De acuerdo con un reciente comunicado divulgado por Munich Re, a nivel mundial, los desastres naturales causaron pérdidas sustancialmente más altas en 2021 que en los dos años anteriores. El reporte destaca que, según datos provisionales, tormentas, inundaciones, incendios forestales y terremotos destruyeron activos por valor de 280,000 millones de dólares, de los cuales, 120,000 millones de dólares de pérdidas estaban asegurados, que también fue más que en los dos años anteriores (2020:82,000 millones de dólares; 2019: 57,000 millones de dólares).
La reaseguradora indica que las pérdidas del año anterior ascendieron a 210,000 millones de dólares, mientras que en 2019 fueron de 166,000 millones de dólares. Asimismo, destaca que la brecha de seguro, en otras palabras, la porción no asegurada, disminuyó levemente debido a una mayor proporción de pérdidas en los Estados Unidos, pero aún fue aproximadamente del 57 por ciento. La información añade que casi 10,000 personas perdieron la vida en desastres naturales en 2021, una cifra de muertos comparable a la de los últimos años.
Los datos compartidos por Munich Re revelan también que junto con 2005 y 2011, el año 2021 resultó ser el segundo más costoso para el sector de seguros (año récord 2017: 146,000 millones de dólares, ajustado por inflación); las pérdidas totales por desastres naturales fueron las cuartas más altas hasta la fecha (año récord 2011: 355,000 millones)
Asimismo, el huracán Ida fue el desastre natural más costoso del año, con pérdidas totales de 65,000 millones (pérdidas aseguradas de 36,000 millones).
En Europa, las inundaciones repentinas después de lluvias extremas causaron pérdidas de 54,000 millones de dólares (46,000 millones de euros), el desastre natural más costoso registrado en Alemania.
El reporte de la reaseguradora alemana subraya que muchas de las catástrofes meteorológicas encajan con las consecuencias esperadas del cambio climático, lo que hace que una mayor preparación para las pérdidas y la protección del clima sean una cuestión de urgencia.
“Las imágenes de desastres naturales en 2021 son inquietantes. La investigación climática confirma cada vez más que el clima extremo se ha vuelto más probable. Las sociedades deben adaptarse con urgencia a los crecientes riesgos climáticos y hacer de la protección del clima una prioridad. Las aseguradoras cumplen con sus responsabilidades cubriendo una parte de los riesgos y pérdidas. Al aplicar primas adecuadas al riesgo, ponen un precio a los peligros naturales, fomentando así un comportamiento cuidadosamente meditado para limitar las pérdidas. Al mismo tiempo, las severas erupciones volcánicas y los terremotos de 2021 demostraron que tampoco debemos pasar por alto estas categorías de desastres naturales”, subrayó Torsten Jeworrek, miembro del Consejo de Administración de Munich Re.
