El pasado 12 de mayo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó sobre la pérdida en abril de 555,247 empleos pertenecientes al sector privado y que contribuyen al sistema obligatorio de seguridad social de México, situación que afectará el crecimiento de los fondos de pensiones con operación en el país y que los deja con una perspectiva crediticia negativa.
De acuerdo con información divulgada por Moody’s, institución calificadora de valores, abril marcó el segundo mes consecutivo de pérdida de empleos en el sector privado de México, después de que en marzo 131,000 personas también fueron dados de baja de sus empleos. Además, la agencia prevé que en mayo un número considerable de personas podría convertirse en población desocupada.
Por lo anterior, Moody’s considera que la alza del desempleo amenaza con dañar a liquidez de los fondos de pensiones mexicanos, debido a que los beneficiaros de dicha plataforma dejarán de contribuir a sus cuentas individuales; por lo que inevitablemente comenzarán a acceder a sus ahorros acumulados para compensar la pérdida de ingresos.
“Nuestro escenario base es que el desempleo reducirá la entrada de recursos financieros en los fondos de pensiones, como consecuencia de una disminución en las contribuciones; entonces, el aumento en el desempleo incrementará los retiros de las cuentas individuales, afectando negativamente su liquidez. Vale decir que la regulación del sistema de pensiones de México permite a los trabajadores que pierden su trabajo canjear de sus cuentas de pensiones obligatorias lo equivalente a 30 y 90 días de su salario base”, detalla el documento.
La investigación de la agencia apunta que aunque los fondos de pensiones tienen reservas de liquidez, existe el riesgo de que el nivel actual de retiros exceda las estimaciones de esta clase de instituciones, particularmente porque se esperan rescates récord. Además, añade, dadas las necesidades potenciales asociadas al flujo de efectivo de estos actores financieros, podrían verse obligados a vender valores en un mercado negativo para aumentar sus inversiones.
Entre tanto, Moody’s apunta que los cambios mensuales en los nuevos trabajadores que contribuyen al IMSS y al sistema de ahorro para el retiro generalmente siguen un ciclo caracterizado por la pérdida de empleos durante diciembre, ya que que existen plazas temporales para dar respuesta a la temporada navideña; por lo que los contratos vencen al final del año. A pesar de dicha tendencia, este segmento registra periódicamente una recuperación durante la primera mitad del año siguiente.
La calificadora destaca que antes de abril de este año, las mayores pérdidas de empleo en las últimas décadas se registraron históricamente siempre en el mes de diciembre, mes que años atrás tuvo como premisa una desaceleración económica severa: en el año 2000, el cambio del régimen político mexicano con la caída del PRI y la llegada al poder del PAN; en 2001, los efectos económicos del atentado en Nueva York el 11 de septiembre; y la crisis financiera de alto riesgo a nivel mundial en 2007 y 2008. Sin embargo, las pérdidas de empleo de abril fueron las peores desde 1997, sostiene el diagnóstico.
Moody’s considera que ante la posibilidad de que México acuse un importante aumento en los niveles de desempleo asociados al mercado laboral formal y frente a la posibilidad de que el país enfrente una profundiza recesión económica en el corto plazo, será difícil cristalizar una rápida recuperación del sector productivo privado, incluso si la Administración Federal en marcha instrumenta agresivas políticas fiscales y monetarias.
La reconocida calificadora revela que México tiene una fuerza laboral informal considerable. Por si fuera poco, alerta, 56 por ciento de la población mayor de 15 años trabaja en este sector, sin realizar cotizaciones a la seguridad social ni efectuar contribuciones a su cuenta individual de ahorro para el retiro; por esa razón, concluye, a medida que aumente el desempleo, muchas de estas personas se verán obligadas a incursionar en actividades económicas irregulares, lo que afectará indiscutiblemente aún más las perspectivas de crecimiento del sistema de pensiones.