Los precios de las tarifas del reaseguro ya no pueden sostenerse como están debido a varios factores: las catástrofes naturales, que son cada vez más frecuentes y severas, el aumento en la capacidad financiera de las compañías, las compras en el mercado de retrocesión y la falta de rigor en algunos procesos de suscripción. Este conjunto de circunstancias, combinado con un largo periodo de reaseguro blando (barato), ha ocasionado que la situación sea hoy insostenible, por lo que todo apunta hacia el inicio del endurecimiento de los costos del reaseguro.
Así lo pronosticó Horst Agata, director general de Gen Re, en entrevista para El Asegurador, en la que subrayó que todo lo anterior ha desembocado en un entorno complejo para el mercado reasegurador, en el que urge encontrar esquemas y revisar o desarrollar modelos de negocio que faciliten una relación ganar-ganar con los cedentes del riesgo, y más aún dentro de un entorno en el que los rendimientos financieros son marginales, lo que hace todavía más difícil continuar con esta situación.
Para el director general de Gen Re, el problema es que muchas de las personas que hoy trabajan en el sector asegurador nunca han vivido en su carrera profesional el ajuste tarifario (conocido como reaseguro duro), lo que posiblemente hará compleja la negociación, pero confía en que en un ánimo de empatía y comprensión sobre los factores que hoy orillan a tomar esas medidas (porque todos están en el mismo barco) habrá entendimiento respecto a que el reaseguro también es un negocio diseñado para ganar dinero, y no solo para operar como si fuera la Cruz Roja.
Horst Agata hizo referencia a que hace muchos años las tasas de interés eran muy interesantes, pues el reasegurador podía equilibrar sus ganancias por medio de ellas; pero en los últimos años dichas tasas han bajado, y eso afecta al sector porque éste invierte a muy largo plazo, sobre todo en Vida y Salud. No debemos olvidar, agregó, que “nuestro negocio es cobrar la prima, invertirla bien y conseguir una rentabilidad interesante”. Hoy esta parte quizá la hemos ido olvidando porque los intereses en muchos países son de cero, o incluso negativos. Es una situación atípica.
Anteriormente, indicó el directivo, el universo de los rendimientos financieros era tan grande que nos mantenía; ahora se ha convertido en un ámbito muy pequeño que ha provocado un gran problema, sobre todo en Europa, en donde hay compañías de Vida que han prometido 3 por ciento de intereses garantizados (y que sin duda van a cumplir) pero que tendrán que buscar hacer valer su promesa de otra manera, porque los mercados ya no te lo dan.
En el negocio de seguros, subraya Agata, es importante reconocer la diferencia entre ser inteligente y tener suerte, “y nosotros hemos tenido suerte, porque por muchos años no hubo catástrofes ni otro tipo de circunstancias que impactaran de tal forma que justificaran un cambio inmediato en la tarifa”, apuntó.
Pero las catástrofes que se han desencadenado por el cambio climático van en aumento. Para no ir más atrás, indicó, en 2017 se registraron por esa causa 17 tormentas tropicales, y todas se convirtieron en huracán, y dos de éstos de categoría cinco; también Irma y María causaron grandes siniestros, lo que se tradujo en una pérdida para la economía de alrededor de 330 000 millones de dólares en el año de referencia; y para el seguro de igual manera fue el periodo con más pérdidas: 147 000 millones de dólares. En ese periodo se pensó que habría un mercado duro, y eso no pasó enseguida.
“El negocio está cambiando, y habrá que acostumbrarnos a un nombre: China Re, que de los 10 jugadores más grandes del mundo ya ocupa el séptimo lugar como reasegurador. China Re acaba de abrir una oficina en Miami, y se dice que está por abrir otra en Bogotá para atender al mercado latinoamericano. Lo que quiere decir que sí vamos a tener presión, pero también habrá otras oportunidades”.
Los precios están subiendo en todo el mundo. Basta con ver que los primeros 10 reaseguradores mantienen casi 70 por ciento de la capacidad mundial de reaseguro; entonces la concentración es muy grande; y en el ramo de Vida es aún más, pues ahí los jugadores de referencia llegan a tener alrededor de 80 por ciento de la capacidad, y ése es un tema que nos va a perseguir de ahora en adelante y que se traducirá en la compra y fusión de compañías, indicó Horst Agata.
“Yo creo que por el tema de gastos de operación se registrará una búsqueda de eficiencia en la colocación de reaseguro, lo que quiere decir que las grandes compañías tratarán de evitar los intermediarios para ahorrarse la comisión por corretaje, y ésa es una tendencia que se puede ver en casi todo el mundo; es por eso por lo que casi todos los reaseguradores grandes tienen su propia aseguradora. Es algo que ya es muy normal”.
“Definitivamente, 2019 fue un año difícil en el mercado mundial, y las mejoras que vamos a tener son muy limitadas: el comercio mundial se debilita cada vez más y se acentúa la gran vulnerabilidad financiera, que se ve sobre todo en algunos países de Europa. En síntesis, tenemos el más bajo dinamismo económico mundial en una década”.
Se requieren políticas para estimular el crecimiento y reducir la desigualdad, lo cual es muy importante para las economías en América Latina, a tal grado que, si solamente se ataca esto, el efecto para las industrias de seguro y reaseguro será que vamos a tener un crecimiento más estable, sostuvo el funcionario de Gen Re.
De 2014 a 2020, el crecimiento ha sido mínimo en América Latina, y esto se refleja directamente en la inversión de seguros; por otro lado hay que señalar, dijo, que el motor del crecimiento mundial será Asia, sobre todo China. Los mercados aseguradores siguen creciendo, especialmente en China, y se prevé que las primas de Vida y No Vida aumentarán alrededor de 3 por ciento a escala mundial, tanto en 2020 como en 2021.
“Sin duda, la regla de oro hoy es suscribir adecuadamente si quieres conseguir un resultado de retorno bueno, porque las compañías no quiebran por los gastos altos, sino por la mala suscripción. Todos sufrimos de lo mismo: las compañías queremos ahorrar gastos, y lo vamos a seguir haciendo, porque ésta es la única forma de mejorar un poquito la siniestralidad”, explicó Agata.
El entrevistado dijo que una de las cualidades esenciales de una aseguradora o reaseguradora exitosa es entender bien las exposiciones que está corriendo, calcular bien la carga de siniestro y, lo más importante, tener firmeza para rechazar un riesgo malo. Muchas pasan las dos primeras pruebas y reprueban en la última: disciplina en la suscripción, y eso se traduce en problemas para cualquier negocio.
El reasegurador insistió en que la disciplina en la suscripción es la clave, porque a simple vista se puede apreciar que todo va viento en popa, pero la verdad se revela cuando baja la marea: en ese momento se evidencia quién nadaba desnudo. “El que tenga los mejores productos, productos que causen el interés de los clientes, y el que haga una buena suscripción y un adecuado manejo en las inversiones es el que tendrá éxito en los tiempos por venir”.
“Hay compañías que han sabido suscribir muy bien, por lo que su pérdida catastrófica es muy baja. A ésas no se les podrá subir la tarifa tanto como a otras compañías que han tenido constantemente pérdidas, por simple reciprocidad a un buen trabajo. Por eso estoy convencido de que el gran desafío está en la disciplina en la suscripción”.
Finalmente, Agata reconoció que es muy difícil decir no a un cliente con el que se ha tenido una muy buena relación, porque el negocio de reaseguro es a largo plazo, y nadie quiere salir de él después de uno, dos o tres años malos. “Pero hay que hacerlo y tener firmeza, sobre todo cuando los números nos lo están diciendo. Porque no basta con tener el deseo de que la situación va a mejorar. Si nunca mejora, algo hay que hacer, porque no es posible vivir solo con la esperanza. Se necesitan resultados”.