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El futuro de la salud en AL necesita el rediseño de su modelo y el impulso a su interoperabilidad

Por: Luis Adrián Vázquez Moreno @pea_lavm

El futuro de la industria de la salud en América Latina necesita rediseñar su modelo operacional, de manera que el usuario y cada una de sus necesidades estén en el centro, logrando con ello tener un mayor poder de decisión e influencia, así como suficiente cantidad de información y de canales de comunicación para tomar decisiones y acciones en torno a sus requerimientos en este campo, señala la empresa Deloitte en el documento El futuro de la salud en América Latina.

Para que esta transformación se logre, Deloitte considera necesario comprender las tendencias y las fuerzas que impulsan el ecosistema de la salud en América latina, con la finalidad de conocer el punto de partida de la región hacia el futuro de la salud y saber cómo prepararse y lo que requiere desarrollar para satisfacer a un consumidor cada vez más empoderado y conectado.

Es claro que el futuro de la salud puede diferir entre países y regiones. Dentro de América Latina  todavía existen   realidades adversas que requieren    acción para que se atenúen,  como las barreras de conectividad, ya que, debido a la disparidad de las clases sociales y al alto costo que esto representa, para algunos consumidores   adquirir un dispositivo o servicio de internet es muy difícil, y por consiguiente   el alcance social y geográfico del futuro de la salud se ve limitado, señala la fuente.

Además, Deloitte resalta que hay factores socioeconómicos, como el aumento constante de la inflación, devaluación  de las monedas y los cambios de gobierno, que hacen que los recursos de servicios médicos se destinen, casi en su totalidad, a actividades de atención primaria en salud, mientras que son pocos los que se asignan a iniciativas como la mejora de los modelos operacionales mediante  tecnología de vanguardia y de inversión de sistemas interoperables  para la gestión de datos de los pacientes.

Un punto que se debe  destacar, agrega la empresa de consultoría, es que en toda la región  la telemedicina se ha adoptado  como una herramienta clave en los programas para proporcionar acceso universal a la salud, lo que permite cerrar la brecha entre las áreas urbanas y rurales; sin embargo, el financiamiento sigue siendo la principal barrera para instaurar plenamente el potencial de la telemedicina  debido a que se necesitan grandes inversiones que van desde el personal hasta la infraestructura avanzada de telecomunicaciones;  por ejemplo, la red 5G.

Deloitte considera importante precisar que telemedicina no es igual a   salud virtual ni equivalente al futuro de la salud. Más bien, la telemedicina es un componente de la salud virtual y, por defecto, de la visión del futuro de la salud; por lo tanto, los actores del ecosistema de la salud que buscan transformarse deben tener en cuenta que migrar hacia un modelo centrado en el consumidor no se limita a  digitalizar viejas formas de trabajar u operar, sino que se deben  rediseñar modelos operacionales en torno al consumidor para mejorar su experiencia  y sólo digitalizar donde sea necesario hacerlo.

“América Latina enfrenta diferentes desafíos en el ecosistema de salud para avanzar hacia un modelo centrado en el consumidor. Uno de estos desafíos notorios es la deficiente interoperabilidad, que se ve exacerbada por el sistema de salud, que se encuentra fragmentado en muchos países de la región”.

La firma señala que en la región el sistema de salud se centra principalmente en el tratamiento de enfermedades, dejando la interoperabilidad digital y la salud del consumidor en segundo lugar. No obstante, algunos esfuerzos realizados por países       latinoamericanos hacia la interoperabilidad han sido destacables, como   el caso de Chile, Costa Rica y, más recientemente,  de  Colombia.

Por todo lo anterior, Deloitte hace un llamado a   los gobiernos, los proveedores de servicios, las instituciones educativas y otros actores para que realicen cambios e inversiones fundamentales adicionales con el objeto de  lograr la visión del futuro de la salud; cambios que, aunque sean radicales, se ejecuten gradualmente.

“Los actores que sean capaces de identificar las necesidades de sus consumidores y comprender dónde y cómo transformarse estarán mejor equipados para satisfacer las demandas del consumidor del futuro y seguir siendo relevantes y competitivos en el futuro ecosistema de la salud centrado en el consumidor”, concluye el documento.

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