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Enfrentar un problema de salud puede llegar a ser una   pesadilla grotesca para muchas familias en nuestro país.

Las condiciones actuales del Sistema de Salud Pública  orillan a muchas familias a acudir a servicios privados, aun sin contar con el respaldo económico que esto implica. Invariablemente,  esto desemboca en un deterioro de su patrimonio que puede afectar a su nivel de vida por algunos meses; y en algunos casos hasta por años.

Suman  más de 500 000 las cuentas hospitalarias privadas que se pagan con dinero de las familias cada año, y abarcan  a todos los grupos de edad. De acuerdo con nuestros cálculos, esto representa unos 30 000 millones de pesos.

Pero ¿qué es lo que fuerza  a estas familias a tomar tan desventajosa  decisión? 

Claramente, el segmento de la población que opta por  pagar con sus propios recursos una cuenta hospitalaria privada no es el segmento con mayor poder adquisitivo. ¿Por  qué? Pues porque los que mayores recursos tienen pueden pagar una póliza de GM.

 Ahora podemos entender por qué  la penetración de las pólizas de GM como porcentaje respecto al  total de la población es verdaderamente pobre, sobre todo cuando analizamos el número de personas que están aseguradas en pólizas individuales, que no pasa de cinco  millones. ¿Por qué? Porque el resto de la población simplemente no puede pagarlas.   

Asegurar hoy en día a una familia joven de, digamos, padres y dos hijos pequeños cuesta alrededor de 30,000 o 40,000  pesos. ¿Cuánto tiene que ganar una familia para que esa cantidad represente, digamos, 5 por ciento de su ingreso anual? Pues  resulta que unos 600,000 u 800,000 pesos anuales. Eso explica la penetración tan baja de este ramo en lo individual.

No hemos mencionado las pólizas colectivas, ya que éstas son pagadas por instituciones y empresas que las ofrecen como  prestación a sus colaboradores. Pero hemos de decir que, en la gran mayoría de los casos, cuando los empleados se separan de su trabajo, quedan desamparados, ya que lamentablemente en lo individual no pueden pagar dichas coberturas.

Concluyendo aquí el análisis, por un lado vemos que el poder adquisitivo del   95 por ciento de los núcleos familiares de México no permite pagar una póliza de GM para proteger su patrimonio;  y, por el otro, tenemos un número enorme de cuentas hospitalarias privadas que se pagan con recursos de las familias, que por el motivo que sea no recurren al Sistema de Salud Público.  

Entonces tenemos un   problema grave para seguir haciendo frente a los costos de salud privada en nuestro país. El  reto es enorme y complejo de resolver, ya que es una problemática multifactorial que abarca la expectativa de vida y su relación con  la población económicamente activa (bono demográfico), inflación médica, nuevas tecnologías, falta de regulación en todos los sectores implicados,  diseño de productos financieros que quizá ya no corresponden a la realidad de la economía actual, falta de innovación en el sector… En fin, podríamos citar aquí innumerables causas;  sin embargo, a nuestro entender el factor más importante es la falta de volumen.

¿A qué nos referimos con esto?

Relativamente sencillo de entender, es un principio básico de economía y finanzas que  explica, para cualquier negocio o sector, el origen de sus ventas (o como lo queramos llamar, dependiendo de la industria o  sector).

Los únicos dos factores que dan origen a las ventas  de una empresa son el precio y el volumen de lo que se vende.    Como ejemplo vamos a hablar de una empresa que vende manzanas rojas y manzanas verdes. Las  rojas se venden al doble de precio que las manzanas verdes, y esta empresa realiza la mitad de sus ventas  de manzanas rojas y la otra mitad de frutos verdes. ¿Qué pasaría con las ventas de esta empresa si dentro de 10 años vendiera, digamos, 30 por ciento  menos manzanas rojas que verdes? El resultado sería un crecimiento bajo de sus ventas totales por el hecho de vender más de lo que vale menos, pero el efecto en el margen bruto sería terrible.

De acuerdo con  nuestro análisis del sector asegurador, en GM esto es lo que ha venido pasando. Como podemos observar en la siguiente gráfica, para el periodo  analizado (del año 2008 al 2016) el mix de las ventas del sector se ha venido deteriorando fuertemente, ya que la participación en número de asegurados individuales ha disminuido notablemente  como proporción de los asegurados en pólizas colectivas, lo cual significa volumen importante desplazado adonde hay menor valor. El crecimiento anual ponderado del número de asegurados en pólizas individuales avanza a una tasa  de tan solo 3 por ciento, parámetro que está muy por debajo de la inflación, de acuerdo con el IPC; mientras que el volumen de asegurados en pólizas colectivas crece a una tasa doble en relación con las individuales.

Sumado a lo anterior, una estrategia ineficiente de precios presiona fuertemente el margen de utilidad, ya que el sector solo ha encarecido los precios de las pólizas en donde no hay crecimiento   (individuales), y no logra hacer que bajen en donde sí está creciendo (grupales), lo que genera una asimetría en precios de 176 por ciento entre unas y otras.  

Esto implica una presión muy fuerte sobre los márgenes de utilidad en general, y pone en riesgo la viabilidad a largo plazo de un modelo que se comporta de esta manera.

Resulta entonces evidente que desde la perspectiva  analizada tenemos que volver a apostar por hacer crecer  la base de asegurados en general aplicando políticas equitativas de precios   entre pólizas individuales y colectivas para generar mayor volumen. Por añadidura, esto quitará  presión al precio de las pólizas individuales.

No es la única de las acciones por  tomar, pero sí una de las más importantes.

Jean-Louis Brunet Torres es director general y fundador  de Mutuus.

 

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