“Si no sales de esta cuarentena con un libro leído, una habilidad nueva, un negocio nuevo o más conocimiento que antes, nunca te faltó tiempo; sólo te faltó disciplina”.
¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? En estos días, un paciente me comentaba: “Me estoy empezando a sentir presionado porque veo que mucha gente tiene muchas actividades, y creo que voy retrasado con los objetivos que me he planteado”.
Es totalmente correcto y lógico que busquemos actividades para mantenernos ocupados en estos días; a todos nos tomó por sorpresa el evento, y de manera natural buscamos la forma de afrontarlo y seguir adelante.
Nos encontramos bombardeados de mensajes como éste: “¿Qué cuerpo quieres tener después de esta cuarentena?”, y yo agregaría: “¿Qué tanto quieres fortalecer tu espíritu en este trance?”.
En este tiempo, en el que probablemente nos encontremos en el silencio, en la soledad existencial, en la desesperanza misma, podemos adentrarnos en nuestro interior, observarnos y conocernos con mayor profundidad. Desde ahí podemos buscar respuestas.
Una persona que no tiene posibilidades de hacer home office (porque su labor no se lo permite) me expresaba: “Ya desayuné, hice ejercicio, arreglé mi casa, leí un rato, lavé mi auto, ¿qué más puedo hacer?”. Justamente, analizar la necesidad de seguir “haciendo”.
El silencio, la calma y la contemplación también pueden entenderse como una posibilidad en medio de lo que ocurre. La filosofía, la cultura, las artes nacen sólo en esos instantes.
Es buena excusa para el autodescubrimiento pensar en esto: ¿por qué quiero mantenerme activo? ¿Qué significa para mí la actividad? ¿Qué estoy evadiendo al mantenerme ocupado? ¿Por qué quiero estar más activo que los demás? ¿Qué ganaría con esa competencia? ¿Qué descubro en mí?
Cada uno de nosotros tiene su propio campo de concentración interior al que debemos enfrentar con perdón y paciencia, como seres humanos que somos.
Sócrates afirmaba: “Una vida sin análisis no merece ser vivida”.
Date tiempo para esperar las respuestas. Probablemente, la explicación no llegue al ritmo que esperas; es más, tal vez necesitamos comprender que hay cosas que no podemos comprender.
Sólo sé que lo que pasa hoy es lo correcto; aunque no necesariamente comprenda el porqué, y así está bien…
Todo toma su tiempo. El aprendizaje más profundo es a fuego lento.
Esto me recuerda la teoría de los puntos de Steve Jobs: “No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir a tu corazón, incluso cuando éste te conduzca afuera del camino que has definido, y eso hará toda la diferencia”.