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El título no hace al monje

@arcique
Visión empresarial
Por: Miguel Ángel Arcique Calderón

Por: Miguel Ángel Arcique Calderón

Si tienes un título universitario, puedes estar seguro de una cosa… que tienes un título universitario.Anónimo Es muy frecuente la reflexión acerca de la importancia de los estudios académicos para cualquier persona, así como la trayectoria y puestos que ha ocupado en su carrera o trayectoria profesional.Y no cabe duda de que hay cierto tipo de estudios, cuya certificación es sumamente necesaria por estar ligada a la obtención de ciertas licencias, permisos o cédulas para el ejercicio de una profesión o actividad, como por ejemplo la acreditación de la capacidad técnica para ser agente de seguros o de fianzas.No obstante, cuando se toca este tema suelen surgir diversas opiniones sobre las diferencias entre la capacidad académica demostrable por medio de un título o grado, así como lo que se supone que se esperaría de un ser humano que ha tenido una trayectoria en diversos puestos dentro de una o varias organizaciones que se consideran de alto nivel de decisión, conocimientos o desempeño.Aunque, en muchas ocasiones queda demostrado también que los títulos, grados y puestos que alguien desempeñe, no garantizan el ejercicio de las diversas inteligencias que hoy en día se conocen y esperan, tampoco  el ejercicio de los valores, la calidad humana y la calidez y afabilidad en el trato y las conductas asociadas o incluso los deseos o sueños que las personas abrigan en su corazones, o bien los caminos que la vida misma pone por delante de cada uno de nosotros.Así las cosas, muchos aspirantes a agentes de seguros o de fianzas, se ven literalmente traumatizados con el tema de haber estudiado o conseguido grados académicos de profesiones que perciben que no son valoradas o aplicables en su nueva actividad como asesores, llevando con ello a que esta condición se convierta en uno de los principales factores de deserción de la carrera.Por otro lado, muchos de los que se “montan” en sus grados académicos o puestos logrados, se convierten en personas engreídas, déspotas y desagradables en su trato hacia los demás.De tal forma que ahora para comenzar el año, les invito a que no desdeñemos ni despreciemos las oportunidades de estudiar, de manera formal y pertinaz, todos aquellos aspectos que nos hacen mejores seres humanos, pero a la vez conservar aquella conciencia y humildad (del latín humus: tierra), que nos permita no juzgar ni hacer menos a aquellos que tal vez sin estudios, grados o puestos, tengan en sí elementos como la sabiduría y la experiencia.REFLEXIONES SOBRE LOS TÍTULOS Y PUESTOS:       Tener un grado académico, título o certificación es muy útil, deseable y, en ocasiones, obligatorio para el ejercicio de ciertas actividades.       Lograrlo o tenerlo, así como  obtener un puesto de liderazgo o dirección, no nos hace necesariamente mejores personas ni seres humanos.       Hoy en día existen muchos más medios y formas de educación que los que tradicionalmente se conocían hace veinte o treinta años.       Juzgar o juzgarnos e incluso culparnos o avergonzarnos por no tener un título o por no ejercer lo que estudiamos, no es una práctica útil.       Así como también sentenciar o menospreciar a otros por no tener estudios o puestos es un signo de incomprensión de otros valores humanos. Miguel Ángel Arcique CalderónEs consultor independiente y director deCapacitación EspecializadaEmpresa de desarrollo especializada en“INSPIRAR A PERSONAS Y EMPRESAS A INNOVAR,CON CONCIENCIA SOCIAL Y AMBIENTAL,GENERANDO PROSPERIDAD EN NUESTRO MUNDO”www.capacitacionespecializada.comtwitter @arciquewhatsapp (462)6213070

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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