“Sigue el camino amarillo, y llegarás a tu destino”. Eso le dijeron a la pequeña Dorothy para lograr llegar al castillo del Mago de Oz y poder cumplir su deseo de regresar a casa.
Y es que en nuestra vida como agentes seguir un “camino amarillo” para lograr alcanzar nuestras metas no estaría para nada mal, ¿no crees? Sería bueno saber que vas por la vía correcta, saber en qué momento te has perdido o te has desviado, y todo gracias a la referencia de ese llamativo color amarillo de ladrillos.
Sin embargo, en la vida real no existe el camino amarillo tan resplandeciente como el que siguió Dorothy. No, en la vida real el camino muchas veces suele ser difuso y sinuoso; y, si aun siendo aparentemente tan fácil de seguir, Dorothy tuvo que pasar ciertas dificultades en un mundo de fantasía, ¿qué esperanza podemos tener nosotros en este mundo real y terrenal?
Ahora bien, no todo está perdido, y tampoco es tan complicado como pudiera sonar o parecer, ya que quizá no existe un camino hecho de ladrillos amarillos, pero sí existe un camino hecho de herramientas digitales y análogas que nos sirven de señalamientos y ruta para llegar a ese destino que nos permitirá cumplir nuestro sueño.
Estoy hablando de la planeación estratégica. Sí, ese proceso al que en la vida cotidiana poca importancia se le da, y mucho menos atención. No obstante, al tenerlo presente y llevándolo a cabo con frecuencia, tal proceso sirve de “camino amarillo” para cualquiera, sea profesional de seguros o de cualquier otra área laboral.
¿Y cómo es que la planeación estratégica sirve de camino amarillo? Te explico:
1. Al igual que el castillo de Oz se veía al final del camino, la planeación estratégica te indica qué encontrarás al final: puede ser la consecución de una meta o también podría ser un reajuste de procesos. Pero verlo con claridad te da ese vistazo de qué tan lejos o cerca se encuentra y qué recursos y tiempos requerirás para llegar ahí. Es en este momento cuando establecemos y revisamos los objetivos, metas y filosofía.
2. Al igual que Dorothy se fue encontrando con personajes que tenían una determinada debilidad o problema, al realizar este proceso irás encontrando las debilidades y áreas de oportunidad de cada una de las áreas de tu negocio. Ya sea que tengas a una persona o a cientos de ellas, tu negocio se compone de varias áreas: mercadológicas, humanas, financieras y de producción, entre otras, y cada una tiene procesos, necesidades y áreas de oportunidad muy particulares, pero también complementarias. Un ejercicio FODA, entre otras herramientas, te dará esa información.
3. Al ir recorriendo el camino, Dorothy tuvo la necesidad de hacer varias paradas, en las que conoció a otros personajes y escuchó lo que sucedía alrededor, y eso le sirvió para tomar decisiones y prepararse junto con sus compañeros de viaje. Del mismo modo, al llevar a cabo el proceso de planeación estratégica en su etapa de indicadores y seguimiento, podrás escuchar lo que tu mercado y empresa tienen para decirte: qué está pasando alrededor y qué se espera, entre otras cosas, de forma que podrás tomar mejores decisiones y prepararte con anticipación. De ahí la importancia de establecer un adecuado proceso de indicadores de medición para tu productividad, venta, mercadotecnia, etcétera.
4. Finalmente, la solución a las debilidades y el logro del sueño de Dorothy de regresar a casa siempre estuvieron en ella. De igual manera, el proceso de planeación estratégica, en su etapa de evaluación interna, nos ayuda a recordar el porqué y para qué de tu empresa, los cómos y los cuándos. Para ello, establecer manuales de control y parámetros de referencia es algo que en la planeación estratégica no puede faltar.
Como ves, la planeación estratégica es mucho más que sólo un proceso teórico, aburrido, inactivo e inflexible, como muchas veces se cree que es. En realidad es un proceso activo, flexible y dinámico que, llevado a cabo con regularidad, revisando y actualizando cada área, proceso y acción, ya sea de forma particular o con apoyo de un especialista en la materia, te permitirá tener en las manos el mejor camino amarillo a seguir: el camino hacia tu crecimiento empresarial.
Ahora ya lo sabes: sigue el camino amarillo y llegarás a tu destino.