El inexorable aumento en las temperaturas de los océanos como consecuencia de la mayor radicalización del calentamiento climático produce que los huracanes que tocan tierra duren más tiempo. Por tanto, los daños provocados por estos eventos hidrometeorológicos son más devastadores, advierte un estudio divulgado por la revista científica Nature.
La investigación difundida por la publicación examina los ciclones que afectaron a América del Norte desde 1967 hasta 2018. En dicho análisis se corroboró que en la década de los 60, los huracanes perdían 75 por ciento de su fuerza durante el primer día tras tocar territorio. Sin embargo, añade, la intensidad de este tipo de fenómenos naturales en la actualidad, en sus primeras 24 horas y una vez que golpean territorio disminuye en tan solo 50 por ciento.
“Las temperaturas más cálidas de la superficie del mar inducen una descomposición más lenta de los huracanes, al aumentar la cantidad de humedad que transporta el ciclón cuando golpea la tierra”, anota la investigación.
El diagnóstico de Nature es enfático y detalla que el aumento en el nivel de humedad que acusa el planeta hoy en día provoca que los huracanes que se forman desencadenen volúmenes devastadores de lluvia en las comunidades costeras y del interior de los países.
Para finalizar, los hallazgos del análisis difundido confirman por primera vez en la historia de la humanidad que la formación de huracanes sobre océanos más cálidos es el principal factor que produce que esta clase de eventos hidrometeorológicos tarden en debilitarse.
“Si no frenamos el calentamiento global, los huracanes que toquen tierra seguirán debilitándose más lentamente. Su destrucción ya no se limitará a las zonas costeras, lo que provocará mayores niveles de daño económico y un considerable aumento en el número de muertes”, finaliza el estudio.