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La auditoría del futuro será una sinergia entre tecnología y capital humano: PwC

El Asegurador

La proliferación del trabajo remoto provocado por el confinamiento por la pandemia de SARS-CoV 2 despertó en las empresas la necesidad de adoptar herramientas tecnológicas en eslabones de la cadena  de valor, que van desde el suministro de recursos y materias primas, hasta  adaptaciones para las áreas de finanzas e impuestos. La finalidad es hacer frente a los retos derivados de la emergencia sanitaria, lo que hace suponer que la auditoría del futuro será una combinación entre lo tecnológico y el capital humano.

Así lo apunta en un comunicado la empresa consultora PwC, agregando que esta decisión de cambio en el proceso de auditorías fiscales viene aparejado con diversos pronunciamientos efectuados por parte  de las autoridades hacendarias, que coinciden en la importancia de impulsar la transformación digital de las funciones fiscales para asegurar el cumplimiento de éstas y, asimismo, para hacer más sólida la toma de decisiones financieras de las compañías. 

En otras palabras, explica, el punto central consiste en garantizar la estabilidad de las organizaciones y que éstas asuman que la digitalización  hoy es la clave para la transparencia y el cumplimiento fiscal, y sobre todo ante un entorno complejo como el que está pasando el mundo por la crisis sanitaria. 

Advierte que aunque las nuevas tecnologías son un aliado de valor para la función fiscal, para poder sacar ventaja de los beneficios de la digitalización en dicho ámbito es necesario hacer un análisis exigente que conlleve a  identificar las necesidades de la empresa, evaluar las capacidades de su fuerza laboral y a elegir la o las  herramientas más convenientes para la organización.

De acuerdo con lo que sostiene PwC, dicho  proceso de selección para la parte fiscal requiere basarse en los  factores siguientes: Objetivo, cantidad de datos a analizar, periodicidad, fuentes de información, facilidad para obtener los datos, entre otros.

Hacer esta clasificación  para lograr el éxito de la implementación de herramientas digitales en el ámbito fiscal se traducirá, de acuerdo con la firma de consultoría,  en una reducción de costos, automatización de procesos, centralización de la información, además de una mayor transparencia, calidad e integridad de la información.

Sin embargo, PwC también lanza una alerta sobre algunos retos y adecuaciones para la auditoría del futuro y que conviene tener en el radar, como por ejemplo requerimiento de mayor grado de especialización y número de especialistas, capacidad de análisis para evaluar proyecciones, conocimiento de normas contables, entendimiento de modelos matemáticos y cálculos de probabilidad para determinar el valor de un activo hacen que las funciones fiscales tengan un alto grado de complejidad.

Alrededor de todo lo anterior es fundamental el papel de un auditor capaz de analizar la gran cantidad de datos que producen las empresas y extraer esa información en tiempo real es uno de los grandes retos de la auditoría del futuro, gestionar proyectos, coordinar equipos, identificar y diseñar procedimientos para mejorar los escenarios de la administración de riesgos.

Entre los beneficios que traerá la modernización y reestructuración de modelos y procesos convencionales, PwC cita una  personalización basada en las actividades de la empresa, precisión mediante la evaluación de riesgos, transparencia al ver los ajustes y el avance de la auditoría en tiempo real, eficiencia para automatizar tareas manuales y optimizar el tiempo de trabajo, profundidad en el análisis de datos y el desarrollo de habilidades de los colaboradores para ejecutar de la mejor forma los beneficios de la digitalización fiscal.

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