Por: Luis Adrián Vázquez Moreno
@pea_lavm
El principal reto de una compañía de seguros que comercializa coberturas de Salud y Gastos Médicos es encontrar la manera de generar datos, organizarlos y compartirlos de forma eficiente a fin de que éstos sirvan para identificar tendencias, enfermedades, desviaciones, riesgos, etcétera, y así mejorar el control y la administración de tales coberturas.
Esa fue la conclusión a la que se llegó en el marco del panel organizado por AXA Seguros que llevó por título “Innovando por la Salud”, evento en el cual expositores nacionales e internacionales ofrecieron su visión en torno de este tema en el que mucho se ha definido y poco se ha avanzado.
Los panelistas coincidieron en señalar que en el terreno de la salud existe gran cantidad de información que, clasificada y compartida con responsabilidad, eliminaría buena parte de los problemas que hoy continúan teniendo el Sector Salud y de seguros en materia de Gastos Médicos ; sin embargo, el celo con el que los diferentes actores que interactúan en el negocio de la salud resguardan su información ha ocasionado que dicha riqueza informativa se pierda o termine siendo utilizada con poca eficiencia y en perjuicio de todos.
Llamó la atención que en la reunión de especialistas se desencadenaron preguntas y respuestas semejantes a las que el sector asegurador se ha hecho por décadas y se redundó en torno de aquellas tareas pendientes como piezas clave de la cadena de valor de la Salud. Claramente se observó que la llamada innovación en salud pende más del hilo de la tecnología que de los acuerdos que hasta ahora no han podido concretar los actores de este rubro.
Lo crítico es que el llamado a fomentar el acercamiento entre los proveedores que intervienen en el negocio de la salud en México se considera como una medida urgente, pero ni siquiera para aspirar a crecer, sino, se dijo, simplemente para sobrevivir en el negocio.
Por otro lado, los participantes en esta mesa redonda consideraron que lo que ha deteriorado el servicio de atención a la salud en México es el establecimiento de políticas públicas demasiado generales, y manifestaron que un problema tan complejo no se debe abordar de esa manera. En opinión de los ponentes el establecimiento de dichas políticas necesitaría tener mucho mayor detalle para no caer en ambigüedades que terminan por no beneficiar a nadie.
Los panelistas advirtieron también que el mundo se encuentra frente a grandes adelantos tecnológicos y de innovación en torno de la industria de la salud, plataformas y aplicaciones que en los próximos 20 o 30 años facilitarán monitorear minuto a minuto lo que sucede con la calidad de vida de las personas.
Sin embargo, cabe señalar que no obstante las grandes disrupciones que promete la era tecnológica, son necesarios el acercamiento y la suma de voluntades para diseñar esquemas que aprovechen las ventajas de la tecnología y que beneficien a la mayor parte de la población en México, porque no todas las zonas demográficas ni económicas lograrán capitalizar los adelantes de la nueva era digital.
Es claro que en poblaciones en extrema pobreza, los trabajadores del campo, habitantes de la sierra o zona rurales difícilmente entenderán o tendrá acceso a equipos de vanguardia o aplicaciones que monitoreen en su salud. Así, la brecha cultural y de concientización y prevención en estos lugares está gravemente marcada; y es por eso por lo que, más allá de la tecnología, urge el consenso de voluntades, acuerdos y diseño de estrategia que incluyan a poblaciones poco favorecidas, que también necesitan proteger su salud.
Los participantes señalaron que los mexicanos no tienen el hábito de prevenir ni tomar acciones respecto de los riesgos a los que están expuestos diariamente. Ello trae como consecuencia que las enfermedades comunes se conviertan constantemente en padecimientos de larga duración o padecimientos cronicodegenerativos que traen como consecuencia enormes gastos de bolsillo para los propios pacientes, para el sector público y para las compañías de seguros: todo ello se traduce en siniestros de gran impacto. En suma, dentro del terreno de la información y la orientación hay mucho por hacer.
En la mesa de debate también se reconoció que el paciente -que en teoría debería ser la figura central para todos y cada uno de los que intervienen en la cadena de valor del seguro y de la salud en México-, no ha sido visto así por décadas, y la razón es que cada uno de los oferentes de servicios de salud sigue más ocupado en llevar agua a su molino que en proponer y desarrollar esquemas que faciliten el ganar ganar para todos. Mientras los incentivos para quienes ofrecen el servicio y para los que lo adquieren continúen desfasados el resultado continuará siendo nada para nadie.
En conclusión, pareciera que las intenciones de eliminar algunos de los grandes obstáculos que hay en torno al problema de la salud en México están fincadas en la esperanza de que la tecnología podría llegar a poner un poco de orden en medio de tanto y tanto replanteamiento reiterativo, porque en el terreno de las propuestas y de los consensos la pizarra continúa indicando nada para nadie. .