El 31 de julio, en el aeropuerto de la ciudad de Durango se desplomó un avión de Aeroméxico con 97 pasajeros y cuatro tripulantes. El accidente sobrevino segundos después de que el aparato intentó despegar. Presumiblemente, el siniestro fue ocasionado por las condiciones climáticas atípicas. El percance no ocasionó pérdida de vidas, sino solo daños materiales y lesiones de diferente gravedad a los pasajeros y tripulación, los cuales fueron trasladados a diferentes hospitales.
Este medio de comunicación buscó a Mapfre México, empresa que tiene la cuenta de aseguramiento de la aerolínea, para conocer el procedimiento que habrá de seguirse ante la tragedia y el monto estimado de la indemnización; sin embargo, la empresa declinó proporcionar cifras al respecto debido a que, aun cuando la recuperación de la caja negra fue inmediata y no hubo víctimas mortales, para este tipo de siniestros (así como ocurre en los catastróficos que desencadena la naturaleza) el ajuste y dictamen consume cierto tiempo.
En opinión de algunos ajustadores de seguros, las líneas de investigación parten de lo evidente, continúan con las declaraciones de los sobrevivientes y se analiza el contenido de la caja negra. En campo, los peritos y ajustadores se dan a la tarea de definir de la manera más precisa posible el origen del siniestro. Ya con todos estos elementos, la compañía de seguros procede a cuantificar el monto de la indemnización conforme a lo que establece la póliza de seguros.
Hay que tomar en cuenta que, si bien no hubo muertes que lamentar, sí se produjeron lesiones que exigen asimismo esperar a saber cuál será el monto total de las indemnizaciones por atención médico-hospitalaria. La aerolínea informó que en cuanto esté integrado el expediente definitivo se dará a conocer la suma total asegurada que se habrá de indemnizar.
En información que se hizo circular en los medios de comunicación en días posteriores al accidente trascendió que varios pasajeros de nacionalidad estadounidense interpusieron demandas por responsabilidad civil contra la aerolínea. En este rubro también habrá que esperar a saber cuántos demandantes existen y cuáles son las condiciones de cobertura por RC de Aeroméxico.
Una catástrofe aérea emblemática fue aquella en la que perdieron la vida 79 de 85 pasajeros, ocurrida la madrugada del 31 de octubre de 1979 en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, donde se esperaba la llegada del vuelo 2605 de Western Airlines, conocido como el Tecolote, procedente de Los Ángeles, California.
En aquella ocasión, el avión debía llegar por la pista 23 derecha. Las condiciones climáticas más una comunicación inadecuada con la torre de control hicieron que el 2605 de Western Airlines descendiera por la pista equivocada: la 23, pero izquierda, que estaba en reparación y con maquinaria. La historia de la aviación considera este siniestro como la tragedia aérea más grande que ha vivido nuestro país.