La crisis económica desatada por la COVID-19 alrededor del mundo, ha obligado a las empresas a reconfigurar sus operaciones, lo cual les da además, la oportunidad para transformarse y ser más productivas, al darle a sus clientes lo que realmente necesitan y desean y no solo lo que éstas les quieran ofrecer.
Esta conclusión se desprende del informe Llega la siguiente normalidad: Tendencias que definirán 2021 y más allá, realizado por McKinsey & Company, consultora estratégica global, en el que se destaca que los consumidores actuales han cambiado su forma de adquirir productos y de relacionarse con las empresas, tendencia que ha llegado para quedarse.
Por tanto, los negocios que deseen prosperar, imperativamente tienen que conectar con los clientes a través de formas innovadoras para no solo captar su atención, sino hacerlos consumidores recurrentes; cosa que, con la situación mundial actual, resulta cada vez más desafiante.
En tal sentido, el reporte de la consultora global enlista algunas consideraciones que podrían ayudar a las empresas a prosperar ante tal adversidad:
- Reequilibrio y cambio de las cadenas de suministro
La pandemia por COVID-19 reveló vulnerabilidades en las largas y complicadas cadenas de suministro de muchas empresas. Cuando un solo país o incluso una sola fábrica se apaga, la falta de componentes críticos detiene la producción.
Cuando las empresas estudiaron cómo funcionaban sus cadenas de suministro, se dieron cuenta de tres cosas. Primero, las interrupciones no son inusuales (normalmente, se espera que un cierre dure aproximadamente un mes cada 3.7 años, no más). Segundo, las diferencias de costos entre los países desarrollados y muchos países en desarrollo se están reduciendo. Y tercero, la mayoría de las empresas no tienen una buena idea de lo que está sucediendo más abajo en sus cadenas de suministro.
Ninguna de estas premisas significa que las multinacionales vayan a enviar la totalidad -o la mayor parte de su producción- a sus mercados nacionales; sin embargo, es importante que se aproveche la experiencia y se aprenda a atender mercados de consumidores de rápido crecimiento.
- El futuro del trabajo llega antes de lo previsto
Antes de que la COVID-19 apareciera, la idea del trabajo remoto existía pero era muy banal, no avanzaba muy lejos ni con rapidez. La pandemia hizo que decenas de millones de personas tuvieran que trabajar desde casa de la noche a la mañana. Por consiguiente, las empresas deben estar preparadas para continuar operando aún bajo el esquema de una contingencia de este tipo, adaptar tanto sus procesos como a sus colaboradores para responder de la manera más adecuada.
- La revolución biofarmacéutica se afianza
La consultora señala que el anuncio de varias vacunas COVID-19 prometedoras ha sido una inyección de buenas noticias muy necesaria. Así como las empresas han acelerado sus operaciones en respuesta al SARS-CoV-2, la pandemia podría ser el punto de partida para una aceleración masiva en el ritmo de la innovación médica, con la biología encontrando la tecnología de nuevas formas.
- Se acelera la reestructuración de la cartera
La crisis hizo que las organizaciones tomaran dos caminos: cerrar el negocio o reinventarse y despegar obteniendo resultados muy positivos. A pesar de que muchos mercados regresarán a lo que antes eran conforme la situación se estabilice, la pandemia funcionó como un parteaguas para repensar a dónde se quiere llegar y de qué manera.
McKinsey afirma que es muy probable que las empresas que dieron un salto hacia la tecnología, por ejemplo, difícilmente dejarán de trabajar con ella. De hecho, serán cada vez más los negocios que se sumen a estos cambios, al ver que los clientes responden de mejor manera.
- El verde, con un toque de marrón, es el color de la recuperación
En todo el mundo, los costos de la contaminación y los beneficios de la sostenibilidad ambiental son cada vez más reconocidos. China, algunos de los Estados del Golfo y la India están invirtiendo en energía verde a una escala que se habría considerado improbable incluso hace una década.
Europa, incluido el Reino Unido, está unida para abordar el cambio climático; y, Estados Unidos a su vez, se está alejando del carbón e innovando en una amplia gama de tecnologías ecológicas, como baterías, métodos de captura de carbono y vehículos eléctricos.
En conclusión, las oportunidades de crecimiento que presagia una economía verde podrían ser sustanciales, apuntan los expertos de la consultora.