En México, un total de 1.6 millones de personas están infectadas de hepatitis, una cifra que ubica al país como la segunda nación de América Latina con más casos de este padecimiento, según el estudio más reciente de GNP Seguros.
La aseguradora señaló asimismo que durante el primer semestre de 2018 recibió 200 casos de hepatitis. Además, detalló que de enero a junio de este año pagó 24.9 millones de pesos para atender a infectados de este padecimiento.
La estadística que divulgó GNP Seguros apuntó que el costo promedio por cada caso de hepatitis que la compañía asumió asciende a 123,000 pesos. Indicó asimismo que, del total de los casos reportados, 46 por ciento correspondió a hombres y 54 por ciento a mujeres.
Del total de casos registrados en lo que va de 2018 en el país, dijo GNP Seguros, 70 por ciento se concentró en Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Estado de México y Baja California.
El diagnóstico de GNP Seguros puntualizó que la frecuencia de la hepatitis entre sus asegurados se ha mantenido en parámetros constantes durante los últimos dos años. La aseguradora agregó que en 2016 y 2017 recibió un total de 432 y 387 casos, respectivamente. Además, detalló que pagó por padecimientos relacionados con esta enfermedad un monto superior a 186 millones de pesos.
Enfermedad voraz y preocupante
Los alcances de la hepatitis en el planeta son realmente preocupantes, y las estadísticas lo confirman. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el orbe existen 390 millones de personas que sufren de esta anomalía, de las cuales 240 millones padecen hepatitis B y 150 millones presentan síntomas de la variedad C.
En tanto, en el país las autoridades sanitarias han confirmado que la hepatitis representa ya un grave problema de salud pública.
Como dato esperanzador, la OMS informó recientemente que el diagnóstico y el tratamiento oportuno de las formas B y C de este padecimiento puede aumentar las probabilidades de revertir la anomalía.
Al respecto, Alejandro Chías, subdirector médico de GNP Seguros, aseguró que la información es clave para ponernos en guardia ante el riesgo de padecer hepatitis. El especialista clínico detalló que en la actualidad hay vacunas para prevenir las modalidades A y B de esta enfermedad.
Chías recordó que hoy en día existen adelantos clínicos que reducen la posibilidad de que la hepatitis afecte de manera grave al hígado; y afirmó que ante la detección de la enfermedad es indispensable que exista un tratamiento médico adecuado y oportuno, de manera que el paciente pueda recuperarse o alcance una calidad de vida mejor.
¿Qué es la hepatitis?
Es una enfermedad que se presenta debido a varios tipos de virus y que se refleja con la inflamación del hígado; por ese motivo, el órgano no funciona correctamente.
¿Cómo se transmite?
Hepatitis A: Se contrae por ingerir alimentos o agua contaminados con heces fecales. Esta clase de hepatitis no causa alteraciones de la función hepática, y rara vez es mortal; sin embargo, puede causar síntomas debilitantes e insuficiencia hepática aguda, aspectos que se asocian a una mortalidad alta.
Hepatitis B: Se transmite por contacto sexual. En la fase aguda puede causar fiebre, exantema, dolor abdominal, vómito y fatiga; mientras que en la fase crónica existe la posibilidad de que se presenten alteraciones en la función hepática, cirrosis y cáncer de hígado; no obstante, la infección por el virus de la hepatitis B es prevenible por vacunación.
Hepatitis C: Se transmite principalmente por vía parenteral (intravenosa, subcutánea o intramuscular); es decir, ingresa al organismo por el uso de jeringas infectadas, ya sea durante el consumo de drogas o por usar agujas de acupuntura, o durante la realización de piercings o tatuajes.
Hepatitis D: Es un virus incompleto que solo se activa cuando existe una infección por hepatitis B. Esta clase de hepatitis puede causar una alteración crónica que podría derivar en insuficiencia hepática aguda.
Hepatitis E: Se transmite a través de agua contaminada y en algunos casos por contacto con animales. Las consecuencias de este virus son muy similares a las que se presentan con la hepatitis A; sin embargo, hasta ahora no hay evidencia de que sea una anomalía crónica.