A pesar de la pandemia y la crisis económica derivada de la COVID-19, las empresas familiares mexicanas manifiestan tener mejoras y confianza en salir adelante; sin embargo, más de la mitad (55 por ciento) tiene temas pendientes de resolver y 24 por ciento enfrenta un riesgo serio de no subsistir debido a la acumulación de malas prácticas, de acuerdo con el estudio Nivel de progreso de las empresas familiares para lograr su continuidad y armonía, elaborado y presentado por el Centro de Investigación para Familias de Empresarios, Cifem-BBVA, del Ipade Business School (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa).
El informe estadístico 2020 del Ipade refiere además que para 69 por ciento de las empresas familiares sus ventas han mejorado en los últimos tres años; para un 70 por ciento, su patrimonio ha crecido también en ese lapso. De tal modo que, de la mano del indicador anterior, también el patrimonio familiar se ha visto acrecentado, y por ello 82 por ciento de los encuestados manifiesta tener confianza en que la familia empresaria logrará salir adelante.
“Es notable que, a pesar de que en los últimos tres años hemos vivido una situación de inestabilidad que ha ido al alza, los resultados de las empresas familiares participantes son positivos”, destacó Ricardo Aparicio Castillo, director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios, Cifem-BBVA, del Ipade Business School, durante la presentación.
El estudio revela que en las circunstancias adversas recientes 76 por ciento de los encuestados considera que la unión de la familia ha sido un factor de impulso para enfrentar los desafíos; y 72 por ciento manifiesta que la adversidad que se vive en el entorno ha sido factor para unirlos.
En ese sentido, Alfonso Bolio Arciniega, profesor decano de las áreas de Factor Humano y Empresa-Familia del Ipade, consideró que “el apoyo y dedicación decidido de una familia empresaria, comprometida con su empresa, es un factor que les ayuda a tener éxito en estos momentos, a sortear las dificultades, y contribuye a aumentar las posibilidades de sobrevivencia. Por ello, es fundamental asegurar una sinergia positiva del binomio negocio-familia”.
El informe establece que la sucesión y la institucionalización siguen siendo las grandes tareas pendientes en las empresas familiares. Prácticamente, la mitad de ellas (48 por ciento) no tiene definidos sus procesos sucesorios, y solo 7 por ciento los tiene claros. De igual forma, el Gobierno Corporativo está muy poco desarrollado, ya que es inexistente en 60 por ciento de las empresas familiares. Solo 10 por ciento de ellas lo tiene claro y funcionando, de acuerdo con las recomendaciones de mejores prácticas corporativas.
Al respecto, Mauricio Pallares Coello, director de Marketing de BBVA México, declaró que para la institución financiera las empresas familiares y las pymes serán una pieza clave en la recuperación económica y del empleo en México. Y precisó: “Hoy más que nunca es fundamental entender las necesidades de las empresas familiares, ayudarles en su transición generacional y brindarles las herramientas y orientación necesarias para institucionalizarlas y profesionalizarlas con el objetivo de convertirlas en un potente motor que impulse a México”.
Por último, otra área de oportunidad que presentan las organizaciones familiares mexicanas es que las mujeres siguen ocupando un porcentaje bajo en las posiciones de liderazgo en estas empresas, ya que a solo 18 por ciento de ellas se las ve como líderes de la organización familiar.
En relación con la proporción de aquellos que se consideran líderes y ocupan la posición de dirección general, el porcentaje de mujeres en esa doble función es todavía menor: 13 por ciento. En una empresa familiar, quien está en la posición máxima de la empresa no necesariamente se ve como líder, ya que está implicada la propiedad, desde donde también se puede ejercer un gran liderazgo sobre la empresa y la familia.