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La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no genera insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Así  lo indica en su portal la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta terrible enfermedad cada vez afecta más a los mexicanos, ya que, de acuerdo con cifras del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste),  alrededor de 16 millones de personas padecen diabetes en el país. Ante un número tan elevado de casos, uno de las interrogantes más comunes que se plantean las personas es ¿cuánto cuesta tratar la diabetes en México?

La compañía Plan Seguro se dio a la tarea de calcular cuánto cuesta tratar esta enfermedad. Según datos que divulgó la firma, en la actualidad la diabetes se categoriza en tres tipos: mellitus tipo 1, mellitus tipo 2 y gestacional, de las cuales la tipo 2  representa cerca de 90 por ciento de los casos a nivel mundial y se genera por una insuficiencia del páncreas para producir la insulina que necesita el cuerpo. De acuerdo con datos de la compañía de seguros, el Sistema de Salud en México gasta 85,000 millones de pesos anuales en el tratamiento de los pacientes.

Durante el año 2017, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave)   informó que se registraron más de 335,000 nuevos casos de diabetes mellitus tipo 2 en México; sin embargo, ¿cuál el costo aproximado que genera tratar este padecimiento?

Costo del tratamiento de diabetes mellitus tipo 2

¿Cuánto cuesta prevenir la diabetes?

Si comparáramos  los costos de un tratamiento para la diabetes con los gastos que implica su prevención, podríamos tener una reflexión más profunda del verdadero precio de esta enfermedad.

Uno de los gastos más fuertes en aspectos de prevención es el destinado a los análisis de sangre, los cuales pueden oscilar entre   250 hasta 1,000 pesos (depende de variantes que incluyen el análisis de más o menos elementos sanguíneos).

Ligado a la medicina preventiva y a ciertos hábitos en el cuidado de la salud, una consulta con el nutriólogo (en caso de padecer obesidad o tener antecedentes de diabetes en familia) tiene un valor promedio de 600 pesos, un monto que debe verse como una inversión a corto plazo.

Principales factores que aumentan el riesgo de padecer diabetes  

Vale la pena destacar que varios de estos males pueden controlarse y evitarse con una buena alimentación y la práctica frecuente de ejercicio.

La contratación de un seguro de Salud es otra vía hacia  la prevención, y más si se trata de un plan en el cual se tenga acceso a consultas médicas con especialistas y a estudios de laboratorio. La única recomendación sería revisar a detalle la cobertura que ofrece la póliza.

Del mismo modo, recibir la noticia de que se padece   diabetes no suele tomarse de la mejor forma. Al respecto, la ONG El Poder del Consumidor  realizó un estudio llamado Voces de la diabetes. El drama de una epidemia nacional,  en el que se recogen diversas reacciones de las personas que sufren este mal en el país.

El diagnóstico, un momento duro

Los sentimientos que reportaron las personas al momento de saber que tenían diabetes fueron: miedo, tristeza, depresión, incertidumbre, sensación de discapacidad, preocupación y negación; sin embargo, con el paso del tiempo lo han aceptado, refiere el estudio.

“Yo simplemente lloraba muchísimo. Yo lloré mucho hasta cansarme. Lloraba desesperadamente porque decía: ‘Yo ya no sirvo en esta vida, ¿qué voy a hacer?  Ya no voy a servir, voy a ser una inútil’. Pues yo sentía que ya no me iba a levantar, no me iba a recuperar; ésa era mi preocupación. Si no fuera por mis hijos, yo ya me hubiera dejado morir”, relata Gloria, de 62 años.

Significado y vivencia de la diabetes

A los entrevistados, refiere el estudio, al inicio les costó mucho asumir que tenían diabetes y se deprimían, pero ahora tratan de tomarlo positivamente; no obstante, consideran que al tener diabetes ya no pueden llevar una vida normal, pues deben  cambiar su alimentación y vivir inevitablemente ingiriendo medicamentos para controlar sus niveles de glucosa.

“¡Híjole!, para mí la diabetes es una enfermedad que a lo mejor no es curable, pero sí es tratable; entonces, si se trata bien, yo siento que podemos tener una mejor calidad de vida. ¿Le  tengo miedo a la diabetes? Sí, sí le tengo miedo. Es algo que no va a ser curable y también tengo eso muy en mente. Que la puedo mantener controlada, sí, pero nada más. Ha sido muy difícil, pero no imposible”, dice Consuelo, de 47 años.

Indicaciones para tratar la diabetes

El análisis que divulgó la ONG señala que las principales indicaciones recomendadas para tratar la diabetes guardan una gran relación con la dieta y la actividad física. Para algunas personas no ha sido fácil seguir esas recomendaciones debido a la falta de recursos económicos para poder comprar el tipo y variedad de alimentos recomendados, por sus ocupaciones u otros factores determinantes en su realidad, apunta la investigación.

“Me dijo el doctor: ‘Haz la dieta, no tomes soda y tampoco ingieras harina ni  azúcar’. Me indicó que comiera frutas y verduras; sin embargo, no puedo comprar este tipo de alimentos, porque no tengo dinero;  así que no puedo comer bien. Lamentablemente, si compro el tratamiento, ya no me alcanza, y solo puedo adquirir frijoles, arroz y pescado”, cuenta Hanna, de 60 años.

Consumo de refrescos

En general, el consumo de refrescos era alarmantemente mayor antes de que las personas fueran diagnosticadas con diabetes, puntualiza el estudio. Actualmente, consumen esporádicamente estas bebidas debido a que las  relacionan con un elevado contenido de azúcar y el incremento de peso, aunque otros optan por las versiones light. Refieren que en sus localidades es común el consumo de bebidas gaseosas, sobre todo en reuniones. Algunos expresaron que el precio de este producto ahora está bastante elevado, lo cual también ha influido para que disminuya   su consumo.

Lo anterior, finaliza la investigación, nos puede hablar de un efecto positivo del impuesto a las bebidas azucaradas que instauró años atrás la Administración Federal que presidió Enrique Peña Nieto.

“Yo creo que diario me tomaba dos refrescos de cola.  El estrés de mi trabajo me provocaba el tomarla. Un negrito (café) y una cola:  ése era mi desayuno”, confiesa Rubén, de 35 años.

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