Frena la revolución digital de pagos en línea la falta de educación financiera

El Asegurador

En los últimos años se ha detonado una revolución tecnológica en la industria de pagos. Con el surgimiento de operaciones en tiempo real, pagos móviles, monederos electrónicos, servicios de pago de persona a persona y transmisores de dinero, los esfuerzos de modernizar estos sistemas han sido persistentes; sin embargo, aunque la innovación en este rubro ha sido rápida, la forma en que ha penetrado al mercado ha resultado poco óptima en gran medida debido a la falta de educación financiera y el miedo de los consumidores a la fiscalización.

Dicha información fue dada a conocer por Maricarmen García y Luis Alejandro Flores, ejecutivos de KPMG al hablar acerca de la Revolución digital de los pagos en línea: retos y oportunidades, en la que agregaron que de acuerdo con el estudio de inclusión financiera de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de 2019, el número de terminales punto de venta (TPV) de la banca y de agregadores en el país ascendió a 3,264,750 millones.

Dicha cifra significa que el número de TPV por cada 10,000 adultos es de 111 para México, cantidad que está muy por debajo de lo que tienen países como Brasil (517) y Argentina (240). Si se considera que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tenía registradas a la misma fecha 4.9 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, y que hay una marcada concentración geográfica, es claro que la adopción de métodos de pago digitales es incipiente, apuntaron Maricarmen García y Luis Alejandro Flores.

Aunque 2020 fue un año que marcó al mundo también en este sector, impulsando los pagos en línea, la adopción de métodos de pago digitales en México está aún en proceso de maduración. También es necesario tener en cuenta que existe el riesgo de que la innovación en pagos digitales pueda seguir centrándose en quienes ya los han adoptado, y no en la gran mayoría en condiciones menos favorables, señalaron.

Por lo anterior, los ejecutivos de KPMG consideran que será esencial un esfuerzo concertado para garantizar que la tecnología de pagos digitales esté diseñada para toda la sociedad; lo cual tendrían que considerar los nuevos jugadores porque genera mayor inclusión y las tesorerías de grandes transnacionales podrían encontrar grandes beneficios en reducir el uso de efectivo.

García y Flores añadieron que el comercio electrónico es un canal de venta con un gran crecimiento y que durante la pandemia ha tomado mucha más relevancia por los beneficios que ofrece. Los retos que afrontan las ventas en línea como fraude (que se materializa en forma de contracargos o aclaraciones), el abandono en el checkout por rechazo del método de pago, las comisiones que se cobran a los comercios, y los altos intereses que cobran a los usuarios de tarjeta de crédito han impulsado el desarrollo a nivel mundial de soluciones innovadoras que promueven la inclusión.

Por otro lado, el concepto “Compre ahora, pague después” (BNPL, por sus siglas en inglés) es un nuevo nicho en el ecosistema fintech de pagos y consiste en dar a los compradores de comercio electrónico una alternativa de comprar bienes sin depender de la deuda de tarjetas de crédito, señalaron. 

Adicionalmente, las compañías con volúmenes altos de transacciones necesitan simplificar el proceso y dar visibilidad a sus operaciones de tesorería. Se puede obtener una gran cantidad de información de los clientes derivada de sus operaciones de pago, y su análisis puede servir no solo para personalizar la experiencia de compra y crear ofertas personalizadas, sino para modelar un perfil de riesgo particular, concluyeron. 

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