“Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor”.
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán
HOMBRE QUE TE DICES HOMBRE…
En tiempos que se habla mucho del feminismo, la equidad de género y la igualdad, también hace falta darnos un espacio de reflexión para redefinir lo que la sociedad ha cargado sobre los hombros del sexo masculino y que en mucho ha influido a que los equilibrios y las equidades se moderen.
Si naces varón será puesta sobre ti toda una serie de expectativas y mandatos que constituyen en gran medida el perfil de lo que la sociedad y las parejas esperan de lo que un hombre debe de ser o al menos aparentar y con ello inicia una larga lista de traumas y sufrimientos que pocas veces se mencionan.
El índice de suicidios en hombres a nivel mundial es mucho mayor al del género femenino, entre otras cosas, por la capacidad que tienen las mujeres de demostrar sus sentimientos, llorar acompañadas de sus amigas y, con ello, liberar las cargas emocionales que tienen.
Por otro lado, el mandato del sostén económico de la familia, el reconocimiento por los logros económicos y el poder, hacen que, sobre todo, en la cultura machista mexicana se acuñe el término de todos conocido y descrito de manera maravillosa por Octavio Paz en su libro El laberinto de la soledad, como “el chingón”, que es odiado por algunos y admirado por otros, incluso por el sexo femenino.
Menciono lo anterior, porque nuestro sector financiero es esencialmente machista y de ello da muestra una cinta que se acaba de estrenar en una de las populares plataformas, con el nombre de “Juego Limpio”, la cual expone las dificultades que vive una pareja cuando la mujer tiene importantes capacidades profesionales y por tanto, ingresos superiores a un hombre.
¿Estamos listos los hombres para dejar atrás algunos de estos mandatos que nos cierran en mucho el mundo de la afectividad y el amor,para sustituirlos por un mundo de “deberes” y “apariencias” con los que podemos perpetuar el modelo patriarcal y machista?
Los que pertenecemos al género masculino tenemos un gran reto, hoy podemos ayudar a que exista una sociedad más igualitaria, poniendo en tela de juicio todo lo que afecte a las mujeres y, sobre todo, debemos actuar en favor de quienes nos rodean llevando a cabo algunos de los siguientes elementos:
TAMBIÉN ERES HOMBRE SI…
– Te interesas por dedicar tiempo a la crianza de tus hijos y no sólo a proveerlos económicamente.
– Disfrutas el arreglo de tu casa, los quehaceres domésticos y la cocina.
– Decides depender económicamente de tu pareja o hacer acuerdos en gastos y obligaciones, aún en los roles eminentemente femeninos.
– Admiras y apoyas el liderazgo de las mujeres en puestos clave y las aceptas como tus líderes, socias y jefas de trabajo.
– Compartes y muestras tus sentimientos, dices a menudo te quiero o te amo, incluso a otros hombres por quienes puedes tener sentimientos muy profundos.
– Dejas atrás los parámetros competitivos de demostración de quién tiene más poder, más dinero, el mejor auto, el mejor puesto.
– Decides tener una o muchas compañeras de vida siempre y cuando haya honestidad en tu comunicación y en los acuerdos para convivir.
– Dedicas tiempo a tus amigos, a compartir, a cultivar el arte y la apreciación y no sólo a lo que es “productivo y rentable”.
– Y, sobre todo, si dejas caer de tus hombros la enorme responsabilidad de tener siempre la razón y ser la “cabeza de la familia” y el proveedor eterno.
La nueva masculinidad no está regida por el poder, el dinero, la sexualidad y muchos otros factores que nos inculcaron desde niños… “Los hombres SÍ lloran”.