Para poder tener una vejez tranquila y con estabilidad económica, basta decidirse a llevar unas simples prácticas financieras en el día a día, que se deben implementar desde la juventud, revela información de Seguros Sura.
Sobre el tema, Alfonso Mejía, economista de la Universidad de los Andes, resalta que la práctica financiera más saludable es gastar menos dinero de lo que se gana, para así poder ahorrar. Añade que la gente espera obtener ascensos o mayores ingresos, pero en lugar de esto se debe optar por la austeridad, vivir run estilo de vida acorde a los ingresos que se tienen y evitar endeudarse.
Para esto, el control adecuado de los ingresos y gastos mensuales es fundamental; además, es necesario realizar un presupuesto personal, idealmente desde que se inicia la vida en el mundo laboral.
De igual modo, Mejía sugiere que se debe definir el porcentaje del ingreso a destinar para los diferentes gastos, diferenciando los básicos (vivienda, alimentación, salud, servicios, y transportes), de aquellos que se pueden clasificar como diversión o esparcimiento.
Esta división permite ver que hay ciertos gastos que no pueden cambiarse porque, además de satisfacer necesidades básicas, el dinero que se destina para cubrir este gasto “depende de la realidad económica del país en que se vive, especialmente de factores macroeconómicos como la inflación y la tasa de interés, por lo cual es poco lo que se puede hacer para modificarlo”.
En cambio, con el dinero del segundo grupo, “sí se pueden hacer cambios y tomar decisiones prudentes, buscando siempre destinar un porcentaje del ingreso al ahorro. Lo ideal es que el porcentaje que se destine a este rubro oscile idealmente entre un 5 y 10 por ciento”, concluye el economista.