A raíz de todos los cambios económicos y sociales que ha traído consigo la pandemia originada por la COVID-19, la industria aseguradora se encuentra en un punto de inflexión en el que debe buscar nuevas formas de analizar los riesgos y ajustar las pérdidas con el objetivo de ser más eficiente y, al mismo tiempo, continuar manteniendo protegidos a los clientes.
Una manera de eficientar estos procesos es con ayuda de diversas herramientas tecnológicas y, de acuerdo con la encuesta trimestral de GlobalData sobre Tendencias Tecnológicas, 35 por ciento de las compañías aseguradoras a nivel mundial, está invirtiendo en la tecnología de los drones para ello.
Beatriz Benito, analista senior de Seguros de GlobalData, empresa de consultoría y análisis de datos, señala que los drones son particularmente útiles para inspeccionar infraestructuras a gran escala y difícil acceso, además de grandes extensiones de terreno. Los drones ofrecen una propuesta de valor de velocidad y seguridad que brindan en los ajustes de pérdidas, lo que se traduce en eficiencias operacionales y ahorros de costos.
Actualmente, hacer evaluaciones de los terrenos es difícil debido al distanciamiento social y las medidas de contingencia a las que estamos sometidos por la crisis sanitaria mundial; así que llevar a cabo el ajuste de pérdidas, el trámite de reclamaciones y más operaciones de este tipo ha sido complicado en los últimos meses, dice la experta.
Por otro lado, además de la COVID-19, hay que tomar en cuenta el cambio climático como otro impedimento para la evaluación de los territorios, pues algunas condiciones climáticas han empeorado como los huracanes, las inundaciones y los tsunamis, al igual que los desastres naturales no climáticos como los terremotos, los volcanes o los incendios forestales.
Por ello, la tecnología de los drones representa una solución para los seguros, ya que pueden incursionar más fácil a estas geografías. Después de una catástrofe, por ejemplo, las aseguradoras de viviendas podrían utilizar estos aparatos para inspeccionar las propiedades al tiempo que evaden el contacto humano, concluye Beatriz Benito.