Enero de 2018 fue el año más difícil de mi vida laboral y personal. Pasé por una crisis financiera, murió mi madre y el aumento de las deudas llevaron a mi familia a perder el patrimonio construido por mi madre por más de 40 años de trabajo.
Ante la desesperación por tener una fuente de ingresos que me permitiera apoyar a mi hermana menor a continuar con sus estudios, y, sobre todo, tener comida en la mesa, intenté de todo. vender aguacates, café en los cruceros viales, y brindar servicio de transporte por aplicación durante varios meses.
Llegó el punto en el que era tanto el esfuerzo físico, mental y emocional, que mi cuerpo reclamó descanso y, al darme cuenta de que mi ingreso dependía directamente del esfuerzo físico que aplicaba día con día, decidí que era momento de regresar a lo que sabía hacer mejor y de lo que ya tenía amplia experiencia: el sector financiero y de seguros.
Carecía de un título universitario que me permitiera el acceso a un empleo formal, lo cual me llevó a tocar muchas puertas dentro de este sector, buscando una oportunidad de trabajo, la cual únicamente me abrió la compañía de la que hoy soy socio y de la cual siempre estaré agradecido por haber creído en mí cuando nadie más lo hizo.
Arrancaba de nuevo, ahora con la ausencia física aunque la presencia espiritual de la persona más importante en mi vida, y con una nueva mentalidad de ir con todo por ganar y nada que perder.
A la distancia hoy entiendo que eso es lo que necesitaba: una nueva aventura, nuevos retos, enfrentarme a grandes barreras, como lo fue no tener el entorno adecuado para vender seguros ni contar con la economía que me pudiera solventar la carrera como agente, así como desconocer cómo manejar la autogestión de mi tiempo al ser mi propio jefe y demás situaciones.
Con mucho esfuerzo y compromiso logré continuar, y es que escuchar las historias de éxito de mis colegas asesores, mencionando cómo había cambiado su vida, y, sobre todo, cómo ayudaban a cambiar vidas, fue un gran motivante para continuar cada día.
Al involucrarme más en la carrera y sufrir la pérdida de mi madre, comprendí aún más la importancia de contar con un seguro. Ahora, con mayor razón, sabía la importancia de mi labor y cómo podía ayudar a las personas a evitarles todo lo que yo tuve que experimentar. Esa gran pasión por servir a los demás me llevó a ser excelente en mi trabajo y, como consecuencia, mis ingresos empezaron a subir considerablemente.
En ese punto, me pregunté cómo es que podía ayudar a más personas. No solo a través de un seguro, sino que también al poder generar la mayor cantidad de empleos directos e indirectos posibles. Fue ahí donde surgió un nuevo objetivo en mi vida: convertirme en PROMOTOR.
Así que empecé a poner en orden la proyección de mi carrera, estableciendo metas alcanzables para llegar a mi objetivo de tener mi propia promotoría, decidiendo que este sería el último trabajo de mi vida.
El inicio claramente no fue fácil. Hubo muchas cosas que salieron mal, como toma de malas decisiones por mi falta de experiencia, y es que pasar de trabajar independientemente a delegar funciones fue algo complejo de inicio, si bien, afortunadamente, siempre hubo personas que me guiaron para levantar mi negocio, a los que hoy en día llamo mi mentor y al cual siempre estaré agradecido por sus consejos.
Actualmente he creado una gran estructura compuesta por mi staff administrativo, el cual ha sido un pilar fundamental dentro de la promotoría, cuyos integrantes han creído en mí desde el primer momento, y, sobre todo, comparten mi visión, misión y valores de servicio.
Por otro lado, está mi gran equipo de fuerza de ventas: mis agentes y amigos, siendo mi otro gran pilar y por los que hoy en día creo que todo esto es posible.
Y, finalmente, está mi mayor soporte y cómplice de vida, quien me ha ayudado en los últimos años; me ha motivado a seguir cada día y ha creído en mí, aun en esos momentos en los que ni yo he creído en mí: mi esposa, que hoy en día funge como desarrolladora de negocio dentro de la promotoría y quien, sin yo habérselo pedido, se ha subido al barco y ha tomado el timón para ayudarme a sacar adelante este gran sueño que es la Promotoría 848.
Confieso que, en muchas ocasiones, me he sentido desalentado cuando las cosas no van bien, sin embargo, he de decir que éstas han sido las menos, pues ver ganar a mi equipo, ver como los premian, como ganan las comisiones que antes yo ganaba; ver a mi staff administrativo sentirse a gusto y feliz, siendo ellos mismos en el trabajo, es la mayor satisfacción que he tenido.
Al tomar este espacio para contar sobre mi vida personal y profesional, en este mundo de los seguros, quiero aprovechar para decirte que los sueños si se cumplen, aun cuando veas el camino lleno de obstáculos: Es parte del viaje, porque solo de ahí aprendes.
Pero no olvides que los sueños solo se cumplen cuando los llevamos a la acción. El mejor consejo que te puedo dar es HAZLO HOY, HAZLO AHORA, MAÑANA YA PUEDE SER MUY TARDE. Eso que tanto anhelas es posible y la mejor forma de materializarlo es compartiéndolo con un equipo de trabajo… Esa es la clave: compartir las tareas hace las metas más alcanzables.
En 2023 buscamos expandirnos al triple de lo que hoy somos, y algo que nos emociona mucho es llegar a aquellos sectores vulnerables de la población, como son las personas con capacidades diferentes. Buscamos que puedan desarrollarse personal, económica y profesionalmente dentro de la Promotoría 848. Así que nuestras puertas están siempre abiertas a todas aquellas personas, que, al igual que nosotros, busquen cambiar vidas y crear un mundo mejor.