Cerca de 30 millones de personas al cierre de 2020 estarán desocupadas y 23 millones de individuos habrán salido de la fuerza laboral ante la falta de oportunidades en América Latina y El Caribe. Por ello, el empleo en esta región del orbe estará en terapia intensiva el año entrante e incluso los indicadores asociados a la población económicamente activa podrían empeorar, alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La preocupante proyección del organismo fue compartida durante la presentación del informe denominado Panorama Laboral 2020, que en esta ocasión retrata las consecuencias sin precedentes de la crisis generada por la COVID-19. El encargado de difundir los hallazgos de la investigación fue Vinícius Pinheiro, director de Oficina de la OIT para América Latina y El Caribe, quien dijo que durante los últimos 10 meses los mercados laborales de Latinoamérica y El Caribe registraron un retroceso de por lo menos una década, al tiempo que advirtió que la recesión en esa zona está lejos de terminar.
“El informe presentado se edita desde 1994. Sin embargo, el diagnóstico de este año brinda una radiografía que demuestra absolutamente que la crisis que azota a América Latina y El Caribe es la más grande que se haya documentado en esta investigación durante toda su existencia”, sostuvo Pinheiro.
Por lo anterior, el director de Oficina de la OIT para América Latina y El Caribe detalló que los países de la zona enfrentan ahora el desafío de sentar las bases para una nueva y mejor normalidad del trabajo, esquema que implica adoptar estrategias para generar más y mejores empleos en la medida en que se reactive la producción y vaya disminuyendo la emergencia sanitaria producida por la COVID-19.
“Actualmente, es indispensable lograr crecimiento económico con generación de empleo. Las oportunidades laborales son cruciales para reducir la pobreza y enfrentar la amplificación de las desigualdades que está dejando como secuela esta pandemia”, puntualizó Pinheiro.
Por último, el funcionario del organismo exhortó a los países de Latinoamérica y El Caribe a no subestimar las lecciones que dejó la pandemia de COVID-19 en el mundo laboral.
“En primer lugar, no debe quedar dilema entre preservar la salud y la actividad económica, puesto que sin una sociedad sana no hay producción ni consumo. Entonces, la seguridad en los espacios laborales ahora es un tema clave para la reactivación. Ahora bien, es innegable que el camino hacia una mejor normalidad no será fácil ni corto, pero debemos ser conscientes de que ése es el legado de 2020, el año que vivimos con la COVID-19”, remató Pinheiro.