La llegada de la COVID-19 hizo que el mundo modificara sus hábitos y en algunos casos de forma radical; como dejar de asistir diariamente a una oficina y trabajar desde casa o no hacer reuniones con amigos y familiares por utilizar plataformas digitales para tener contacto con ellos. Dicha situación generó un descenso significativo del transporte público.
Así lo revelan datos extraídos del Índice de movilidad de los consumidores realizado por EY, que añade que durante los últimos meses, 69 por ciento de las personas ha dejado de utilizar este medio para asistir al trabajo; 61 por ciento para ocio y entretenimiento; y 53 por ciento para viajes por alguna necesidad doméstica (como ir a comprar la despensa).
Y a pesar de que el transporte público -como los camiones y microbuses- han sido los más afectados, los taxis no se quedan atrás, pues su uso ha disminuido un 75 por ciento en viajes de trabajo, 59 por ciento en viajes de ocio y entretenimiento; y 52 por ciento en viajes domésticos y de primera necesidad.
La firma de consultoría indica además que, si bien no en la misma cantidad, los viajes realizados en vehículos personales -automóviles y motocicletas- y los de micromovilidad -bicicletas y scooters-, también han registrado reducciones, por la misma razón de que la gente ya no sale tanto de sus casas como solía hacerlo antes de la pandemia.
Al respecto, Andrés Dobles, líder del sector de movilidad de EY, afirma en el informe que actualmente las compañías de transporte público están uniendo esfuerzos y trabajando para dar confianza a los consumidores y convencerlos de que, extremando medidas sanitarias como la desinfección constante de las unidades y el uso obligatorio de cubrebocas, viajar con ellos es seguro y no corren peligro de contraer el virus SARS-CoV-2.
Sin embargo, las personas aún prefieren viajar en su automóvil particular para sentirse más cómodos en el traslado hacia algún lugar.
Dobles destacó también que el tiempo promedio de viaje semanal por persona ha tenido reducciones, pues ha pasado de seis horas a 3.7 horas (bajando 40 por ciento).
El Índice de EY concluye que ante este panorama, el sector del transporte público se enfrenta a grandes retos para conseguir elevar sus números y, asimismo, esto puede servir para que dicho mercado se reinvente y ofrezca mejores condiciones para sus usuarios.