Aunque casi todos los tomadores de decisiones financieras en México catalogan el estado actual de la economía como débil o neutral y que la expectativa para el corto plazo podría mejorar, solamente un tercio de esta clase de ejecutivos espera que la actividad productiva en este país se fortalezca durante los próximos tres meses.
Estos resultados se desprenden de la encuesta Sentimiento de los tomadores de decisiones financieras: México, efectuada por la consultora McKinsey & Company sobre cómo están evolucionando las posturas de los tomadores de decisiones financieras en México derivado de la pandemia de COVID-19.
El análisis revela también que solo 15 por ciento de los encuestados espera que su situación financiera personal mejore en los próximos tres meses, un poco más que en agosto, pero aún lejos del pico de junio.
En otros datos dados a conocer por McKinsey & Company, se afirma que la seguridad laboral sigue siendo una preocupación para casi la mitad de los consumidores en México, visto que cuentan con menos de cuatro meses de ahorro.
Además, los bancos se están desempeñando según las expectativas, pero a los consumidores les gustaría mínimos reducidos y un acceso más fácil a líneas de crédito.
Por último, McKinsey & Company apunta que 50 por ciento de los responsables de tomar decisiones financieras en las empresas no está seguro de que la economía mexicana se recupere con auge después de la COVID-19. Sin embargo, finaliza, el 35 por ciento de esta clase de directivos afirma sentirse optimista de que habrá una recuperación rápida, pese a los importantes retos financieros que tendrá que sortear el aparato productivo nacional.