El Seguro más pequeño que cambió una vida

Charlemos seguros

El asegurador

No es noticia nueva, o algo que sorprenda a los mexicanos, el saber que los servicios de salud pública tienen muchas restricciones, desde la falta de insumos y personal médico, hasta la ausencia de calidad, que se manifiesta de múltiples maneras:

  • Servicios sin eficacia y eficiencia
  • Acceso limitado a los servicios de salud
  • Quejas médicas e insatisfacción
  • Afectación de la credibilidad de los servicios de salud.
  • Pérdidas humanas.
  • Falta de trato digno

Basta revisar algunos artículos médicos o estadísticas para darnos cuenta, por ejemplo, la letalidad hospitalaria, que para finales de 2020 y por motivo de COVID fue que por cada 10 pacientes hospitalizados en el Instituto Mexicano del Seguro (IMSS) fallecieron 4.5, en Secretaria de Salud 3.1, contra el Sector Privado que solo fue de 1.6.

Con estos datos podemos darnos cuenta de que existe un gran contraste entre el sector público y el privado, pero además entre las mismas instituciones, obviamente esto está directamente relacionado con el volumen de pacientes atendidos y que, entre más derechohabientes, mayor es el reporte de casos de negligencias, abandono de pacientes, falta de material quirúrgico, medicinas y falta de personal de salud.

Hoy sabemos que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha emitido múltiples recomendaciones por quejas hacia las instituciones de salud, personal médico y de enfermería, sobre todo basado en recomendaciones para mejor la falta de accesos a servicios de salud reproductiva, los tratos crueles inhumanos, menoscabar la capacidad de decisión y el abuso de medicación.

Pero, ¿a dónde voy con esto? Sabemos que somos una población subasegurada, que de los 130 millones de mexicanos, sólo el 9.7% cuenta con una póliza de Seguros Gastos Médicos Mayores; entonces volvemos al punto de la enorme labor que tienen los agentes de seguros para llegar cada vez a más personas y contar historias de éxito. Hoy sabemos que el seguro más pequeño puede cambiar la vida de las personas y me refiero a que con una suma pequeña, incluso con modificar el periodo de pago de las enfermedades, los niveles de hospital o tabuladores, los seguros pueden ser más asequibles para esa población que piensa que son de costos inalcanzables.

Y este seguro “pequeño” del que les cuento, tenía solo una suma asegurada de seis millones y un periodo de pago de enfermedad de dos años y, aun con estas restricciones, la paciente logró pagar todo su tratamiento de cáncer de colon, cirugías, estancia en terapia intensiva, múltiples quimioterapias y hasta una reconstrucción por una hernia secundaria a esta cirugía abdominal y todo con esta Suma asegurada y este tiempo de pago.

Por eso considero que es mejor estos seguros “pequeños”, que no contar con uno y tener que pasar por la falta de calidad en los servicios de salud que imperan hoy en nuestro país.

Nos vemos en el próximo dictamen.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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