Terminó el año 2019, y con ello un ciclo más de vida.
En este periodo, algunos amigos se fueron, y nuevas vidas llegaron. Es así.
En este ciclo, para millones de seres humanos en el mundo ocurrieron sucesos, algunos calificados como buenos, otros como malos, según sus propios sueños, situaciones y circunstancias.
Sin embargo, lo cierto es que para muchos de nosotros esta vida continúa, y con ello la esperanza y la oportunidad de construir el futuro que deseamos, aun con todos los elementos que puedan parecer adversos a nuestros deseos de paz, cordialidad, comprensión, unión y prosperidad para los que nos rodean y para nosotros mismos.
Sí, no podemos negar que nuestra patria y el mundo en general viven momentos de descontrol y la búsqueda de nuevos equilibrios, pero tampoco podemos dejar de ver que las libertades, la comunicación y la educación están viviendo tiempos increíbles de potencial expansión aunada a la ruta de la tecnología.
Por mi parte, si bien es cierto que al escribir para ustedes en la edición del fin de cada mes suelo en muchas ocasiones narrar sucesos que tienen que ver con los eventos transcurridos durante ese lapso, en este año 2020 que comenzó decido enfocarme en predecir el futuro tal como lo imagino y hacer caso al conocido refrán que dice que la mejor manera de predecir el futuro es crearlo.
En nuestra patria, para las organizaciones de todo tipo, para las familias cualquiera que sea su conformación y principalmente para las personas, la esperanza y la fe constituyen dos fuerzas inimaginables que, aunadas a la voluntad y la acción, pueden transformar al menos el pequeño pedazo de universo que nos corresponde habitar y el brevísimo lapso de lo que llamamos vida.
Así que para qué perder el tiempo solamente en lamentarnos y maldecir lo que nos divide si podemos trabajar en lo que nos une y nos hace más nobles.
Así las cosas, en mi planificador anual hoy aparece una frase en el decreto llamado propósito transformador y dice claramente: HACER ALGO GRANDIOSO.
Yo no sé de cierto si los actos, las empresas y las ideas aunadas al esfuerzo, la inversión y el trabajo en equipo puedan constituir o construir algo que repercuta de manera notable en mi medio, pero estoy seguro de que, si lo pongo en mi mente y en mi corazón y lo uno a la fe, la esperanza y la acción, el intento será maravilloso.
¿Me acompañan?
He aquí, pues, tres reflexiones que considero, con base en la experiencia, elementos fundamentales para lograr algo grandioso en el año que comienza; y te invito a practicarlo y compartirlo para lograr un mundo, una familia, una empresa y una patria mejores que los que dejamos atrás en el año que terminó.
Dedica tiempo a la planeación. Sueña antes de actuar
La pregunta fundamental de la vida y las empresas:
¿Qué quieres?
La pregunta podrá ser una vez más planteada y respondida en tu corazón cuando por medio de un ejercicio de reflexión, planeación, reconocimiento de tus fortalezas, puntos a mejorar, circunstancias y consideraciones puedas poner en blanco y negro por medio de planificadores, herramientas, modelos de negocios, planes de ventas y muchos otros elementos que ayuden a soñar pero además a ponerle “número a la casilla” y sentido a la vida y las acciones del diario acontecer.
Resultará importante que cada vez sumes más tu experiencia, tus habilidades y las de todo tu equipo y familia para que puedas hacer grandes planes, pero sobre todo tengas las herramientas que sustenten las acciones que podrás ejecutar durante todo el año.
Como cada año desde hace más de 20, tengo el gusto de obsequiar el planificador anual a todos mis asesorados y clientes en las reuniones de planeación que desarrollamos afortunadamente cada vez más temprano o antes de iniciar el año.
¿Aún no conoces esta herramienta? Pues gracias a la tecnología puedes pedírmela en cualquiera de mis redes sociales simplemente poniendo en google mi apellido (que no es muy común). Solo identifica que sea yo al que se la pidas; o bien mándame un correo a miguel.arcique@capacitacionespecializada.com y mi equipo o personalmente te la haremos llegar por cualquier medio electrónico.
Da seguimiento mes por mes
Ahora bien, el secreto de una planeación eficiente no está, como todos podríamos pensar, en una conferencia magna que nos mueva a las lágrimas o a la euforia, pues bien sabemos que terminar un evento puestos de pie, gritando desaforadamente y aplaudiendo a mares no dura lo que decimos en nuestra patria más que una llamarada de petate.
Lo realmente valioso es tener la información adecuada y dar seguimiento y supervisión mensual a esas acciones, metas y objetivos que nos planteamos para mantener vivo el sueño que forjamos al dar inicio al ciclo anual nuevo.
Si no estableces en el calendario el tiempo mensual para revisar el sueño, las acciones y las finanzas o los números propuestos, tu acto de planeación puede quedarse simplemente en una intención.
¡Vamos, proponte algo grandioso!, y junto con ello ponle fecha, hora y tiempo una vez al mes para revisar tus avances y resultados, analizar los porqués y los cómos, los sueños, las acciones y las estrategias y, sobre todo, los elementos que no pudiste controlar o prevenir en el transcurso de 30 días.
Si haces esto con autodisciplina y lo pones en tu agenda, verás que es más fácil corregir el rumbo o duplicar lo aprendido.
Haz luego resúmenes trimestrales o cuatrimestrales de tus resultados, y por favor no pierdas el sueño, la fe y la esperanza.
Si das seguimiento mensual a tus sueños, éstos podrían no cumplirse, pero pueden surgir otros.
Define tu grandeza
Por último, cuando propongo hacer algo grandioso, considera que no todos tenemos ni compartimos las mismas definiciones de bellas palabras, como grandeza, éxito y logros.
No obstante, si te sugiero que les pongas un estándar alto a tus sueños para este año que se inicia, define tu área o áreas en las que sueñas lograr algo grandioso, cambiar al mundo o transformar tu realidad personal.
Por supuesto que se vale soñar, pero hazlo a tu medida y ten en cuenta que en ocasiones algo considerado grandioso es la sinceridad, la verdad, la fortaleza, la congruencia o el mismísimo amor.
Deja que estos sentimientos entren y fluyan por tu respiración al inspirarte y soñar con el año que comienza.
Permite que la esperanza y el perdón abatan la culpa y la mendicidad de tus sueños.
Pide, y todo te será dado. Y, sobre todo, recuerda y considera vivir y no te pierdas la lección.
Te doy mi abrazo sincero con una de las mejores frases que respecto a la planeación menciono año tras año:
“Planea tu vida como si fueras a vivir 100 años, para disfrutar cada uno de tus días como si fuese el último que estuvieras en este mundo”.
¡Feliz año 2020! Hagamos de él algo grandioso.