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La pandemia evidenció que el sector y las autoridades pueden ser flexibles

El Asegurador

 

Con la pandemia de COVID-19  se hizo evidente que aseguradoras y autoridades pueden ser solidarias  y capaces de flexibilizar sus procesos con agentes y asegurados. Ese cambio de mentalidad debe prevalecer. No es necesaria una pandemia para que mágicamente se hagan viables procedimientos que antes de esta crisis se veían como imposibles. Esperemos que esta lección provoque que al retornar a la “nueva normalidad”  perdure la misma disposición, en lugar de que se regrese a la misma “normalidad” de siempre.

Durante el videopanel de discusión titulado Distribución de seguros, organizado por El Asegurador como parte de las sesiones de trabajo del evento Beyond, Rodrigo Avendaño, CEO de Aarco; Igal Rubinstein, director ejecutivo de Sekura; Eduardo Hernández Mestre, director ejecutivo de Marsh; y Alejandro Sobera Biotegui, presidente de la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas, A. C. (Amasfac), expresaron su punto de vista en relación con  las lecciones que la COVID-19 ha dejado  al sector, lecciones sobre las que éste debería reflexionar.

Los panelistas coincidieron en señalar que el confinamiento reveló que los productores de seguros son  capaces de trabajar con eficiencia a distancia y que la tecnología es ya un recurso fundamental de nuestro desempeño laboral cotidiano,  pero también que para poder aprovechar de mejor manera su potencial  es necesario complementarla con productos simplificados, más sensibles  y adaptados a las oportunidades de comercialización de cada canal;  de lo contrario, seguirá siendo complejo llegar a un mercado masivo de consumidores.

Igal Rubinstein indicó que la brecha de entre tres y cinco años que México tenía con los países más desarrollados  respecto al uso de la tecnología  se acortó en estos pocos meses. El mundo entero cambió;  y, si bien la actividad del intermediario no se verá modificada en esencia,    sí se transformará profundamente  en la parte de acercamiento con los clientes y con las aseguradoras. “Nos convertiremos en gran medida en agentes de pantalla y de llamada,  y menos en asesores de visitas y presencia personal”, resumió atinadamente.  

“Con lo anterior no quiero decir que las visitas cara a cara dejarán   de existir o  de ser importantes. Habrá un cambio motivado por la tecnología, pero considero que no será radical ni   sustituirá a las prácticas de acercamiento y atención personalizada a las  que están acostumbrados los intermediarios y por supuesto los clientes. Simplemente, la tecnología facilitará que infinidad de  procesos sean mucho más rápidos”, matizó   Rubinstein.

“Lo que creo que va a cambiar es la manera en que vamos a buscar y prospectar. El sector está a años luz de aprender a prospectar por medio  de plataformas como LinkedIn o de hacer uso del poder de un CRM, que cuesta 25 dólares al mes  y que te permite generar envíos de mails, seguimientos, llamadas y conexión con redes sociales. Eso sí debemos adoptarlo para  cambiar”, añadió el director ejecutivo de Sekura.

“El agente necesita encontrar y aprender de nuevos productos, ya que, acompañando a esta crisis pandémica, aparecerán nuevos riesgos asociados, así como riesgos cibernéticos que escapan al cliente, y los agentes debemos estar atentos para brindar la asesoría y ofrecer  todo lo que amerita esta situación”, redondeó Rubinstein.

Por su parte, Rodrigo Avendaño consideró  que el agente no desaparecerá. Ese vaticinio, dijo,  lo ha escuchado desde hace  más de 35 años, y en ese entonces ya se  pronosticaba la extinción del intermediario, al igual que la de los ciclistas, y hoy hay más ciclistas que antes.  Las formas de atender a los clientes se complementarán. Habrá canales digitales para ciertos segmentos; otro canal, con influencia digital, servirá para los agentes; uno más para promover, etcétera, y cada cual tendrá un objetivo   particular.

“Debemos entender que la actividad del agente de seguros es muy compleja, porque no implica solamente el conocimiento de los productos, sino la aplicación de ese conocimiento y experiencia cuando se atiende un siniestro. Ése  es el valor del asesor de seguros; en tal sentido, no imagino a un cliente comprando una póliza de Daños o de Gastos Médicos, por ejemplo, mediante  comparadores de seguros. Hay coberturas que requieren indefectiblemente   asesoría personalizada”, señaló enfáticamente Avendaño.

Tras el final de la pandemia, Rodrigo Avendaño ve un regreso fuerte de la industria aseguradora, en el que, si bien el pastel probablemente se haga más chico, al mismo tiempo revelará enormes oportunidades para hacerlo crecer.

Al hacer uso de la palabra,   Sobera Biotegui indicó que la digitalización está llevando a los asesores  a ser más eficientes  en  el uso de su tiempo. La tecnología les ha permitido acercarse mucho más. Y, aunque vengan más recursos tecnológicos en el futuro, los agentes seguirán siendo esenciales. Las plataformas contribuirán a que ellos sean   más visibles para los asegurados, y eso lo tendrán que explotar al máximo.

Al exponer su punto de vista acerca de los cambios que la pandemia evidenció como necesarios para la intermediación de seguros en el  futuro, Eduardo Hernández Mestre indicó que uno fundamental es   hacer más flexibles   algunos   requerimientos de la regulación y de la operación de las aseguradoras,  “porque  es muy complicado vender un seguro de Vida de manera digital, por poner un ejemplo. Simplemente, el hecho de recabar obligadamente la firma autógrafa complica el proceso de venta, y más cuando ya es   evidente que el mundo se está convirtiendo en un gran sistema de intercambio informativo eminentemente digital”.

A juicio  de   Hernández Mestre,  la digitalización es el modelo ideal para poder llegar a los 130 millones de mexicanos. “Hoy hay 45 000    agentes de seguros en México, con los que es imposible que le  acerquemos un seguro de forma personalizada a ese universo de consumidores. El medio digital se vuelve el vehículo ideal para hacerlo.  Un agente no va a tocar 100 puertas para vender un producto de 100 pesos, pero por medio  de un canal digital  esa labor sí  se vuelve viable”, finalizó el participante de este videopanel.

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