A pesar de que la juventud en México asume la importancia del ahorro para el retiro, lo cierto es que un elevado porcentaje de la población de entre 14 y 21 años de edad reconoce que ahorra fundamentalmente para solventar sus compromisos de corto plazo, tales como alimentación, vacaciones, compra de bienes, invertir en un negocio propio, emergencias y los gastos derivados del noviazgo, antes que para la jubilación.
Esta visión cortoplacista e indiferente sobre su futuro económico obedece a que a este nicho poblacional le despreocupa cuál será su situación en el retiro laboral; y por lo tanto, tampoco posee una visión de desarrollo profesional ni cuenta con un plan de vida para cuando llegue ese momento, por lo que gastan todos sus recursos en el presente, sin importar lo que pueda suceder en el futuro.
Así lo destaca el Centro de Desarrollo Empresarial de la Universidad Autónoma de Nuevo León como parte de las conclusiones de su encuesta Ahorro, retiro y pensiones: ¿Qué piensan los jóvenes adolescentes del ahorro para el retiro?, aplicada a una muestra de jóvenes de entre 14 y 21 años.
Asimismo, el documento deja al descubierto la enorme brecha financiera que aún queda por acortar en materia de cultura, inducción y concientización de temas de índole financiero en México, y más aún, cuando el término de cultura financiera o hábitos de ahorro es considerado aburrido, pensamiento que pone en riesgo la calidad de vida de la juventud en el largo plazo.
El documento agrega que, no obstante, la incipiente cultura financiera que hay en este país en materia de ahorro para el retiro, alrededor de 92.3 por ciento de los jóvenes encuestados manifestó tener empatía con el hábito de ahorrar una parte del dinero que llegan a recibir por parte de la familia, becas o subsidios del gobierno, pero para cubrir los compromisos inmediatos atribuibles a su condición de vida.
Por su parte, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) efectuó un análisis con los resultados de la encuesta de referencia, en el que se observa que, entre las razones o motivos que inciden en el ahorro por parte de las mujeres jóvenes están el tener disponible el recurso para una emergencia, para vacacionar, comprar un auto o adquirir bienes; mientras que los hombres prefieren gastar sus ahorros en sus compromisos cotidianos, más que invertirlos para el futuro.
Asimismo, el IPN indica que la capacidad de ahorro de los jóvenes adolescentes está correlacionada con los diferentes tipos de gastos que tienen debido a su edad, tales como: alimentación, bienes de vivienda, comunicaciones, educación, transporte, vestuario, servicios públicos, recreación y esparcimiento, y relaciones de noviazgo, entre otros.
En este mismo sentido, el estudio encuentra que 87 por ciento de los jóvenes mexicanos (entre 15 y 29 años) no posee una cuenta de ahorro para el retiro y más de la mitad ni siquiera ha pensado en él (61 por ciento). Asimismo, resalta que este tipo de temas no es una preocupación para la juventud, ya que su visión a corto plazo predomina respecto a la del futuro.
Por otra parte, aunque no menos importante, la encuesta demuestra que las mujeres que quieren comenzar con una cultura financiera a temprana edad no cuentan con mucha experiencia ni muchos ingresos; de ahí que se vean motivadas a buscar sus primeros empleos de medio tiempo para comenzar con los hábitos de ahorro.
En conclusión, la cultura financiera de los mexicanos es insuficiente y es aún un desafío por resolver en un país como México, lugar en el que se registran los niveles más bajos de conocimiento acerca de temas financieros en comparación con otras naciones de América Latina.
Por todo lo anterior, el IPN concluye que es sumamente complejo pretender que un mexicano se interese por involucrarse con temas de cultura financiera, cuando 55 por ciento vive en la pobreza, lo que significa que uno de cada dos mexicanos es pobre y, por lo tanto, no está en condiciones de ahorrar, aunque quisiera.