las cosas por sentadas y pensemos un poco en todo lo que puede haber detrás.
Las cosas no se organizan solas. Detrás de cualquier evento o de cualquier herramienta que alguien ponga a nuestra disposición hay todo un historial de desvelos y concentración, una planeación meticulosa, un conjunto de esfuerzos que hicieron posible que gocemos de ello; y creo que la mejor manera de agradecerlo es diciéndoles simplemente: “¡Felicidades, han hecho un trabajo notable!”.
Definitivamente es un gusto ver que hay cosas buenas que suceden en nuestro medio; y, al igual que en el símil del iceberg, , fuera de nuestra percepción está la parte mayor, la del mérito, la que vale, es decir, la más difícil de aquilatar.