A causa de la pandemia, la industria de los seguros ha experimentado una recesión significativa debido a la tensión en la cartera de inversiones; el aumento de los costos directos de las reclamaciones a causa de la crisis sanitaria; pagos retrasados; disminución del volumen de primas y disputa por las coberturas, situación que desde la perspectiva de la empresa Willis Towers Watson, está obligando a las aseguradoras a repensar la forma en que organizan y realizan su trabajo.
Para ello, el sector asegurador ha centrado su atención en analizar cuál es el tipo de trabajo puede realizar a través de la tecnología, lo que lo lleva a enfrentar nuevos retos en materia de digitalización, herramientas tecnológicas, canales y asistentes virtuales de ayuda a los empleados y agentes para brindar un mejor servicio a los clientes en tiempos difíciles.
De acuerdo con la firma, actualmente 95 por ciento de los empleados y agentes de seguros trabaja desde casa para atender a los clientes, y prevé que en los próximos tres años, más del 90 por ciento de las organizaciones utilicen la automatización para realizar el trabajo con una mejora del 50 por ciento en la entrega de resultados de trabajo al reducir significativamente el esfuerzo del usuario y el tiempo de procesamiento.
En tal sentido, Willis Towers Watson estima que la automatización subirá 7 por ciento en los próximos tres años en Latinoamérica; actualmente 28 por ciento de las compañías de la región ya la está integrando, y casi la mitad del área de Recursos Humanos (47 por ciento) está preparada para incrementar la colaboración en equipo a través de nuevas tecnologías.
“La automatización es una solución transformacional que permite a las empresas alcanzar un estándar más alto de desempeño en la generación de reportes y la gestión de riesgos, además de añadir valor al negocio al agrupar tecnología,personas y procesos”, destaca la compañía líder en consultoría y corretaje.
Finalmente Willis Towers Watson considera que en los siguientes tres años 50 por ciento de las empresas cambiará la forma de diseñar puestos para que puedan ser realizados por empleados con menos habilidades, aunque se requerirá de más talento de los empleados y mayor flexibilidad laboral y horas programadas para realizar el trabajo.