Innovar, ruta para edificar un sistema de salud efectivo, eficiente y equitativo

El Asegurador

La pandemia ha acelerado las tendencias de innovación en varios sectores y, como actor central en la gestión de la crisis, la asistencia sanitaria se sitúa en la parte superior de la lista. Sin embargo, es importante que los líderes de esta industria consideren equilibrar las necesidades a corto plazo con una visión en el futuro y también evalúen cómo la disrupción  no solo puede ser un factor para abordar la crisis desatada por la COVID-19, ya que es un aspecto que permitirá construir un sistema de salud más efectivo, eficiente y equitativo. 

Así lo revela una reciente publicación de McKinsey & Company, que detalla además que los líderes de la atención médica se consideran por delante de sus pares en otras industrias porque están prestando servicios en la vanguardia, mientras que muchos otros están haciendo recortes. El mismo esfuerzo de innovación concertado podría ser fundamental para la recuperación de los países. Para una industria que prospera a través del descubrimiento constante, la crisis de la COVID-19 es tanto el mayor desafío de su historia  y también funge como un catalizador para alcanzar nuevos logros.

La publicación señala que si bien muchas industrias se enfrentan a una disrupción sin precedentes, la medicina y la atención médica se ven especialmente afectadas dada la naturaleza de esta crisis; y cita que las empresas farmacéuticas que compiten por desarrollar vacunas también deben gestionar cadenas de suministro complejas, nuevos modelos de interacción con los profesionales sanitarios, una fuerza laboral en gran parte remota y la interrupción de muchos ensayos clínicos. 

La empresa de consultoría estratégica global refiere que los efectos de la pandemia en la industria de la salud siguen siendo profundos. Los cambios en el comportamiento de los consumidores, la aceleración de las tendencias establecidas y el probable daño económico considerable y duradero afectarán potencialmente a las empresas de salud no menos —y posiblemente más— que a las de otros sectores. 

En todo el mundo, amplía el diagnóstico, más del 90 por ciento de los ejecutivos encuestados cree que la COVID-19 cambiará fundamentalmente sus negocios y 85 por ciento predice transformaciones duraderas en las preferencias de los clientes. Entre los líderes de la salud, dos tercios esperan que este período sea el más desafiante en sus carreras.

En tal sentido, el documento de McKinsey aclara que para enfrentar tanto el desafío humanitario como la obligación con sus partes interesadas, los líderes de las organizaciones de atención médica deben cumplir con el imperativo de la innovación; pues es bien sabido que las organizaciones que invierten en estos procesos durante una crisis superan a sus pares en la recuperación. 

La consultora global señala además que debido a la velocidad de los cambios recientes, es factible que partes del ecosistema de la atención médica opere de diferentes maneras en los próximos años. Para seguir el ritmo de la evolución de la industria, los líderes del sector salud deben considerar evaluar la preparación de sus organizaciones para innovar a escala y si las capacidades necesarias están en su lugar.

Finalmente, McKinsey detalla que una investigación anterior muestra que la innovación exitosa en las grandes organizaciones surge del compromiso con ocho principios y prácticas: aspirar, elegir, descubrir, evolucionar, acelerar, escalar, extender y movilizar. Estos ocho pilares, cuando se aplican como grupo, permiten a las empresas evolucionar con más éxito y superar a sus pares. Así es como los jugadores de la salud, concluye, pueden considerar aplicarlos a su contexto único en este momento extraordinario.

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