A pesar de que las medidas de emergencia sanitaria y restricciones de movilidad impuestas en México y originadas por la pandemia de COVID-19 han sido indispensables para limitar la expansión del SARS-CoV-2 , éstas no han ido acompañadas de acciones que garanticen que todas las personas puedan mantenerse en casa sin arriesgar su salud, ingresos y alimentación; por ese motivo, se prevé que una vez que se controle el evento pandémico, tres millones de empresas con operación en el país sean afectadas financieramente y cerca de 28 millones de empleados que laboran en los sectores de actividades no esenciales podrían caer en la pobreza.
Así lo afirma Oxfam México, organismo formado por líderes de redes y organizaciones de la sociedad civil con una larga trayectoria en el campo del desarrollo social y los derechos humanos, en el estudio titulado Vivir al día: medidas para combatir la epidemia de desigualdad en México. En dicha investigación, se advierte que en el país:
- 10 millones se encuentran en pobreza por ingresos.
- 16 millones no cuentan con acceso a la seguridad social.
- 5.4 millones padecen inseguridad alimentaria moderada o severa.
- 3.7 millones no cuentan con agua, drenaje o electricidad en su vivienda.
Por lo anterior, Oxfam México enumeró una serie medidas para combatir lo que denomina la epidemia de desigualdad. A continuación, lo compartido por el organismo para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y social que enfrenta el país:
- Proteger el empleo de las personas con seguridad social a través de un subsidio a las empresas condicionado al no despido de ningún trabajador o trabajadora. Dependiendo del monto y modalidad, se calcula que el costo de esta acción por tres meses sería entre 115,000 y 326,500 millones de pesos.
- Apoyar directamente a personas sin seguridad social con una transferencia directa. Si se otorga el apoyo por tres meses, el costo oscilaría entre 37,400 y 73,100 millones de pesos.
Oxfam México destaca que el principal reto de la crisis sanitaria y social que enfrenta México consiste en blindar a grupos prioritarios; es decir, a quienes menos tienen, así como a personas que históricamente han sido excluidas (personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo; pueblos indígenas; afrodescendientes; la comunidad LGBTTTI, personas con discapacidad; personas con empleos precarios y mujeres que son víctimas de violencia de género). Para ello, propone lo siguiente:
- Asegurar el acceso a servicios de salud, saneamiento y agua de manera gratuita y sin discriminación, pues en México solo 69 por ciento de la población cuenta con agua cuando la necesita.
- Implementar programas en zonas rurales para la promoción de la salud pública que mejoren el conocimiento y las prácticas de higiene, particularmente el lavado de manos.
- Asegurar la difusión de información confiable, oportuna y accesible para todas las personas (particularmente hablantes de lenguas indígenas y personas con discapacidad) respecto a qué es la COVID-19, qué medidas son necesarias para prevenir el contagio y cómo es el acceso a la atención médica, entre otras necesidades.
- En colaboración con la sociedad civil, es necesario que los Gobiernos federal, estatales y municipales expandan las capacidades de servicios de cuidados dirigidos a grupos en situación de vulnerabilidad.
- Destinar más recursos a los programas contra la violencia de género.
Al respecto, Ricardo Fuentes Nieva, director ejecutivo de Oxfam México, indicó que “hacemos estas propuestas conscientes de que es urgente atender las crisis que hoy vivimos. Si nuestro país tuviera un sistema de seguridad social, salud y cuidados financiado con impuestos progresivos, tendríamos una emergencia sanitaria, pero no peligraría el bienestar y la seguridad de millones de personas”.
Fuentes Nava señaló que las medidas anunciadas por el Gobierno Federal para apoyar a empresas y a personas trabajadoras, así como una expansión de los programas sociales prioritarios son importantes; sin embargo, dijo, son insuficientes.
“Si no se actúa con políticas más agresivas, la pobreza y la desigualdad aumentará y este panorama podría generar una crisis humanitaria. De ahí la necesidad de implementar medidas más ambiciosas que más allá de recuperación económica para las personas, dejen de propiciar condiciones de desigualdad extrema”, finalizó el director de Oxfam México.