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Empatía retorcida

Espejito, espejito
Picture of Por: Mariana Hernández Navarro

Por: Mariana Hernández Navarro

En numerosas ocasiones y en diversos campos, tales como el trabajo, la familia, la pareja, se escucha sobre la importancia de desarrollar la empatía. Pareciera que hoy se valora como una cualidad sobrehumana, que se convierte en el pegamento de las relaciones interpersonales.

¿Será que se está deteriorando esta cualidad tan necesaria para la interacción cotidiana? La definición clásica que se escucha es “ponerse en los zapatos del otro”, y el reto radica en hacerlo cuando el otro tiene pie de atleta o le huelen los pies.

Pienso que, difícilmente, alguien logrará ponerse totalmente en los zapatos de otra persona, y es que ser empático, requiere de dones tales como suspender el juicio y tener una disposición real y paciente para escuchar. Sólo se logra intuir a la persona y acompañarla afectivamente en esa experiencia que es única e irrepetible para él o ella.

En esta ocasión, quiero plantear errores que se pueden presentar al querer empatizar. Probablemente, logremos más conciencia con los desaciertos y se consiga evitarlos en una próxima experiencia.

He aquí cuatro manifestaciones de una empatía retorcida:

1.    Empatía autorreferenciada. Cuando se comete el error de hablar de la experiencia personal, antes que escuchar al otro. Ejemplo, Juan le comenta a Pedro: “Me quedé sin trabajo. Estoy preocupado”. Y Pedro responde: “A mí me sucedió el año pasado, es terrible sentirse así. Me costó muchísimo salir adelante, fueron casi dos años de estar en esa situación. Te entiendo perfecto”. Probablemente, la intención de Pedro sea explicar que sabe por lo que Juan pasa, pero lejos de escucharlo, incluso agrega una preocupación adicional, puesto que después de ese comentario, el pensamiento de Juan seguramente será “¡¿Dos años?!, espero que no me pase así…”.

2.    Empatía en segundo grado. Cuando una persona relata una problemática y el receptor muestra empatía con el actor secundario de la narración. Es decir, Juan le dice a Pedro: “Me enojé con mi jefe porque me respondió de forma grosera durante la reunión”. Pedro afirma: “Sería bueno que pensaras qué le pudo haber pasado a tu jefe, me has platicado de él, y no es así, compréndelo”.

3.    Empatía demeritada: Cuando alguien busca comprender la situación del hablante, pero éste descalifica por no compartir circunstancias. Ejemplo, ahora Pedro comparte con Juan: “Estoy agobiado por el pago de las colegiaturas de mis hijos, están elevadas. Tú no lo puedes comprender porque no tienes hijos”. No se trata de vivir situaciones análogas, sino de presentar disposición para comprender. Se es solidario con la emoción, no se vive en paralelo la situación. De ser así, los sacerdotes tendrían que haber cometido todos los pecados que les confiesan; los doctores todos los padecimientos físicos y los terapeutas todos los sufrimientos espirituales posibles.

4.    Empatía como diagnóstico único. A veces se manosea el término y se cree que la empatía salvará al mundo. Volviendo a nuestros actores principales. Juan comenta: “Desde hace tiempo, María llega muy tarde al trabajo, ya platiqué con ella y me ha hecho promesas de mejorar el comportamiento, pero, en realidad, no se ha solucionado”. Nuestro sabio amigo Pedro contesta: “te falta empatía con ella”. Probablemente, la manera de solucionar esta situación no sea ser empático, debido a que Juan ya platicó con ella y escuchó sus razones. A lo mejor, en vez de empatía se requiere de mayor firmeza para establecer un acuerdo entre ellos y erosionar la conducta.

La empatía tiene como finalidad, conocer un poco la vida anímica del otro, involucrarse por instantes en su mundo y en su experiencia personal; es una especie de reflector que se coloca esporádicamente sobre alguien, dejando todo lo demás en la sombra, pero, cuando se cometen este tipo de errores, el receptor puede estropear el proceso de comunicación.

Mi recomendación final es primero para Juan, buscar a otro amigo con quien pueda compartir cuestiones personales, y para ti, amable lector, generar conciencia sobre cuáles pueden ser algunos errores que se comenten al momento de interactuar con algunas personas. Espejito, espejito: ¿quién es el más/menos empático?…

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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