El emprendimiento es una decisión de vida que implica la adopción de tres elementos: determinación, perseverancia y resiliencia, y más cuando en el entorno existen obstáculos y detractores de ideales con los que es preciso lidiar para conseguir ser parte del apenas 7 por ciento de las mujeres empresarias de este país.
Éste es el mensaje central que de manera conjunta compartieron Isis Espinosa, CEO de la empresa Emite; Natalia Barrero, Cofounder de Mentanoniia; y Andrea Sarabia, directora general de Luzi, organizaciones dedicadas a facturación digital, tecnología y desarrollo de plataformas para el cuidado de la salud, respectivamente, durante su participación en el webinario La definición de resiliencia: ser mujer emprendedora, organizado por la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (Amiti).
Para Andrea Sarabia, lo que la inspiró a emprender fue que detectó que en Guerrero había un gran número de muertes de mujeres en etapa de gestación que eran atendidas por parteras. De tal suerte que buscó cómo, por medio de la tecnología, podía asesorar a las parteras en su asistencia y así reducir el índice de fallecimientos. Hoy los decesos de este tipo disminuyeron 5 por ciento gracias a esa idea.
Al respecto, Andrea Sarabia recomendó que cualquier mujer que desee emprender en cualquier ámbito empresarial busque con total claridad definir cuál es el objetivo de hacerlo, qué necesidad puede resolver. “Ése es el verdadero motivo de inspiración que te permite ser resiliente. El dinero viene por añadidura”.
Por su parte, Isis Espinosa agregó a lo expresado por Sarabia que lo importante es crear la marca particular como persona y como organización, “ya que eso te permitirá que quien contrate tus servicios aprecie en ello el toque único que te distingue de la competencia”.
“Creer en ti y en el proyecto es probablemente el punto más importante que te permite avanzar, aun habiendo viento y marea en contra”. Isis Espinosa refiere que en su proceso de emprendimiento hubo muchas personas detractoras de sus ideales. Si no hubiera sido por su férrea convicción de lo que estaba haciendo, probablemente sería otra la historia que estaría contando.
Al hacer uso de la palabra, Natalia Barrero señaló que a ella ser mujer emprendedora le dio la oportunidad de influir en el cambio social mediante la innovación; y, aunque hubo momentos en los que llegó a decir “Ya no más”, siempre hubo una red social de apoyo en condiciones de emprendimiento, como ella, que la alentó a seguir adelante.
Es por ello por lo que recomienda que en cada reunión uno se rodee “de personas que te apoyen e inspiren a continuar en esta apasionante pero en ocasiones complicada aventura de ser empresario”.