Mientras Estados Unidos lidia con las consecuencias macroeconómicas causadas por la COVID-19, las familias en ese país buscan paralelamente manejar de la mejor manera posible los servicios financieros para gestionar su vida diaria y así recuperarse de la conmoción causada por la pandemia; de ahí, la importancia de que los inversionistas en innovación se enfoquen en crear productos y servicios que apoyen la salud financiera de la población, señala el reporte de Financial Health Network.
La lucha financiera en la mayoría de los hogares en Estados Unidos inició incluso antes de la emergencia sanitaria, y hoy que cada familia continúa luchando por salir de la situación, resulta fundamental entender cómo están gastando en servicios financieros y han logrado prosperar a pesar de que tienen importantes disparidades en salud financiera.
La investigación señala que el nuevo escenario pautado por la crisis sanitaria deja en claro que, ante los contrastes en salud financiera, aunado al afán de la población por recuperarse, se observa la tendencia de que cierto grupo de habitantes están ejerciendo una variedad de servicios financieros cotidianos de manera desproporcionada.
Ante tal situación, el Financial Health Network considera que ha llegado el momento en que la innovación sirva para apoyar la salud financiera de muchas comunidades que luchan por construir sistemas financieros que les permitan ser resilientes y aprovechar las oportunidades.
Por lo anterior, la firma hizo un llamado para que tanto los innovadores emergentes como los establecidos en materia de servicios financieros utilicen este informe como una herramienta para orientar las inversiones en innovación, creando productos y servicios que apoyen la salud financiera de las personas. Además, para que los responsables de la formulación de políticas y los reguladores lo usen para fomentar mercados justos y equitativos.
El estudio también proporciona una visión sin precedentes de las tarifas e intereses pagados por los consumidores sobre decenas de crédito, pago, depósito y planificación diarios; así como los efectos económicos de la pandemia que llevaron a contracciones en varios mercados.
Por ejemplo, los consumidores financieramente saludables aprovecharon las bajas tasas de interés; lo cual apunta a crecientes disparidades entre las familias que ya estaban acomodadas versus los que estaban luchando contra una pandemia, indica el Financial Health Network.
Finalmente, advierte que el gasto de las personas vulnerables y que se enfrentan financieramente a préstamos para automóviles usados ascendió a 63,000 millones de dólares. Además, los segmentos de consumidores analizados reflejan las disparidades económicas y raciales en el acceso a los servicios convencionales.